La maestría no siempre es compañera del reconocimiento masivo. A Cherry Wainer tampoco pareció importarle demasiado a tenor de lo feliz que se la veía siempre que actuaba. Había aprendido piano de niña en su Sudáfrica natal, una vena más jazzistíca que clásica. En Inglaterra entró a formar parte de la banda Lord Rockingham's XI, con la que logró su único #1 en las listas británicas con este tema:
Wainer pronto empezó a trabajar por su cuenta, actuando en algunos programas de televisión. Se conoce la mayor parte de su carrera por álbumes instrumentales con su órgano Hammond, en los que la acompañaba su marido, Don Storer, a la batería.
«Peter Gunn», uno de los mejores temas instrumentales de todos los tiempos, estaba en su repertorio:
Esta es quizá una de sus actuaciones más estelares, acompañando a la cantante de jazz Ernestine Anderson en 1967. El tema estaba compuesto por el pianista Bobby Timmons, miembro del combo del baterista Art Blakey, The Jazz Messengers.
Trembling Blue Stars – A Certain Evening Light (Uncollected Recordings 1996-2002) [Shinkansen Recordings/Elefant Records, 2003]. Banda indie inglesa que recopiló estos temas como colofón a su carrera. La fotografía de la portada muestra el Corsewall Lighthouse, en la región de Dumfries, en Escocia.
Accelerators – Fuel For The Fire [Shield Recordings, 2012]. Punk rock holandés haciendo honor a su nombre.
Mad Dog Loose – Signs From The Lighthouse (62 TV Records, 2015). Estos belgas, de Lieja, empezaron a mediados de los 90, pero desaparecieron pronto hasta asomar la nariz de nuevo hace poco.
Captains –I'm Your Ship (Jabalina, 2017, 7''). Banda española con cantante (en inglés) alemana, que extrajo este single de su álbum del mismo año.
Cuenta la leyenda que Pablo Picasso pagaba las cuentas de los restaurantes de París firmando servilletas. Si se juntasen hoy todas esas firmas, veríamos el Guernika de los garabatos. En cualquier caso, llegar a ese grado de fama está al alcance de muy pocos. Y el pop tampoco se ha resistido a aclamar al pintor universal y a incorporarlo a sus canciones.
1. Modern Lovers – Pablo Picasso (1976)
Imposible no empezar una selección de temas dedicados a Picasso por esta. Es el tema por excelencia sobre el pintor. Ha sido muchas veces versioneado, y por los más grandes (por ejemplo, John Cale o David Bowie, tan artys ellos). Quizá una de las cosas que la hace más fascinante es esa mezcla de lenguaje culto y coloquial. Y, por supuesto, ese trote hipnótico que mantienen los instrumentos junto a la voz arrastrada de Richman.
Oh well be not schmuck, be not obnoxious
Be not bellbottom bummer or asshole
2. Johnny And The Self Abusers - Pablo Picasso (1977-78)
En 1977 los Simple Minds hacían punk, cómo no, pero se hacían llamar Johnny And The Self Abusers. El tema lo compuso John Milarky, que luego no sería parte de la banda de Jim Kerr, si bien se editó más tarde en una recopilación sobre los early years de los Simple Minds.
No es una versión de la los Modern Lovers, aunque la influencia es evidente. De hecho, lo que hizo Milarky fue darle la vuelta a la de los norteamericanos, que en algo tenía que notarse el espíritu punk, y donde aquellos decían «And girls could not resist his stare, / Pablo Picasso never got called an asshole», estos otros: «Pablo Picasso, a lot of girls think you are an asshole» y también «all the girls think you're a fucking asshole», aunque al parecer la letra hacía referencia al hermano del propio Milarky.
3. Adam & The Ants – Picasso visita el Planeta de los Simios (1981) Adam Ant dejó el punk para pasarse a esa otra enorme fiesta de disfraces como fue aquella de los new romantics. Lo curioso es que hoy día su propuesta sigue siendo reivindicable y no ha envejecido como cabría pensar al principio. Con este tema tuvieron la genialidad de unir al pintor malagueño y el mítico planeta de los simios. Y lo titularon en español.
4. Lord Cut-Glass – Picasso (2009)
Bajo ese abigarrado nombre artístico estaba Alum Woodward en solitario, ni más ni menos que uno de los miembros de los nunca suficientemente ponderados The Delgados.
Aunque este tema no trata directamente de Picasso, es precioso y, además, mantiene ese sabor al añorado grupo de Emma Pollock y compañía.
5. Michael Head & The Red Elastic Band – Picasso (2017)
El último, hasta el momento, en dedicarle una escultura sonora a ese pintor universal. El otrora componente de los Pale Fountains, lleno de calma y sapiencia, la voz grave y la guitarra clara, sigue componiendo preciosidades pop de este calibre. (Hay un aire en ella que recuerda, levemente, a «Like Dylan In The Movies» de Belle & Sebastian).
En Câmara de Lobos, nombre formidable para una población, no sólo puede tomarse uno de los mejores pescados a la brasa posibles, sino que si se visita en agosto coincidirá con las fiestas del lugar. Entre otras actividades, decoran la calle principal del casco viejo con originales guirnaldas y ceden las puertas de las casas para que los artistas urbanos de la zona expongan sus creaciones. En la última edición, el material empleado fueron latas de bebidas.
Con la ocurrencia conviene no extralimitarse, y Joe Pernice es ocurrente, muy ocurrente. Este escritor de canciones antes de convertirse también en escritor de novelas es propenso a introducir escenas en las que siempre hay un elemento anecdótico cómico. Afortunadamente, aunque bordea el abismo en numerosas ocasiones, sabe detenerse a tiempo para proseguir con la historia. En cualquier caso, aunque sólo sea por leer la delirante conversación que mantienen dos personajes sobre los bigotes de Stalin y Hitler ya habrá merecido la pena adentrarse en Esta canción me recuerda a mí (traducción del editor español para It Feels So Good When I Stop). Y esa sonrisa que nos saca desde la primera página nos la mantiene entreabierta hasta el final.
Esta su primera novela —escrita en 2009 y publicada aquí en 2017 por Blackie Books— trata de relaciones rotas, la soledad y otras amistades. Pernice, que se había estrenado anteriormente como escritor con un volumen de la colección 33 1/3 sobre un álbum de los Smiths, tiene toque literario, sin duda. Junto al ingenio verbal, destaca su habilidad para construir personajes: todos tienen un punto de interés, no hay ninguno que resulte anodino o literariamente insustancial; incluso cuando se trata de alguien real, la transmutación que hace de esa persona en un personaje de ficción (lo hace con Lou Barlow) es muy enriquecedora.
Por supuesto, hay en ella críticas al negocio musical, y música, toneladas de música a lo largo de las doscientas y pico páginas. La condición de músico de Pernice la lleva soldada, lógicamente. Si bien a lo largo de la novela se citan muchos más artistas y muchas más canciones, el propio autor seleccionó algunos cortes para lo que sería la banda sonora:
Nota final: Se podría hacer otra buena playlist con una selección de temas de las bandas por donde ha pasado Pernice, desde Scud Mountain Boys, Chappaquiddick Skyline, Pernice Brothers, The New Mendicants o Roger Lion.