Pero, Gog, ¿vienes a decirnos que para que alguien adopte el nombre de Las Puertas hace falta haber leído algo? Ya, puede parecer ridículo. Aunque realmente lo es.
Lo cierto es que más bien se trata de una pedantería de Jim Morrison, que tenía sus pujos de poeta. El asunto es así de simple: las dos palabras encabezan los siguientes versos del poeta William Blake: «If the doors of perception were cleansed, every thing would appear to man as it is: infinite». (El escritor Aldous Huxley también se fijó en ellos para titular su ensayo «The Doors of Perception».)
Como contar algo más sobre The Doors no aportará demasiado a estas alturas de la película, hagámoslo por el lado personal por si a alguien le pudiera resultar medianamente interesante; así pues, he aquí comentadas las cinco canciones fa-Gog-ritas de los Doors:
1. «People are strange»: lo primero que llama la atención es el título, porque mira qué es rara la gente. Empieza un leve punteo de guitarra, entra la voz, se mantienen juntos unos segundos y luego se suelta toda la banda. La hace especialmente irresistible cómo avanza con parones y arranques. Y todo en sólo dos minutos. (En Strange Days, 1967)
2. «Light My Fire»: pese a los más de 7 minutos, ese órgano pletórico que recorre constantemente el tema lo vale todo. Y la invitación chulesca del estribillo: C'mon baby, light my fire. (En The Doors, 1967)
3. «The Spy», pero la versión bluesera y más sencilla que se editó como corte extra en la reedición del 40º aniversario de Morrison Hotel (1970). Un piano y una guitarra eléctrica dialogando a lo largo del tema mientras Morrison juega a chamán: I'm a spy in the house of love / I know the dream, that you're dreamin' of / I know the word that you long to hear / I know your deepest, secret fear
Lo cierto es que más bien se trata de una pedantería de Jim Morrison, que tenía sus pujos de poeta. El asunto es así de simple: las dos palabras encabezan los siguientes versos del poeta William Blake: «If the doors of perception were cleansed, every thing would appear to man as it is: infinite». (El escritor Aldous Huxley también se fijó en ellos para titular su ensayo «The Doors of Perception».)
Como contar algo más sobre The Doors no aportará demasiado a estas alturas de la película, hagámoslo por el lado personal por si a alguien le pudiera resultar medianamente interesante; así pues, he aquí comentadas las cinco canciones fa-Gog-ritas de los Doors:
1. «People are strange»: lo primero que llama la atención es el título, porque mira qué es rara la gente. Empieza un leve punteo de guitarra, entra la voz, se mantienen juntos unos segundos y luego se suelta toda la banda. La hace especialmente irresistible cómo avanza con parones y arranques. Y todo en sólo dos minutos. (En Strange Days, 1967)
2. «Light My Fire»: pese a los más de 7 minutos, ese órgano pletórico que recorre constantemente el tema lo vale todo. Y la invitación chulesca del estribillo: C'mon baby, light my fire. (En The Doors, 1967)
3. «The Spy», pero la versión bluesera y más sencilla que se editó como corte extra en la reedición del 40º aniversario de Morrison Hotel (1970). Un piano y una guitarra eléctrica dialogando a lo largo del tema mientras Morrison juega a chamán: I'm a spy in the house of love / I know the dream, that you're dreamin' of / I know the word that you long to hear / I know your deepest, secret fear
4. «Hello, I love you»: su toque Kinks la hace una gran canción. Es tan evidente, que Ray Davies les demandó por el excesivo parecido con «All Day and All of the Night», así que no es de extrañar que le guste tanto a Gog, tan kinksiano él. (En Waiting for the Sun, 1968)
5. «Love Her Madly»: es alegre, optimista, una estupenda canción de pop, tal y como entendían ellos el pop.
Ray Manzarek, el teclista y parte esencial de la banda, es el que gastaba gafas.
5. «Love Her Madly»: es alegre, optimista, una estupenda canción de pop, tal y como entendían ellos el pop.
Ray Manzarek, el teclista y parte esencial de la banda, es el que gastaba gafas.
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