Las frutas adoran el verano. El mercado se convierte en esta época en un pantone de mil colores. Y en Brasil, lo del asunto frutícola ya debe de ser de éxtasis. Joyce lo cantaba así en «Banana»:
Manga, caju, maracujá, sapoti
Fruta-de-conde, jenipapo, graviola, açaí
Jaca, pitanga, amora e abacaxi
Ah! não há terra generosa como as terras daqui
Esa virtuosa guitarra era de la propia Joyce, historia viva de la música brasileña. Cuenta una leyenda bufa que la samba nació en una pelea entre dos matones: tú me cutucas, yo no te cutuco. Cuando se escriba la historia definitiva de la samba, el nombre de Joyce Silveira Moreno siempre figurará en mayúsculas. Para muestra de su obra, este enlace.
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