lunes, 10 de marzo de 2014

Letras sin acordes #12: Música moderna, de Fernando Márquez

El público resultó menos tonto que de costumbre. 
O sea, que le gustamos. 
Fernando Márquez


El mejor historiador no es quien mejor sabe interpretar el pasado, sino el que sabe leer su presente y lo deja plasmado. Hay que estar dotado de una cierta clarividencia para captar e interpretar lo que sucede a nuestro alrededor en una época determinada. En este sentido, la labor de La Fonoteca —el entusiasta tándem formado por Diana Cortecero y Raúl Alonso— es doble: por un lado practican una formidable recuperación de la memoria histórica musical española en los archivos de su web; por otro, demuestran tener ese olfato esencial de cuanto se cuece en su ahora compilando y plastificando la escena musical underground patria más actual. Por eso no es de extrañar que sean precisamente ellos quienes hayan reeditado el legendario e inencontrable libro de Fernando Márquez “El Zurdo” sobre el origen de la Movida, Música moderna (La Fonoteca/Libros Walden, 2013), que hoy es historia pero que en su momento fue fulgurante presente. 

El libro nació por encargo de la editorial La Banda de Moebius en 1981, lo cual también dice mucho de la conciencia de presente histórico que tenía su editor, Juan Luis Recio. El valor documental de Música moderna es incontestable: mucho de lo que se sabe y se ha contado de la Movida está en esta obrita. La primera mitad del libro, aproximadamente, narra la intrahistoria de Kaka de Luxe y el big bang que le siguió: Paraíso y Alaska y los Pegamoides, más dos bandas muy relacionadas con ellos, Zombies y Radio Futura. Podría deducirse que este sería el top 5 personal de El Zurdo en lo que él consideraba el núcleo capital y más auténtico y moderno de toda aquella explosión artística que tuvo lugar entre finales de los setenta y comienzos de los ochenta en Madrid. En la otra mitad de la obra, cataloga y comenta el resto de bandas que surgieron entonces, en su mayoría con una línea artística muy diferente a la que practicaban ellos («Los llamados grupos sanos», «Aunque el Topo se vista de popy», «Montajes discográficos: menuda trastada», etc.), y el contexto de todo ello: los medios de comunicación, los promotores ladinos, las salas y el estado de la cuestión en provincias. En medio —como novedad de esta edición—, se recoge un pequeño dosier fotográfico con algunas imágenes inéditas hasta ahora. 

Fernando Márquez y Mario Gil, en la fiesta de Primavera de la Universidad Autónoma de Madrid en 1980 (Foto: Senovilla).

Lejos queda el malditismo y la idiosincrasia tantas veces comentada del líder de Paraíso y después La Mode. Cierto que Música moderna es un documento muy personal y subjetivo, pero eso no le quita valor. Al contrario; tenga o no razón en sus comentarios, estemos de acuerdo o no con ellos, no cabe duda de que están hechos con inteligencia y conocimiento de causa y de que Márquez supo leer el presente que lo rodeaba. Y en cualquier caso, quedémonos, simplemente, con que este centenar de páginas están escritas con estilo y empuje, con una prosa que se mantiene lozana y que hace que la obra se sorba de un tirón. Lo demás es historia.

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