Explicado de una manera muy burda, un punto de inflexión supone, matemáticamente, un cambio de valores tal que una curva pasa de un tipo de concavidad a otra. Sin duda, The Notwist tuvo su propio y trascendental punto de inflexión. Tan contundente fue el cambio que se produjo con Shrink (Zero Hour, 1998), el álbum que los adentró en el cultivo tecnológico y la experimentación electrónica, que cuesta imaginar que los inicios de la banda de los hermanos Archer, formada en Munich, fueran un espejo del hardcore-punk norteamericano. Luego vino la explosión de la inditrónica, en la que Neon Golden (City Slang, 2002) fue su abanderado más emblemático.
The Notwist y su cargamento de glitches, bits e inmensos temas de pop electrónico han vuelto cuando ya casi no se los esperaba. Y cómo han vuelto. Si esta pieza no será recordada entre lo mejor que se publicó en 2014, es que no merecemos nada mejor:
Inmenso krautrock de la era digital. Eso es «Kong» y los once cortes restantes de Close To The Glass (City Slang, 2014). Por citar otro par que descollan especialmente, con ese engarce tan sutil y tan suyo de hacer música cerebral y emocional a un tiempo, ahí está «Lineri», un mapa sonoro lleno de relieves, rectas, cimas y valles, o « Run Run Run», que para nada es una versión del tema de la Velvet Underground, aunque sí reutilizan conscientemente el título:
No hay comentarios:
Publicar un comentario