martes, 28 de octubre de 2014

Strano mondo di tanti nomi #32: Colorama


Hay quien vive la vida en blanco y negro y hay quien la vive a color, como el multi-instrumentista galés Carwyn Ellis. Quizá el hecho de nacer pelirrojo sea una nota de color indeleble para el resto de tus días que afecte de alguna manera tu percepción de las cosas. El caso es que a su banda la hace llamar Colorama, trabajo que alterna con la de ser fiel músico de acompañamiento de Edwyn Collins, quien a su vez co-produce el segundo álbum del grupo, Temari (AED, 2014). 


Practican un pop de cámara recubierto de exquisitas y variadas pinceladas, un pantone de matices y sutilezas que dan vueltas alredor del acid folk, la psicodelia y lo que ellos mismos llaman good music. Todo es de una belleza sosegada, fluye y empapa, y tiene el atractivo irresistible de la elegancia. 

Love Entropy

Y a ratos recuerdan a unos Flaming Lips sin estridencias ni voladuras, como en «Super Yoshida», ya desde el título, ni andan lejos su paisano Gruff Rhys.


Forgert Tomorrow

domingo, 26 de octubre de 2014

Sales en mi canción #86 // Últimamente se está muriendo gente que no se había muerto nunca #36

Lo que va a contarse a continuación es simplemente una mera casualidad. No se invocarán, pues, a los hados ni se insinuará algo acerca de la fuerza del destino ni se mencionarán otros fenómenos de índole paranormal. 

Hacía un tera de años que Gog no se compraba un The Best of, cosa que sucedió hace un par de días con el de Chris Spedding, de saldo y en cedé. Escuchándolo por vez primera ayer, le llamó ipsofactametne la atención el tema «Guitar Jamboree», al detectar en la letra una buena cantidad de nombres propios de formidables e históricos ases de la guitarra eléctrica; algo muy curioso de esta canción es que cada vez que menciona a uno de esos guitarristas, Spedding —otro consumado rasgador de las seis cuerdas— además imita brevemente su sonido: 


¿Y dónde está casualidad aludida al principio? Detengámonos en la letra. Después de dedicarles unas palabras a Albert KingHere's Albert King playing—, Chuck BerryChuck Berry was here too with his famous duck walk— y a Jimi HendrixWas when Jimmy Hendrix played / Now, Jimmy will be sadly missed—, Spedding enumera toda esta lista:

Here they come, hear 
Jack Bruce 
Pete Townshend 
Keith Richards 
George Harrison 
Here's Eric [Clapton]
Jimmy Page 
Jeff Beck 
Paul Kossoff 
Leslie West 
Dave Gilmour 

Pues al rato de haber procesado Gog toda esta información, saltó la noticia del fallecimiento del primero de la lista, Jack Bruce, fundador del supergrupo Cream junto a Eric Clapton y Ginger Baker.

viernes, 24 de octubre de 2014

5 sobre... #32: el veranillo de San Miguel

El veranillo de San Miguel es un fenómeno atmosférico otoñal en el cual la temperatura asciende por encima de los valores normales de la época para luego sumergirse definitivamente en los grados típicos del otoño. En el hemisferio norte suele tener lugar alrededor del 29 de septiembre. Sin embargo, esta temporada el clima ha decidido regalarnos uno extra, cuando ya había pasado el primero y todo parecía abocado al frío, y así ocurre que la gente, norteños incluidos, lleva una semana en la playa a estas alturas de octubre. 

Su traslación al inglés es la expresión "indian summer"; en francés es "été indien", al parecer por influencia canadiense; en alemán se dice “el verano de las viejas”; y los italianos recurren a otro santo, San Martín. Quizá debido a que en esos países el frío es mucho más estridente que en España, se celebra mucho su llegada y hasta se le dedican canciones. Una selección con cinco de ellas sería la siguiente: 

> The Doors - Indian Summer (1970). Era un descarte del primer álbum de la banda, que se retomó para Morrison Hotel. Delicada, emotiva, sencilla y con un precioso punteo de guitarra. 


> Joe Dassin - L’été Indien (1975). Es uno de los temas más famosos de la música francesa, una de esas baladas románticonas con frases hiperbólicas del tipo “si estás conmigo, la vida será siempre como un veranillo de san Miguel” (es posible que la traducción no contribuya demasiado a evitar el ridículo). Por cierto, Joe era hijo del actor y director Jules Dassin


> Beat Happening - Indian Summer (en Jamboree, 1988). Ese tenor del indie que es Calvin Johnson apenas acompañado aquí por un rasgueo de guitarra y una tenue percusión. Se trata de una de sus canciones más conocidas, y ha llegado a versionearla, por ejemplo, Dean Wareham


> Van Morrison - Meet Me In The Indian Summer (2002). El irlandés de carácter destemplado hace tiempo que ha alcanzado ese nivel en que los discos parecen que le salgan solos, el piñón fijo tan peligroso para los artistas. Aunque la clase siempre está ahí, como en este segundo corte de Down The Road, una maravillosa pieza de R&B y leves toques de jazz marca de la casa, con saxo, clarinete, trompeta y el Hammond de Richard Dunn. La portada del álbum muestra el escaparate de una tienda de vinilos de segunda mano; se ven ahí discos que seguro que para el propio Van Morrison tienen un enorme significado: Sam Cooke, Louis Armstrong, Ray Charles, Leadbelly, Muddy Waters, Mose Alison… 




> Alpaca Sports - She’ll Come Back For Indian Summer (en Sealed With A Kiss, 2014). Un parapapeo festivo desde el inicio y un estribillo memorable acariciado por el violín. 


Discos titulados Indian Summer los hay de Poco, Al Stewart, Go West, Mick Ronson o el debut del grupo británico… Indian Summer.

lunes, 20 de octubre de 2014

Las nuevas aventuras del llanero solitario #41 // Hit instantáneo #31: The Rentals

«Song of Remembering» es un tema nacido para triunfar a lo grande, estadios incluidos. Tiene un toque épico majestuoso, es sólido, triunfal, sabe dónde quiere llevar al oyente desde el primer momento y no deja que este se distraiga ni un segundo; para remate, posee un estribillo de los que te hace volar. Su autor es el otrora bajista de Weezer, Mark Sharp, que desde 1995 se encarna musicalmente bajo la piel de The Rentals. Se encuentra en el álbum Lost In Alphaville (Polyvinyl, 2014).

sábado, 18 de octubre de 2014

Discos con portada con discos #70: Prince

Sostiene Tricky en un breve cuestionario sobre su música favorita que le ha hecho recientemente la revista Mojo (#252) que el álbum de debut de The Specials le hizo ver que él también podía hacer música, aunque lo que a él realmente le hubiera gustado es poder hacer lo que hace Prince, para lo cual se reconoce incapaz, incluidos los falsetes, los taconazos y el baile. 

Las imponentes virtudes y habilidades musicales del artista siempre conocido como Prince suelen ir acompañadas de otras tantas excentricidades y desmesuras. Hace veinte años se peleó muy sonadamente con la discográfica Warner Bros. Ahora ha vuelto a firmar con ellos para sacar dos discos a la vez: PlectrumElectrum y Art Official Age. En el primero de ellos se presenta acompañado de 3rdEyeGirl, el trío femenino que actualmente conforma su banda y que está compuesto por la batería Hannah Ford Welton, la guitarrista Donna Grantis y la bajista Ida Nielsen. El segundo, bastante aceptable en conjunto, se trata de un proyecto más personal, como tal vez intenta hacer ver al aparecer él solo en la portada; por detrás, un cielo copado por vinilos blancos.

martes, 14 de octubre de 2014

Ellas llevan el ritmo #61 // Debut #90: Habibi

Uno aún conserva en un compartimento de la cartera de la memoria la enseñanza de aquellas estrofas líricas en lengua romance aljamiada —las jarchas— que cerraban ciertos poemas árabes que se componían en la Península ibérica en la Edad Media. El tema principal de las jarchas era el desconsuelo, el sufrimiento amoroso o la queja por la ausencia del amado (habibi). Y hete aquí que aparece ahora una banda femenina, asentada en Brooklyn, con el nombre de Habibi. Y sí, es la misma palabra, con idéntico significado, pues sigue vigente en árabe, lengua que domina la cantante, de origen iraní, Rahill Jamalifard
  

Por si alguien se dispone ya a pinchar en el aspa para cerrar la ventana de este blog ante el posible advenimiento de un post sobre música folclórica árabe o, peor aún, world music, apresurémonos a decir que las influencias musicales de este cuarteto nada tienen que ver con ello, sino con el sonido garajero, algo de surf y harmonías a lo girl groups. Es decir, un aire vintage muy en boga hoy día. De hecho, hacia ese exceso de modernidad, o falta de originalidad, es por donde habría que encaminar los reproches. Su debut —Habibi (Burger, 2014)— es un álbum muy agradable, rítmico y encantador, pero también algo trillado y le falta un punto de vigor o de alocado trote que lo haga más particular. 


Detroit Baby

A la cantante la acompañan la guitarrista Lenny Lynch, la bajista Erin Campbell y la batería Karen Isabel.

lunes, 13 de octubre de 2014

Parecidos razonables #26 // Vidas paralelas #3: Paco Clavel y Captain Sensible

Paco Clavel y Captain Sensible no sólo tienen un cierto parecido físico. Ambos provienen de las alcantarillas más profundas del underground: las del punk el inglés y las de la Movida el español; son personajes nacidos para epatar, cargados de una personalidad excéntrica y única, colorida y coloreada, incapaces de dejar indiferente al personal, a favor o en contra. Y ambos, además, se iniciaron en el nido de una banda —The Damned y Clavel y Jazmín— antes de desplegar en solitario todo su plumaje de rara avis.


 


domingo, 12 de octubre de 2014

Letras sin acordes #14: Giles Smith

Una de las mejores ideas que ha tenido la música pop 
ha sido no tener demasiadas ideas. 

La vida, para la mayoría de las personas, consiste básicamente en aceptar y aprender a tolerar el hecho de que jamás se cumplirán nuestros grandes sueños. Esta moraleja adulta y como de perro viejo y resabiado es la que se extrae tras la entretenidísima lectura de Lost In Music, del músico y periodista musical Giles Smith. En España acaba de editarse (Contra, 2014), pero hay que advertir que la obra se publicó por vez primera en 1995 en inglés. Así pues, las referencias musicales se quedan detenidas en ese punto de la historia, y más importante si cabe, las cogitaciones sobre los posibles formatos de audio, con sus ventajas y desventajas, llegan hasta el advenimiento del cedé, aquel ébola que amenazó la supervivencia del vinilo. Como cuenta el propio Smith en el epílogo escrito para la ocasión: 



Ahora [un amigo] me envía por correo electrónico un archivo comprimido o mp3 que luego descargo en mi biblioteca de iTunes desde Dropbox. Hace veinte años, esta frase habría resultado tan desconcertante que habría dado la impresión de haber sido escrita por alguien que hubiera apoyado el codo en el teclado.

Ese tono humorístico, inteligente, fino y sutil como sólo los británicos son capaces, recorre las trescientas páginas del libro, de manera que te tiene siempre la cara con una mueca sonriente puesta. A Smith le sirve, además, para despojarse de toda pose demasiado egocéntrica y quitarse importancia, la que de hecho nunca tuvo con sus The Cleaners From Venus junto a su amigo Martin Newell; unos rotundos perdedores. Lost in Music trata de cómo se relaciona con el mundo un fan del pop y cómo un día decide cruzar la línea y pasar al otro lado, al de los músicos; para su sorpresa, ambas vidas no son iguales, ni siquiera compatibles: o eres lo uno o eres lo otro, y duele comprobar que por muy fan que seas no sirves para crearla e interpretarla. Llegados a este punto, ¿quién de los traspasados por la música que esté leyendo estas líneas no se ha visto en esa tesitura, quién no ha fantaseado con tener un grupo y alcanzar la fama? (Gog ha de confesar algo: de adolescente soñó con tener un grupo llamado The Wrong ‘Em Boyo —como el tema de los Clash—, en el que cantaría en inglés y tocaría la guitarra mientras el mundo entero se rendía a sus pies.) 


El libro de Smith lo saboreará especialmente, pues, cualquiera que haya pasado horas rebuscando en cubetas polvorientas y reordenando su colección de discos con pulcritud de archivista, quien piense que a veces lo importante de un disco es tenerlo, no escucharlo, quien no pueda dejar de obsesionarse hasta dar con una canción que ha oído en alguna parte y de la que no sabe nada más, quien haya asistido a conciertos con diez personas en el público, quien preste más atención a cómo está dispuesto su equipo de audio que al nivel de aceite de su coche; en fin, las mil y una manías que suelen acompañar a los del pop y las inverosímiles que pueden llegar a hacerse por la causa. 

Libro divertido y enternecedor, tanto como lo es a veces mirarse en un espejo y reconocerse como lo que uno nunca será pero deseó ser.

jueves, 9 de octubre de 2014

Se aceptan fantasmas #18: Cantabria

Edificios abandonados en algunas localidades cántabras: en Comillas (1ª foto) y a lo largo de la N-634, entre Cabezón de la Sal y Puente San Miguel. De fondo sonoro, un Sparklehorse encabritado.












Sparklehorse: Ghost in the Sky

lunes, 6 de octubre de 2014

Una pequeña historia del rock a través de una sola portada #6: Sylvain Sylvain


El guitarrista de origen egipcio Sylvain Sylvain, disueltos The New York Dolls, intentó, con escasísima fortuna, continuar la aventura junto a una banda de acompañamiento bautizada como The Criminals

...In Teenage News (Fishead, 2000) recogió algunas de aquellas canciones grabadas hacia 1977, incluida la que da título al disco, que incluso habían llegado a tocar los Dolls en directo.

viernes, 3 de octubre de 2014

Sales en mi canción #85: Luke Haines


Es Luke Haines personaje imprevisible y, como buen artista, difícil de etiquetar. Probablemente sea una personalidad compleja, lo cual no se apunta aquí como un defecto, huraño pero tierno, ácido pero sabroso, capaz de marear a un péndulo con sus bandazos súbitos y sus constantes mutaciones. Siempre, eso sí, un músico fascinante, con aciertos y pájaras, pero jamás indiferente. Un genio, vamos. Acaba de publicar el fin de su trilogía dedicada a la psicodelia. Lo que comenzó con el extenuante título de Nine and a Half Psychedelic Meditations on British Wrestings of the 1970s and Early ‘80s (Fantastic Plastic, 2011) y continuó como Rock and Roll Animals (Cherry Red, 2013), concluye ahora muy brillantemente con New York in the 70’s (Cherry Red, 2014). 

Sin apenas percusión (en todo caso alguna caja de ritmos), pero cargado de sintetizadores ambientales, retorcidos y espectrales, y alguna guitarra glam, Haines evoca toda una galería de fantasmas que recorrieron las calles del New York mugriento, bohemio y deslumbrante de los años setenta. Sex and drugs and rock n’ roll and art. Todo en el disco suena decadente, enfermizo, fantasmagórico, sórdido. Los juegos son constantes y las referencias se entrecruzan sin cesar. Por ejemplo, si el álbum empieza con un título y un sonido que es puro Lou Reed —«Caroline Says»— que sin embargo está dedicado a Alan Vega —«Alan Vega Says»—, el tema que lo sigue —«Drone City»—, en cambio, no podría ser más Suicide; y al final del último corte, Haines repite como en una letanía el «Alan Vega says, Alan Vega says…» del inicio. 

Y si el sonido es oscuro y absorbente, otro tanto puede decirse de esas letras, mórbidas y más crudas que el pescado de un restaurante japonés, en las que se muestran como crionizados aquellos poetas simbolistas, pintores expresionistas, artistas de perfomances, superhéroes de la heroína y demás gloriosas ratas del alcantarillado artístico que pululaba entonces por la Gran Manzana. En cuanto a los músicos que aparecen citados, he aquí la ristra: 

«Alan Vega Says» - Alan Vega 
«NY in the 70’s» – Jim Carroll 
«Dolls Forever» - los New York Dolls como banda, y sus miembros individualmente (Sylvain Sylvain, David Johansen, Billy Murcia, Jerry Nolan
«Lou Reed Lou Reed» - Lou Reed 
«Cerne Abas Man» - Johnny Thunders 

Y puesto que el asunto va de fantasmas, no podía faltar el fantasma supremo: Elvis Presley, en «Alan Vega Says» y «Drone City».