Derek Jarman rodó en 1978 Jubilee, que a la postre terminó siendo la película definitiva del punk. Y lo es no sólo porque trate la estética y el modo de vida punk, sino porque el concepto artístico que la animó y desarrolló fue absolutamente punk. Está construida sobre postulados artys y un auténtico cúrratelo tú mismo y que les den a los demás; es provocadora, violenta, anárquica y se dedica a darle bien de patadas en la boca de los iconos del sistema (monarquía, imperio, religión). En lo cinematográfico, es la clásica serie B de culto, chapucera y rodada a la carrera, con la impresión de que la palabra 'presupuesto' nunca llegó usarse por la total carencia de medios: es como si se fuera rodando con lo que reunían en el día a saber cómo y de que allí no cobró ni el repartidor de pizzas.
La música de los créditos la compuso Brian Eno. Además, como no podía ser de otra forma, suenan temas punks y hay algunas actuaciones estelares.
> Toyah Wilcox, antes de que eclosionara como en el cuento del patito feo, interpreta uno de los personajes que más se recuerdan. Y sale cantando en un estudio de grabación:
> Un Adam Ant aún aniñado también tiene un papel como actor y además sale interpretando "Plastic Surgery":
> Wayne County tiene una escena delirante, en la que interpreta, o mejor dicho, reinterpreta "Paranoia Paradise" de Wayne County & The Electric Chairs en una especie de karaoke casero: mientras suena por la tele su tema, él se pone a cantar encima.
> Más la impagable escena de las Slits destrozando un coche en plena calle:
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