El director de cine Guy Ritchie es una especie de Tarantino británico. Ambos hacen pulular por sus películas a seres de oblicua personalidad, marginales, violentos hasta el sadismo algunos de ellos, reyes de las cloacas y de los bajos fondos, gánsteres de poca monta o mafiosos de altos vuelos, estafadores todos. Cuando están rodando ambos, las fábricas de kétchup no dan abasto para producir la ingente cantidad de sangre ficticia que se necesita para tanto cadáver. También ambos intercalan un peculiar sentido del humor entre toda esa cadena de violencia. Y ninguno de los dos deja indiferente: o se les adora o se les vapulea.
Ritchie anda ahora rodando superproducciones de éxito en Hollywood. En el camino hasta llegar allí, iluminó las pantallas con, por ejemplo, las tronchantes Snatch: cerdos y diamantes (2000) y RocknRolla (2008).
Quizá no tiene el gusto musical de su colega Tarantino, pero la música también es un ingrediente importante de las pelis de Ritchie. En RocknRolla incluso rodó una escena de club con una banda tocando en directo. El grupo era The Subways, trío de apariencia alternativa y malota pero que en el fondo le da a un rock de estadio muy del gusto de los anunciantes y de eso que se llama el gran público. El tema que interpretaron en la película de Ritchie fue "Rock and Roll Queen":
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