Llega un momento en que ya no es uno es el que se peina, sino que es la vida la que le peina a uno. Antes de que la caída del cabello se haga una realidad insalvable y llegue ese instante en que el cepillo se convierte en un objeto de adorno, suele haber un periodo de tiempo con pelazo por domar, donde la gomina puede ser el aliado que ayude a fijar el pelo. Lo más curioso es que parece que la gomina también fija las ideas, sobre todo las más reaccionarias, carcas y tradicionalistas, porque un hombre engominado, generalmente —insisto en el adverbio—, comulga con un patrón fachoide y conservador que pone los pelos de punta; eso cuando no es el look de tiburones financieros, pijos de jersey en los hombros y demás borjamaris.
No sabemos si en Francia la asociación es la misma. La palabra existe tal cual para señalar ese gel untuoso. Y además da nombre artístico a un cuarteto de Caen, que practica un tecno-pop fresco y para nada engolado. En las cabezas de los hermanos Robveille (Julien y Nicolas), Peter Bannier y Nicolas Varin tampoco se ven rastros de fijador.
Corren malos tiempos para el formato de 7’’. Fabricar un single cuesta casi tanto como un elepé; si le añadimos los demenciales gastos de envío, animarse a comprarlos es una decisión que requiere un bolsillo repleto. O un enganche feroz a alguna canción. «Stupid» es el sexto corte de su segundo álbum, Prints (2015); también es el hipnótico tema que eligieron como avance y que prensaron en la cara A de un 7’’ de color verde (hOOz, 2014). Comienza con un fogoso revuelo de teclados y sintes, como una ráfaga de viento alocado que surge de repente para ponerse a juguetear con papeles. Luego se sostiene una cadencia etérea durante más de cuatro minutos que te lleva flotando. El vídeo que le hicieron fue un acierto pleno, porque ese monótono y a la vez vertiginoso descenso en monopatín capta perfectamente su esencia:
En la cara B, «She Falls», el rapero COEFF colabora con ellos. Pese al título en inglés, la letra del rapeo está entonada en la lengua de Balzac, mientras que la banda se limita a emitir un festivo tututututututu en los coros. La base del tema tiene una estructura repetitiva que recuerda mucho a Clinic, lo cual sólo puede ser bueno. De remate, «She Falls» no se encuentra en el álbum, que es como tienen que hacerse estas cosas.
A saber qué pasará cuando estalle la burbuja del vinilo. Probablemente este formato pequeño acabe por extinguirse. Mal camino lleva, desde luego. Disfrutemos de una joya como esta mientras se pueda.
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