Ha sido sorprendente la cantidad de manifestaciones de pesar que ha conllevado la muerte de Mark E. Smith. La revista Mojo lo ha tildado de «radical genius» y una banda en principio tan alejada musicalmente de The Fall como Saint Etienne ha afirmado que «The Fall taught us so much when we started out - about humour, modernity, anti-fashion, geography, DIY, urban folk». Ambas recogen muy bien la esencia de tan peculiar personaje.
No es extraño que haya influido en muchos artistas. Tenía estilo propio, una personalidad descomunal (para lo bueno y para lo malo) y una imagen que emanaba un peligro atrayente. Distinto, iconoclasta, mordaz, admirablemente inconformista hasta el final y nada muelle. Su cara esquinada probablemente fue, y perdonadme la frase hecha, el espejo de su alma, lo cual también se reflejó en su música, porque The Fall eran absolutamente arrolladores en sus mejores momentos, demoledores, una apisonadora sónica. Y cuando se dice The Fall se está diciendo Mark E. Smith. The Fall fue su banda, su vida; por ella pasaron muchos músicos, pero siempre se mantuvieron firmes sus parámetros: potentes líneas de bajo y un ritmo detonante sobre el que Smith fraseaba.
El primer disco suyo con el que me hice fue Perverted By Language. Hoy tendré más de una veintena, lo cual me ha servido para llegar a la conclusión de que The Fall no tiene ninguna obra magna, pero tampoco ni un disco malo. En las carreras ciclistas por etapas suele otorgarse un premio especial a la regularidad para aquel corredor que día tras día cruza la meta entre los primeros. No tiene por qué coincidir con el ganador absoluto de la carrera; se trata de un corredor constante, lo que no siempre viene a ser lo mismo. En esto de la música, si existiera tal galardón, se lo llevaría Mark E. Smith. Los discos publicados a lo largo de la carrera musical de The Fall tienen la mejor media aritmética en cuanto a calidad. Como he dicho hace un momento, tal vez no tengan una obra definitiva y sobresaliente, pero todos ellos son discos notables.
Eso sí, Smith compuso tal cantidad de temas espectaculares que probablemente muchos otros artistas matarían por conseguir sólo la mitad de ellos. No sé si en la playlist que sigue a continuación —en riguroso orden cronológico— están sus mejores canciones; sí son algunas de las que a mí más me han llegado siempre y con las que Mark E. Smith me ha volado la cabeza tantas veces.
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