He ahí tres discos de la década de los 70 que me fascinan y que siempre los he tenido asociados mentalmente de una manera inconsciente, tanto por lo musical como por la figura de ellos: El Mirage de Jimmy Webb, Schmilsson de Harry Nilsson y Nobody’s Fool de Dan Penn.
Fueron tres lobos solitarios más conocidos por su trabajo para otros —componiendo o produciendo—, que por su propia obra, pero con esos enormes discos grabados a su nombre. Son 3 discos aparentemente sencillos y a la vez muy ricos en matices, orquestados con delicadeza y gusto, llenos de emoción.
Al ponerme hoy una vez más el de Nilsson y releer los créditos, caigo en que Webb colaboró en él tocando el piano en “Jump Into The Fire”. Me pregunto entonces si comparten algún nexo Penn y Webb. Investigo un poco y resulta que un tal Scott Walker reunió una composición de cada uno de ellos en su álbum Stretch (1973).
Su portada me lleva ipsofactamente a las de otros tres ilustres gafotas a los que también tengo en un altar:
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