Se aceptan fantasmas #8: Requena

The Undershakers: Be my Ghost

La banda sonora de un libro #7: El hacedor, de Agustín Fernández Mallo

Si se ruedan revisiones de películas, si se adaptan y versionean canciones, ¿por qué no hacerlo también en literatura? Es la pregunta que debió de asaltarle a Agustín Fernández Mallo antes de sobrevenirle el proyecto El hacedor, de Borges (remake).

La idea es componer nuevos textos siguiendo los títulos, el orden y el género del mismo libro que escribiera Jorge Luis Borges (junto con Museo). En el antológico «El cautivo» convierte al propio Borges en asesor de los cómics Marvel. Para «Mutaciones», tiene la ocurrencia de seguir los pasos de Robert Smithson en su proyecto de fotografiar una zona de New Jersey; AFM, basándose en el libro del artista plástico, sigue la misma ruta y él también la fotografía… sólo que desde Google Earth (en puridad fotografía con su movil la pantalla de su portátil). Fascinante ejercicio de posmodernidad: una narración que sigue el patrón de un famoso relato literario, en el que calca un proyecto viajero-fotográfico, pero llevado a cabo con la tecnología del momento sin moverse de casa.

En el fondo, AFM siempre ha jugado a idéntico juego literario que Borges. Este reciclaba materiales filosóficos, metafísicos y literarios, en gran parte perdidos en páginas cubiertas de erudición y olvido y selladas para la mayoría, cuando no inventaba juegos apócrifos; Fernández Mallo recicla materiales científicos y toneladas de cultura popular.

A AFM le persigue la controversia de si algunos de sus textos deben considerarse o no literatura, de si es un apropiacionista descarado o si escribe pulsando exclusivamente la tecla del todo vale. En su defensa Gog siempre esgrimirá que AFM al menos presenta ideas novedosas, propuestas literarias diferentes, no al uso, propuestas artísticas originales, tan discutibles (lo cual no tiene por qué no ser una virtud) como renovadoras. Lo suyo, como lo de Borges, dista mucho del realismo social tan copioso y aparatosamente aburrido de nuestras letras. ¿Por qué es válido que Borges nos disfrace metafísica inaprehensible para la mayoría de lectores y no que AFM plante en una página un fragmento del código de las comunicaciones emitidas desde las Torres Gemelas ya sabemos qué día? Gog —devoto fijo del cieguito— confiesa que tampoco entiende algún texto del escritor argentino. Convendremos en que desatar el nudo borgiano no es tarea fácil a veces.

AFM se plantea si en cuestiones literarias hay que reducirlo siempre todo a palabras para transmitir una idea o un significado. Proponer nuevos signos lingüísticos como transmisores de sensaciones literarias puede parecer un experimento fallido; que ya lo intentaron las vanguardias y ya ves. Quizá, pero la ciencia —y AFM es científico de formación—, avanza gracias, entre otras cosas, a estos intentos. Y por qué no la literatura.

Y en cuanto a la música pop, como siempre, sigue muy presente en AFM. Sus libros deberían venderse con un cedé. En El hacedor también hay una banda sonora interna, que quedaría como se ve en la lista de abajo siguiendo la estela y el orden de todos los intérpretes citados por él en el libro. [Los temas marcados con un asterisco, a falta de información expresa por parte del autor, son elección de Gog.]

1. Joy Division: Atmosphere [*]
2. Jarvis Cocker: Leftovers [*]
3. The Beatles: Help
4. The Smiths: There Is a Light that Never Goes Out
5. Michael Jackson: Thriller [*]
6. Radiohead: How to Dissapear Completly [*] (de Kid A, como cita el autor)
7. La Mode: Las chicas de la Inter
8. Esplendor Geométrico: Comisario de la luz [*]
9. The Beach Boys: I Just Wasn’t Made For These Times
10. Deep Purple: The Mule
11. The Clash: Guns Of Brixton
12. The Ramones: Rock and Roll Radio
13. Sex Pistols: Anarchy in the UK
14. Los Nikis: Olaf el vikingo
15. Los Zoquillos: Kung-fu Cowboy
16. The Strokes: Trying Your Luck
17. The Doors: The End
18. Violent Femmes: Kiss Off
19. The Residents: Abraham Kill Him!
20. The B-52’s: Love Shack

Música y política #10: Lee 'Scratch' Perry

Con pinta de ir siempre más fumado que Bob Marley o de ser el loco del barrio, a sus 74 añazos Lee 'Scracht' Perry sigue en forma y tan contestatario y antisistema como siempre (recuérdese que es el autor de la legendaria «Police & Thieves», que versionearon The Clash en su primer álbum).

Con su reggae y su dub de siempre (nadie lo domina como él), más su punto de tecno y de funk minimal, continúa dando collejas con Revelation (Megawave, 2010):

Having a party, having a party, having a party
Come to my party, to my birthday party.
CIA won’t be invited,
FBI won’t be invited
At the party!
(«Fire Power»; qué ritmo, para pinchar en cualquier parte)

Scary politicians, bum, bum, bum
Goverment is uptight
(«Scary Politicians»; canta George Clinton)

Hay más alusiones (en «Weatherman», por ejemplo, cita a Obama), pero no es fácil transcribirlas de oído, que ni vienen las letras en el disco ni se encuentran por la galaxia internetaria (o Gog no da con ellas).

No sólo mienta a los políticos. Aquí le dedica también una canción a Michael Jackson. Cómo será de friqui Jacko para que un friqui como Perry le dedique «Freaky Michael»:

Where is your nose, Michael?
I love my big nose.

Genio y figura.

Lástima, también como siempre, el exceso de minutaje en los discos de Perry, porque lastran lo que sería un álbum impresionante con un tiempo más reducido. Pese a ello, de lo mejor y más entretenido que ha grabado últimamente. Gog se lo pasa en grande con este adorable flipado, mago del ritmo.

Lista de cortes

1. Revelation, Revolution & Evolution
2. Used To Drive a Tractor
3. Fire Power
4. Holy Angels
5. Scary Politicians
6. Let There Be Light
7. Books Of Moses
8. Money Come And Money Go
9. Psalm
10. Run For Cover
11. Freaky Michael
12. Weatherman
13. An Eye For An Eye

Fa-Gog-ritas: 2, 3, 4, 6 y 10

Grafitis por el mundo #12: Altea (Alicante)

¿Son dos Noaz? Podrían serlo por la técnica (uso de plantilla o stencil), el motivo (animales, en este caso un gato y una ardilla) y la ubicación.

Género chico #12 // Hit instantáneo #12: Dirty Gold

Un apriorismo cubierto de pereza se imponía antes de escuchar este ep inicial del dúo de San Diego Dirty Gold. Las referencias que le van abriendo camino eran las culpables de la desidia: pop sesentero con africanismo a mansalva al modo Vampire Weekend.

Vencida la pereza tras unos días perdido el ep en el limbo del reproductor, comienza al fin la escucha de los cinco temas de Roar (2011): los dos primeros, sobre todo «California Sunrise», son contagiosos y pegadizos y tan asombrosamente calcados a sus referentes que parece que Vampire Weekend fueran ellos mismos pero bajo otro alias; ¡si hasta el título de la canción remite al «California English» de los de la otra costa! Aún así, son dos piezas que resisten la escucha si ese es tu rollo, que por otra parece que aún no ha saturado al personal.

Y de repente, casi sin solución de continuidad, sin el intervalo silencioso de costumbre, comienza un rasgueo de guitarra y luego un punteo saltarín acompañado de una batería básica y alegre: «Sea Hare».

Dirty Gold - Sea Hare

Todo suena a vacaciones en Waikiki o cualquier otra playa con palmeras. Si ya tienes ganas de oír olas y gaviotas, puedes escucharlas en este breve ep (17 minutos) mientras esperas a que llegue la época.

Fotografía #4: Jacques Henri Lartigue

Googlear el nombre de 'lartigue' y pinchar en Imágenes es introducirse en un mundo pasado lleno de felicidad, de gente en movimiento (saltan, brincan, corren), de automóviles y veloces cachivaches, de playas cuando en las playas sólo veraneaban los privilegiados…

Este francés feliz retrató el inicio de la modernidad y rompió con la fotografía estática. Considerado uno de los grandes fotógrafos —llegó a decorar las paredes del MoMA—, es toda una sorpresa ver ahora de cerca todo este mundo suyo en la fundación CaixaForum, donde se muestran cerca de 250 imágenes, una veintena de fotos estereoscópicas o tridimensionales (absolutamente maravillosas), algunas de sus cámaras, de sus álbumes y de sus diarios, en los que plasmó durante setenta años el tiempo que hacía cada día. Probablemente siempre le hizo sol.

5 sobre... #11: novedades 2011

Se amontonan novedades que merecen recomendación. Vaya aquí un puñado de ellas:

> Bill Callahan: Apocalypse (Drag City)
¿Hará alguna vez Bill Callahan un mal disco? Lleva unos quince intentos desde que comenzara como Smog en 1992 y aún no lo ha conseguido. Antes de que eso ocurra, es más probable que el partido de Mariano Salvador Gaviota y sus jaleadores pidan el aborto libre. «America!» es, sencillamente, impactante, y sin duda una de las grandes canciones protesta de nuestros tiempos. Y hay quien ha llegado a asegurar con bastante fundamento que estamos ante su Astral Weeks.

America-Bill Callahan

> The Pains Of Being Pure At Heart: Belong (Slumberland, 2011)
Se encontraban ante el-difícil-segundo-disco después del baño de fama del debut. Prueba superada con este álbum coherente y potente (viva la rima interna), que mantiene intactos, claros y despejados los postulados de sus inicios; y aún más: es un trabajo sólido, firme y ancho como una autopista, cuyo único peaje será conseguir verterlo al directo con la misma intensidad. Incluso hay temas que se aproximan y mucho a sus gigahits del debut: «Heart in your Heartbeat» y «My Terrible Friend», por ejemplo. Un discazo.

The Pains Of Being Pure At Heart - My Terrible Friend

> Jeremy Jay: Dream Diary (K Records)
Este chico recuerda a un Chris Isaak con teclados y peor comido con ese aire de nostálgica lejanía y su pop atemporal y ensoñador. Con su aspecto de chico solitario y medio perdido dan ganas de hacerse su amigo. Medios tiempos para tiempos medios.

IN THE TIMES

> Wire: Red Barked Tree (Pink Flag)
El suyo de 2003 fue uno de los retornos más retumbantes que se recuerdan. En primer lugar, por el eco de la noticia en sí de que Wire volvían; y después porque la descarga sónica de Send resultó apabullante. Desde entonces la pareja Newman/Lewis ha despachado otro par de discos y en todos se encuentran motivos para seguir considerándolos los grandes popes del post-punk. La rotundidad de su sección rítmica, ese bajo espeso y goteante se te pega como resina.

Wire - Please Take

> Iron & Wine: Kiss Each Other Clean (4AD)
Sam Beam, tipo raro y rural, se ha dado cuenta de que su habitual ensalada a base de brotes de alfalfa queda mejor si se aliña un poco. Así que ahora a su folk de establo le mete saxos, flautas, pianos, falsetes, toques de jazz, de funk y un montón de aromas setenteros que satisfacen mucho más al paladar. Por cierto, ¿hay alguien en la sala que también se acuerde de Cat Stevens?

Iron & Wine - Walking Far From Home

Plataneces #21: Leonard Cohen

El disco «tecno» de Leonard Cohen (1988) llevaba portada platanera.

Enrique Morente y Lagartija Nick se nutrieron de aquí para sacar provecho a su impresionante Omega (1996).

Boris Vian #12

Esquema manuscrito de En avant la zizique (1957).

Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #11 // Gastan gafas #27: The Doors

Pero, Gog, ¿vienes a decirnos que para que alguien adopte el nombre de Las Puertas hace falta haber leído algo? Ya, puede parecer ridículo. Aunque realmente lo es.

Lo cierto es que más bien se trata de una pedantería de Jim Morrison, que tenía sus pujos de poeta. El asunto es así de simple: las dos palabras encabezan los siguientes versos del poeta William Blake: «If the doors of perception were cleansed, every thing would appear to man as it is: infinite». (El escritor Aldous Huxley también se fijó en ellos para titular su ensayo «The Doors of Perception».)

Como contar algo más sobre The Doors no aportará demasiado a estas alturas de la película, hagámoslo por el lado personal por si a alguien le pudiera resultar medianamente interesante; así pues, he aquí comentadas las cinco canciones fa-Gog-ritas de los Doors:

1. «People are strange»: lo primero que llama la atención es el título, porque mira qué es rara la gente. Empieza un leve punteo de guitarra, entra la voz, se mantienen juntos unos segundos y luego se suelta toda la banda. La hace especialmente irresistible cómo avanza con parones y arranques. Y todo en sólo dos minutos. (En Strange Days, 1967)

2. «Light My Fire»: pese a los más de 7 minutos, ese órgano pletórico que recorre constantemente el tema lo vale todo. Y la invitación chulesca del estribillo: C'mon baby, light my fire. (En The Doors, 1967)

3. «The Spy», pero la versión bluesera y más sencilla que se editó como corte extra en la reedición del 40º aniversario de Morrison Hotel (1970). Un piano y una guitarra eléctrica dialogando a lo largo del tema mientras Morrison juega a chamán: I'm a spy in the house of love / I know the dream, that you're dreamin' of / I know the word that you long to hear / I know your deepest, secret fear

4. «Hello, I love you»: su toque Kinks la hace una gran canción. Es tan evidente, que Ray Davies les demandó por el excesivo parecido con «All Day and All of the Night», así que no es de extrañar que le guste tanto a Gog, tan kinksiano él. (En Waiting for the Sun, 1968)

5. «Love Her Madly»: es alegre, optimista, una estupenda canción de pop, tal y como entendían ellos el pop.

Ray Manzarek, el teclista y parte esencial de la banda, es el que gastaba gafas.

Goguerías #2

> Parece que las flautas se tocasen soplando por la nariz.

> Se murió tras suicidarse.

> En tenis, la cuestión es set o no set.

> Una pista de tenis por la noche siempre olerá a Sabrina.

> El presente improvisa.

> ¡La mina, animal! [palíndromo]

> Un neologismo: blablableces.

> Ni míseros ni miseros.

> Diálogos reales
Dos amigos al finalizar un concierto (PrimaveraSound):
—Van a hacer un bis.
—Sí, yo también tengo ganas.

> Ya se puede visitar el pazo de Meirás y no volverás.

> Traducciones
I ate something that didn’t agree with me: 'he comido algo que no estaba de acuerdo conmigo'.

> Fernando Alfaro es más raro que un Chucho verde.

> Fabes of the reconstruction: ¿errata o edición asturiana del disco de REM?

> Nombre para un grupo: Punk Floyd.

> Lady Gaga es muy Mandonna.

> Cuando a los niños se les caen los dientes de leche, a continuación les salen los descendientes.

> Las materias primas, los números primos, las primas a terceros, mis primos de Cuenca...

Debut #32: Summer Fiction

Summer Fiction es el proyecto del músico de la ciudad con nombre de queso cremoso Bill Ricchini. Le gusta mirar al pop de la década de los sesenta —a veces incluso mete algunos toques de aquellas big bands de décadas anteriores, como en «Lipstick Traces»—. En el vídeo de «Chandeliers» deja muy clara esa ascendencia sixtie, para el que ha utilizado escenas de un guateque de la peli italiana I pugni in tasca, de Marco Bellocchio (1965).

Su álbum de debut (2010) está lleno de preciosos temas, de los que brotan xilófonos, organillos, trompetas, violines… en fin, toda una deliciosa cacharrería orquestal no muy al uso.

1. She's Bound To Get Hurt
2. By The Sea
3. Diamond Beach
4. Chandeliers
5. Kids In Catalina
6. Carry On
7. Waltz (Summer Fade)
8. To: Alone
9. Lipstick Traces
10. Throw Your Arms Around Me
11. It's Getting Dark

Fa-Gog-ritas: 1, 2, 4 y, sobre todas, 11.

La influencia del centeno en la cultura popular #17 // En serie #6

La segunda temporada de la serie Gilmore Girls estaba cuajada de referencias a Salinger y su obra.

> En el capítulo 8, la protagonista le dice al malote del pueblo: «Si quieres ser como Holden Cautfield, tú mismo, pero eso es una mierda.» (El subtitulado del fotograma es pésimo.)

> En el capítulo 15 se alude al relato «Fanny & Zooey».

> Y en el capítulo 16, el siguiente diálogo:

— Pensaba hacer de ermitaña esta noche.
— ¿Por qué?
— No sé. A J.D. Salinger parece encantarle.

Cosas de hermanos #14: Acid House Kings

Igual que no está de más tener siempre preparada una bala en la recámara —o cicuta en el pastillero si eres más de tendencia socrática— para esos días negros en los que te gustaría quitarte del medio irremediablemente, deberíamos también tener un reservado en nuestro reproductor para esos días que uno se siente inverosímilmente contento, felizardo en una nube de optimismo y el ánimo a tecnicolor.

Y si Music Sounds Better With You (Labrador, 2011), quinto álbum de Acid House Kings, la banda de los hermanos y residentes en Suecia Angergård (ellos), no consigue transmitirte ese efecto contagioso es que —Gog lamenta ser él quien te dé la noticia— ya estás muerto.

Leches, es tan exultante que casi hasta da vergüenza sentirse así de bien. Pero ya lo dijo el poeta: «Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que pase de largo depende en parte de Acid House Kings».

Faropedia #4: el faro de las islas Sanguinaires

Un como parisino —Alphonse Daudet— se va al corazón de la Provenza, se compra un molino de viento donde vivir y allí escribe las impresiones que capta de la vida provinciana y rural, en una especie de pasmo y postración.

También narra algún que otro esporádico viaje suyo por el Mediterráneo, como el que le lleva a las Islas Sanguinaries, en Córcega. Se trata de un grupo de cuatro islas a la entrada del golfo de Ajaccio; están deshabitadas, por lo que resultan un poco austeras, pero hay un viejo faro, una torre y un semáforo.

Así lo describe Daudet:

(…) allá arriba, en lo más alto, entre un torbellino de aves marinas, la casa del faro, con su plataforma de piedra blanca (…) la puerta verde ojival, la pequeña torre de fundición y encima la gran linterna con lentes tallados que brillan al sol y proyecta luz incluso durante el día.

(Las Cartas desde mi molino se escribieron entre 1866 y 1874. El texto pertenece al capítulo «El faro de las Sanguinarias».)

Arcade Fire: The Well & the Lighthouse

Discos con portada con discos #28 // Género chico #12: Holy Ghost!

Imposible no sentir curiosidad por saber a qué sonará el disco si te topas con esta portadaza:

Se trata de uno de los singles incluidos en el debut de Holy Ghost!, fichados ni más ni menos que por DFA.

La canción le resultará vacilona y resultona al que añore todo aquel sonido electrónico de los 80. Y premio para quien acierte el fusilamiento que hacen en el riff de piano de cierto tema ochentero, y que lo llamarán sampler u homenaje.

Holy Ghost! - Wait & See by DFA Records

Y por si no estuviera aún suficientemente claro que son de Nueva York, obsérvese el Let's go Knicks sobre uno de los muebles.

Rock 'n' actor #18

El actor Luis Tosar, el gran actor Luis Tosar —ese hombre que lleva puesto en las cejas el pelo de la cabeza— lleva dándole al rock desde bien joven. Ya en su Lugo de nacimiento participó en Los Contentos, después montó Los Huana y algún que otro proyecto musical antes de acabar en The Ellas haciendo versiones de mujeres (Lauper, Vega, Blondie...).

Cuando empezaron a componer sus propios temas decidieron modificarle el nombre a la banda por el actual Di Elas, decisión cuando menos tan discutible como el copago sanitario. Ahora debutan con álbum homónimo (Warner, 2011), con un pop rock clásico, directo y sencillo. Él canta, toca la armónica y compone.

...Y ellos se juntan #26 // Sales en mi canción #30

The Flaming Lips + los electrónicos Neon Indian han unido fuerzas para sacar un maxi titulado «Is David Bowie Dying?».

En fin, por la rareza y poco más, porque les ha quedado lo suyo de soporífero. Y si no apareciera mencionado David Bowie, no se le hubiera prestado ni una nada de atención al tema. Dicho todo esto desde la admiración, en base a la querencia y a nivel de sin acritud, por un asiduo y firme seguidor de los de Oklahoma.

Cara A

Is David Bowie Dead?

Alan’s Theremin

You Don’t Respond

Cara B

Do You Want New Wave or Do You Want the Truth Part 2

(Más sobre el nombre de Bowie citado en canciones aquí.)

Las nuevas aventuras del llanero solitario #11 // Género chico #9: Alex Turner

¿Te gustan o se te hacen bola los Artic Monkeys? ¿Y los Last Shadow Puppets? Pues no importa cuál sea la respuesta, porque lo que acaba de hacer Alex Turner es bien distinto de sus otros dos grupos. Ha compuesto seis canciones para la banda sonora de la película Submarine, dirigida por Richard Ayoade, y se han publicado en formato de ep (en vinilo de 10'' o en formato digital).

Todas ellas están moldeadas a base de estructuras sencillas, notas frágiles, precisión y sutileza. Las cuatro primeras son totalmente acústicas; las dos últimas están más vestidas y son dos preciosas piezas atemporales compuestas con gusto exquisito y lirismo bien entendido. Especialmente brillante resulta «Stuck on the Puzzle».

(Entrada dedicada a Evaristo Aguirre, por el descubrimiento, aunque en su casa se sirvan bebestibles de extraña mezcolanza.)