Escena familiar en el hogar de los Nielson, allá en Nueva Zelanda. Ruban y Kody, cada uno a un lado de la mesa, mismo pelo negro enmarañado, cierto parecido fraternal, se cuentan sus nuevos proyectos musicales después de deshacer la banda de punk rock que compartían, The Mint Chicks:
Ruban.— Me voy a ir a EEUU para montar una banda que hará una especie de funk futurista. Nos llamaremos The Unknown Mortal Orchestra.
Kody.— Pues yo también tendré un grupo nuevo, Opossom, pero probaremos más con el indie pop con aires sixties y algo de psicodelia. Y me iré a vivir con Bic Runga, a la que produciré su cuarto álbum.
Dicho y hecho. De The Unknown Mortal Orchestra ya hablamos aquí este año. Toca el turno, pues, del debut de Opossom.
Electric Hawaii (Fire Records, 2012) comienza con un aire de guateque sixtie, marimbas incluidas. Salvo la parte en la que han tomado unos RedBulls de más, como en «Cola Elixir», y el corte final, retorcido y lúgubre (recuerda a Sparklehorse), es uno de esos discos soleados y fiesteros; a veces con algunos efectos de producción de más, pero a cambio todo se desarrolla en apenas media hora.
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