Hoy Gog va a hablar del repollo-rock, lo que los alemanes, tan dados ellos al chucrut o repollo en salmuera, bautizaron como krautrock. Este género musical, de notas sostenidas y ritmos intensos repetitivos, actualmente goza de una reputación reputadísima, pero en sus inicios todo ese buclerío surgido de las influencias del rock progresivo, las vanguardias y el free jazz fue burla y hazmerreír de la cultura canónica: krautrock lo llamaron, o sea, 'repollo-rock'.
Hoy día invocar a Can, Faust, Neu!, Cluster, Kraftwerk, etc., y cuanto vino y ha venido después es un acto se diría cuasi-religioso. Sin ellos, Portishead no habrían existido, probablemente, décadas más tarde. O al menos, de haber existido de todas formas, Portishead no habrían sonado como suenan. El idéologo principal de los de Bristol, Geoff Barrow, ha decidido ahora sacar del armario todo el repollo que tenía dentro con un grupo paralelo, Beak>> (superkrautrock ya desde el nombre). Parece que le van los tríos, porque lo ha hecho en compañía del bajista de Fuzz Against Junk (Billy Fuller) y del teclista de Team Brick (Matt Williams); y ambos gastan gafas. Repollo-rock a saco, sin ambages, hipnóticamente:
Por estos lares, el repollo no lo metemos en salmuera, sino que se lo echamos a un buen cocido, pero cabe recordar que también se le rinde pleitesía al género con muchísima calidad: Lüger, Schwarz, David Rodríguez y su La Estrella de David...
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