En la exposición temporal El Surrealismo y el sueño que ha abierto el Museo Thyssen, abundan, como no podía ser de otra forma, una amplia y variada gama de cuadros, de autores muy conocidos (Magritte, Miró, Dalí…) a otros tal vez menos transitados por el gran público (por ejemplo, la siempre sorprendente Remedios Varo, Delvaux, Óscar Domínguez…), si bien la muestra también incluye esculturas, fotografías y audiovisuales surrealistas, desde cortometrajes como El perro andaluz o de Max Ernst a fragmentos de la película Recuerda, de Alfred Hitchcock, para la cual el mismísimo Salvador Dalí realizó los decorados de las escenas más oníricas.
De la obra pictórica de Dalí hay colgados dos de los bocetos que realizó para Recuerda y siete lienzos, entre ellos "Sueño causado por el vuelo de una abeja alrededor de una granada un segundo antes de despertar". La visión de ese pez que sale de la fruta y del que a su vez sale un tigre, trae a la memoria la portada del álbum de otro surrealista como era el Captain Beefheart. No es casualidad que, además, en Trout Mask Replica (Reprise, 1969) haya un tema titulado Dali's Car. Y por seguir con las asociaciones, algo bastante surrealista por otra parte, ese álbum es el favorito de todos los tiempos de David Lynch, otro muy evidente surrealista; asimismo, ese tema mencionado sirvió para bautizar la banda que formó Peter Murphy una vez disuelto Bauhaus.
Diseño y fotografía: C. Shenkel
Sigamos un poco el rastro de la influencia del Surrealismo en la historia de la música pop –entendida esta en su sentido más amplio– a través de las portadas de los álbumes.
Podría apostarse casi con total seguridad que en la década de los años 50 no hay ni una sola portada que presente una imagen surrealista; y si la hubiera, sería una minusculérrima excepción. Es la época en que comenzaba a desarrollarse el concepto de álbum. Las ilustraciones solían ser fotografías de los artistas y el diseño gráfico no tenía demasiada complicación.
Hay que tener en cuenta que el vehículo de expresión y consumo principal entonces era el single. El álbum, al comienzo, era básicamente una recopilación de los éxitos de los artistas. Fue más adelante cuando se vio en ese formato las posibilidades comerciales que tenía.
Tampoco en la primera mitad de la siguiente década se hallan muchos ejemplos. Sólo a partir de 1967, con el advenimiento de las sustancias alucinógenas y la psicodelia, comienzan a aparecer motivos surrealistas en las cubiertas de los discos.
Tampoco en la primera mitad de la siguiente década se hallan muchos ejemplos. Sólo a partir de 1967, con el advenimiento de las sustancias alucinógenas y la psicodelia, comienzan a aparecer motivos surrealistas en las cubiertas de los discos.
Diseño: Ed Trasher (1968)
Diseño: Phillip Travers (1968)
Diseño: Bob Cato (1968)
Fotografía: Roland Diehl (1968)
Diseño: Milton Glaser // Pintura: Bob Dylan (1968)
La década de los años 70 fue, sin duda, la etapa gloriosa del Surrealismo en las portadas discográficas. El álbum pasa a ser, definitivamente, un producto integral y las portadas se llenan de composiciones artísticas. Mucho tuvo que ver en la eclosión del Surrealismo los diseños de Hipgnosis, responsable de algunas de las cubiertas más legendarias de la época. Solamente con los trabajos gráficos de este estudio londinense podría hacerse una exposición surrealista. La mítica de los álbumes de Pink Floyd debe mucho a Thorgerson y Powell, los fundadores de Hipgnosis en 1968 [en este enlace pueden verse todos sus trabajos]. Recordemos, por ejemplo, aquel cerdo volando sobre una fábrica en Animals (Capitol, 1977) o el hombre ardiendo estrechando la mano a otro tranquilamente en Wish You Were Here (EMI, 1975). Después, todas aquellas bandas de rock progresivo introdujeron el Surrealismo en sus portadas. Los discos de Yes, Camel, Genesis… En líneas generales, podría afirmarse que el Surrealismo formó parte del ambiente de la época en la industria musical en lo que hace a las artes gráficas durante la década de los 70. Seleccionar sólo un puñado representativo es harto complicado.
Diseño y fotografía: Jim Franklin (1970)
Pintura: M.C. Escher (1970)
Diseño: Bruce Steinberg (1973)
Diseño y fotografía: John Lennon (1973)
Idea: Janson, Eding, Clapper // Ilustración: Arthur Wood (1973)
Diseño: Hipgnosis (1977)
Diseño e ilustración: Hugh Syme y Bob King (1978)
Hacia finales de los años 70 se va calmando la fiebre surrealista. El excesivo uso de imágenes oníricas recargadas conduce a unas cubiertas de composición algo más sencilla, con predominio de un esteticismo refinado, y poco a poco se van volviendo más sobrias. En los años 80 cambió el concepto artístico para las ilustraciones de las portadas. El cuidado plástico de las cubiertas se mantiene, el dibujo sustituye en gran parte a la fotografía, pero los ejemplos de Surrealismo son muy escasos en comparación con la década anterior, a excepción del heavy metal (portadas de Def Leppard, Rainbow, Megadeth, etc.), que en su afán por epatar desarrolló unos diseños a cual más, más... en fin, a cual más. En géneros musicales como el punk, la new wave, el synth pop o el pop y el rock de estirpe indie apenas se percibe; Robyn Hitchcock sí es uno de sus frecuentadores.
Diseño: Alan Schmidt & Pat Carroll // Ilustración: Chris Moore (1981)
Diseño: Hugh Syme (1982)
Diseño: Lumel Whiteman Studio // Ilustración: Stan Watts (1983)
Diseño: Michael Hodgson // Ilustración: Jim Warren (1983)
Dibujo: Robyn Hitchcock (1989)
La misma escasez de producción surrealista continuó en general durante los años 90. En la actualidad, con el renacimiento del vinilo, un formato con más prestaciones para el desarrollo de las artes plásticas, la huella del Surrealismo sigue presente, aunque ni mucho menos con la fuerza de antaño. Hay bandas eminentemente surrealistas en sus propuestas estéticas, como The Flaming Lips y los siempre excesivos Of Montreal, o la psicodelia, como The Warlocks, y en general el rastro del Surrealismo parece extenderse levemente.
Diseño: J. Schmidt (2008)
Diseño: Poccuo // Ilustración: Elzie Sexton (2008)
Cuadro de Terry Rowlett "Through the Garden" (de 2003; álbum de Vic Chesnutt y Elf Power, de 2008)
Y en lo que se refiere a la industria fonográfica española actual, se percibe, en cambio, un mayor interés por los planteamientos surrealistas. Es muy sabido que el arte español, tradicionalmente y exceptuando determinados periodos artísticos más vanguardistas y determinados autores muy personales, ha tenido siempre muy hundidas sus raíces, sea el campo artístico que fuere, en el Realismo. Y si no hay muchos ejemplos que sacar a la luz echando la vista atrás —de nuevo habría que acudir a una banda de conceptos surrealistas, como El Niño Gusano—, podría decirse que hoy día el Surrealismo tiene más cabida que nunca en las portadas españolas.
Diseño: Óscar Sanmartín y Jesús Saiz (1996)
Diseño: Alcázar y Núñez (2007)
Ilustración: Gonzalo Rueda (2009)
Diseño: Artica (2009)
Collage: Carlos Ballesteros (2012)
En resumen, podría concluirse que, si bien la evolución de la producción de portadas con motivos surrealistas a lo largo de la historia tiene forma de campana de Gaus, hoy día, quizá debido en parte a la vuelta del formato grande del vinilo, que permite un mayor desarrollo plástico, la influencia del Surrealismo sigue vigente e incluso llega a detectarse un cierto incremento.
[Son todas las que están pero no están todas las que son. Tenemos anotadas muchísimas más, aunque cualquier aportación que se haga al tema para completarlo será bienvenida.]
5 comentarios:
Me temo que la lista pueda ser muy extensa porque, de momento, simplemente al ojear las novedades de Munster nada más leer tu entrada, ya he dado con dos:
- The Warlocks: "Skull worship"
- Sun Ra: "The futuristic sounds of Sun Ra"
Seguiremos atentos.
No sabía que The Warlocks sacaban disco, así que estupenda noticia. Sin duda, la portada podría figurar. De hecho, es un grupo con casi todas las portadas surrealistas. Iba a poner la de "Surgery", pero no encontré el dato del diseñador, porque no tengo ese álbum.
El de Sun Ra no me parece tanto un ejemplo de Surrealismo de manual, pero tú sabes más del tema que yo.
¡Gracias por la aportación!
En los años 50 y primera mitad de los 60 no hay más que leer las letras y ver la actitud de los músicos para entender esa falta absoluta de surrealismo en el arte de las portadas. De hecho los diseños ni se firman. Aunque artísticamente son impresionantes, el objetivo último (y, en lo que a la industria se refiere, único) es vender discos. Los artistas músicos querían o bién expresarse imitando a sus ídolos (el rock´n´roll creció gracias a que los discípulos iban superando a los maestros) o ganar mucha pasta o ambas cosas. Los artistas gráficos bastante tenían con comer, porque el público no supo quienes eran hasta que los Beatles comenzaron a reivindicarlos (empezando por Klaus Voorman y su portada para "Revolver" en 1966, por cierto 100% surrealista) Nada más lejos del surrealismo que el rock´n´roll, tan absolutamente mundano y tan inmediato, es por éso que sólo a partir de ese 1966, cuando las conciencias comienzan a despertarse y aparecen las primeras fusiones "impuras" en él (Dylan es más decisivo que las propias drogas a las que se refiere el artículo) tiene cabida el surrealismo en las artes gráficas que envuelven el formato físico (el vinilo) en que es entregado al público.
Totalmente de acuerdo en lo que refieres de los años 50. Hay que tener en cuenta, además, que el vehículo de expresión y consumo principal era el single. El álbum, al principio, era básicamente una recopilación de los éxitos de los artistas. Fue más adelante cuando se vio en ese formato las posibilidades comerciales que tenía.
Respecto al collage de la portada de Revolver, para nada creo que sea surrealista, sino que lo describiría como Pop art.
Muchas gracias por haber leído la entrada y por tu comentario.
Es lógico que haya divergencia de opiniones acerca de lo que es y lo que no es surrealista (probablemente el propio Klaus Voorman estaría de acuerdo contigo), el terreno de lo onírico es la mar de subjetivo. A mí las imágenes de Ringo sentado en la cabeza de Goerge, John saliendo del pelo de éste o el mismo John detrás de su propia oreja sí me gritan "surrealismo!", pero quizá la intención de Klaus estuviera más cerca del Pop art. En cualquier caso, gracias a tí por un artículo tan currado.
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