He ahí a Steve Cradock: montado en una scooter, una parka tres cuartos como abrigo y un faro al fondo. No puede haber una iconografía más mod. Y es que la ascendencia del otrora guitarrista de The Ocean Colour Scene es tan evidente que casi da pudor reiterarlo.
Cradock siempre ha alternado su guitarreo en la banda madre con una asidua colaboración con el puto amo, Paul Weller, otro que tal. Y fue tarde, en 2009, cuando se decidió a correr en solitario. Recientemente ha plastificado su tercer álbum, Travel Wild – Travel Free (Proper, 2013).
El primer corte llama inmediatamente la atención: un guitarreo psicodélico, una batería firme y una voz femenina que entra a la par de un teclado sostenido. La voz es la de su mujer Sally, que a lo largo del disco hace los coros y segundas voces.
Hay otros temas potables entre la docena que sigue. En todos se destila psicodelia y pop soleado sixtie, y se alternan con otras piezas más ensoñadoras y tiernas. Y aunque las madres digan que es de mala educación señalar, apuntemos que dos de las mejores son las rítmicas «Sheer Inertia» y «Doodle Book», que recuerdan a los mejores de Ocean Colour Scene pero templados aquí con el saber hacer del puto amo.
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