David Tattersall, esto es definitivo, padece una hemorragia de creatividad congénita. No de otra forma puede explicarse el brillante, copioso y honesto cancionero que este chico ya lleva compuesto para sus The Wave Pictures desde mediados de la década pasada. Y no es sólo cuestión de álbum por año, pues todos esos discos los tienen aliñados con ep, descartes, colaboraciones y rarezas varias. En septiembre de 2011, por ejemplo, la revista Rockdelux salió acompañada de una preciosidad de recopilatorio del grupo: I Thought of you Again. Outtakes & Alternative Versions, cuando unos meses antes habían sacado Beer in the Breakers (Moshi Moshi, 2011).
Con este hasta ahora su último disco oficial, parece que Tattersall, además, ha descubierto que se está bien en una cocina componiendo canciones, y que allí hay todo un mundo al que acudir en busca de inspiración, o al menos eso parece después de escuchar en la docena de cortes la cantidad de referencias a este aposento de la casa y lo que en él se cuece:
Once you wrote your name in peppercorns poured out onto the table
(«Now your Smile Comes Over in your Voice»)
Scoop the ice cream with the dipper
Maple syrup on the sheets
You could hear them in the kitchen
(«Walk the Back Stairs Quiet»)
But there’s no love in her kitchen («In Her Kitchen»)
We ate toast cut roughly into halves
with sour jam in an empty bar
(«Little Surprise»)
You said you never really wanted a red wine ever (…) I smiled, sipped at my beer («Two Lemons, One Lime»)
Y momento platanoso: And I, slipping on banana skins («China Whale Brand»)
Desde luego es un disco que, en su sencillez y recogimiento, suena íntimo y familiar, confortable, tibio, como un bizcocho casero. Todo fluye con serenidad a base de guitarra, bajo y batería (tocada con escobillas las más de las veces), apenas hay algo más que se salga de esa línea, quitando la armónica que suena en «Rain Down». Confesiones y escenas cotidianas interpretadas principalmente en tiempos medios y lentos (qué hermosa y triste es «Walk the Back Stairs Quiet»), con algún momento más enérgico («Now your Smile Comes Over in your Voice»).
Disco para pasar recogidos el invierno al calor del hogar, esperando a que la primavera nos desesperece.
3 comentarios:
Quizás uno de los conciertos más inolvidables a los que asistí en mi vida (por el conjunto de música y ambiente así como íntimo, a la par que de colegueo y guay) fue el de los Wave Pictures en un pub de Cambridge: un miércoles a las ocho de la tarde, cuatro libras la entrada, no éramos ni treinta personas... y flipamos al ver que se habían traído a Stanley Brinks (Herman Düne) con ellos, sin avisar y porque, como ellos mismos dijeron, "él estaba libre hoy y a nosotros nos venía de paso recogerlo".
Anécdota grande. Gracias por dejarla aquí apuntada, Amanda.
Yo ya los he visto dos veces, que son asiduos de estos pagos. Son encantadores y muy buenos. A mí me parecen un grupazo.
Yo es que soy un poco abuela cebolleta... jajajaja.
Sí que son un grupazo.
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