La Bestia, Santiago —o incluso Santi— para los amigos, fue el batera que sustituyó al miembro original (Ballesteros, otrora aporreador en Ñu y Coz) de aquella banda vallecana de heavy glam de los ochenta llamada Bella Bestia.
Se cuenta que La Bestia, que siempre iba con la cara cubierta por una máscara, llegó a actuar encerrado en una jaula.
Atención a la risión del vídeo a partir del minuto y medio: hair metal de manual con esos cabezazos para desplegar aquellas melenas más cuidadas que un jardín japonés.
1 comentario:
Hombre, aunque tarde veo que empiezas a poner buena música en tu blog ;-)
Esos Bellabestia estaban ya para el 86 más acabados que los vaqueros nevados o la piña colada. Salvando las distancias, se puede decir que Santi el Bestia fue un fichaje en plan Sid Vicious, mucho glamour pero poca tralla, aunque era un más que hábil baterista. Pero fue todavía peor perder al cantante, Toni Cuevas, y poner al mariquituso este del falsete impenitente. Cuevas se fue a Niágara, que intentó hacer una cosa muy gafapástica para la época: un grupo español de heavy metal que cantara en inglés. No eran malos; tenían un cierto aire a Whitesnake patrio, con medios tiempos aceleradillos y riffs potentes. En directo sonaban bien (unas fiestas de Mayo lo petaron en el paseo de Camoens, había más gente que para ver a los Smiths y yo puedo decirlo que estuve en los dos), pero el fracaso fue apoteósico.
Y por melenas al viento no le iban a la zaga a Bellabestia, como puedes comprobar tú mismo:
http://youtu.be/FzlX7hkfoTs
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