Cuando a Owen Ashworth sus padres le regalaron por Navidad aquel teclado de juguete, nunca pensaron que años después continuaría metido en su cuarto dándole a los cachivaches con teclas y grabando canciones. Por si sus intenciones no estuvieran del todo claras para alguien, bautizó su primer proyecto musical como Casiotone for the Painfully Alone. Ahora lo ha cambiado por Advance Base, tal vez porque ha cambiado de casa, pero el concepto sigue siendo básicamente el mismo: baladas de perdedor, cantadas como con desgana y musicadas con pianos eléctricos, autoharp, omnichord y viejas cajas de ritmo.
En el vídeo para el tema que abre A Shut-In's Prayer (2012), el protagonista es él mismo, pero sin gafas e interpretado por un entrañable monstruo azul, una tierna bestezuela que añora a la bella diosa de la que está obsesivo-compulsivamente prendado. Se martiriza viendo proyecciones de ella, hace pedazos sus fotos metiéndolas en una batidora, compone música en casa pensando en su amada y por fin sale a la calle para intentar recuperarla.
(Por cierto, además del propio Advance Base, algunos más deberían pagarle un canon al creador de Tricky, el “monstruo de las galletas”, como Monstruos S.A., Herman Dunne, etc.).
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