lunes, 25 de marzo de 2013

Criaturas celestiales #31 // Todo el mundo quiere a PJ Harvey #13: Lucrecia Dalt


Colombia: su cumbia, su Juanes y algo muy diferente y mucho más excitante… su Lucrecia Dalt

Dalt, en catalán, significa ‘subir’. El caso es que esta medellinense está afincada en Barcelona desde hace unos años, donde ella sola se ha guisado un sugerente proyecto musical basado en la electrónica, pero altamente emocional y humanizada. De hecho, llama la atención la enorme habilidad de Dalt para empastar todo ese colchón digital con componentes analógicos. Las percusiones, por ejemplo, que a veces sí son beats electrónicos, pero otras veces pueden ser tambores o sillas de cocina. 


Electrónica tribal.

Así que portátil, bajo, controladores midi, voz (susurrante, casi recitadora, como en una letanía) y percusiones para crear una música enigmática, oscura, de una agitación contenida —si eso tiene sentido— que te atrae, en la que no sabes por dónde va a seguir la secuencia, qué sonido va a aparecer a la vuelta de uno de esos bucles. Estudió ingeniería civil, así que algo de construcción, de arquitectura sonora tienen sus temas. Su segundo álbum es el hipnótico Commotus (HEM, 2012). 


Y aunque su música se mueve en patrones diferentes, se declara públicamente una entusiasta seguidora de PJ Harvey, quizá una de su mayores influencias como artista.

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