Mon Hawaï à moi,
Cette île. Cette île
Que j'aperçois de la plage de Granville.
Esa isla es Jersey, a golpe de vista desde Granville, ciudad costera de la Baja Normandía. Y es la misma ciudad en que nació Mélissa Dubourg (voz), que andando el tiempo y ya afincada en Caen se unió a Sofian El Gharrafi (voz, guitarra, teclados) y Arthur Allizard (batería) para formar una banda. Se llaman Granville no sólo por ser el lugar natal de la chanteusse, sino porque su ambiente marítimo es un vínculo de unión, según ellos mismos cuentan, con la California soleada y popera.
Y es que la idea era crear un grupo con influencias del pop francés y norteamericano sesenteros. Para que no haya dudas, el tema que abre su álbum de debut —Les Voiles (East West, 2013)— es una oda sixtie dedicada a Nancy Sinatra: Si Nancy Sinatra n'avait pas chanté bang bang / Je n'vous aurai pas embrassé.
Le sigue esa «Jersey» citada más arriba, con un silbido y un rasgueo de guitarra iniciales, y después toda la banda cantando al unísono, que es uno de los temas más irresistibles del año.
Tras un par de cortes que siguen la línea marcada al comienzo, llega el que es su segundo single, «Le Slow». Se inicia con otra referencia exquisita, a la actriz y cantante Sophie Marceau; la canción rápidamente adquiere un ritmo alegre y juguetón, pero al llegar al estribillo sobrevuela un deje triste difícil de precisar, y esa sensación de tristeza ya no abandonará el tema pese a la guitarra cristalina y los coros entrañables. Una maravilla de pop atemporal, del pop que permanecerá siempre.
Por delante quedan siete cortes más. Todos luminosos, contagiosos, llenos de vida, a los que la personalidad de Sophie les confiere una profundidad especial, tal vez la misma que subyace en sus penetrantes ojos verdes.
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