Callas es un apellido legendario en la música clásica griega. Fue con el que se bautizó artísticamente la soprano María Cecilia Sofía Kalogeropoúlou. No sabemos si es de ahí de donde proviene el nombre de The Callas que luce el joven cuarteto griego formado por dos chicos —los hermanos Aris y Lakis Ionas— y dos chicas —Chrysanthi Tsoukala (guit.) y Marilena Petridou (bat.)—, y que están asentados en Londres. El art rock que practican, no exento de un estimable empuje pop , ha convencido a su compatriota Jim Sclavunos —sí, el batería de Nick Cave & the Bad Seeds y Grinderman y que ha tocado con gentecilla como Sonic Youth, Tav Falco's Panther Burns, Lydia Lunch, The Cramps…— para producirles Am I Vertical? (Inner Ear, 2014), su segundo álbum. A los coros, una especie de subgrupo, The Callasettes, trío femenino de nombres bien sonoros: Theodora Malamou, Terpsichori Savvala y Vikki Paras.
¡Y cómo se nota la mano de Sclavunos! No sólo en esa percusión diríase marcial que hay en todo el disco (atención al trabajo de Petridou), sino también en la densidad sonora que consiguen plasmar a base de unas guitarras feroces y un bajo oscuro como un pozo. Einstürzende Neubauten estarían orgullosos si escucharan, por ejemplo, «East Beat» (no en vano su líder Blixa Bargeld tocaba con los Bad Seeds); es una pieza de krautrock formidablemente arrasadora:
Sería demasiado sencillo entrar en el manido juego de mencionar otras influencias musicales. No merece la pena de puro evidentes; vale más cerrar los ojos y sentir las dentelladas que salen de las guitarras y toda esa energía y potencia que la banda desarrolla de manera tan compacta.
Cuidado con el perro; muerde. Y cuidado con The Callas; queman.
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