Parker Kane (1990) es un ínfimo telefilme de detective estereotipadísimo, con los solos motivos para verlo de que Marisa Tomei hace en él sus primeros pinitos importantes y que sale Patti LaBelle cantando «Hallelujah, I love Her So» en un club, después de cruzar unas líneas con el protagonista.
Por suerte la escena sucede relativamente pronto; luego se puede dejar de verlo con toda tranquilidad.
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