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Ocurre con tanta frecuencia que se podría abrir un blog sólo para este tema: un artista publica su mejor obra y justo a continuación va y se muere. Es como si en esta gente su naturaleza hubiera intuido inconscientemente un final inminente que les hubiera desbordado la creatividad. En música, por ejemplo y sin pensar demasiado,
Roy Orbison,
Rowland S. Howard o, recientemente (ayer hizo dos meses),
Poly Styrene, que es/era uno de los mejores alias musicales que han existido (a la altura de
Lux Interior o
Ali WahWah).
En el caso de
Marianne Joan Elliott-Said —fundadora de la banda punk
X-Ray Spex tras asistir a un concierto de los
Sex Pistols en 1975 el día de su cumpleaños—, con
Generation indigo (Future Noise Music, 2011) le ha salido un disco hedonista y bailongo, como unos
Blondie rejuvenecidos (algo que no están sabiendo hacer los auténticos Blondie, qué pena), o los
Clash de
Sandinista, con esos toques reggae de todo buen punk que se precie.
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Después de los perecederos
Translucence (United Artists, 1980) y
Flower Aeroplane (2004), a la tercera fue a la vencida para Poly Styrene, la vencida en todos los sentidos. Pero la pista de baile aguarda a ser pisoteada con alegría cuando suene «I Luv Our Sneakers». Y a la pisci con él este verano. ¡Daaaaaaaale!
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