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Esta entrada llega tarde. Poco importa, porque a
Rowland S. Howard, lamentablemente, todo le llegó siempre tarde. No le sacó partido a la ola eufórica y salvaje de
The Birthday Party, donde tocaba su afilada guitarra junto a
Nick Cave y
Mick Harvey, que sí supieron aprovecharse del momento. Condenado a vivir en el filo, sus adicciones y su querencia por la derrota le impidieron hacerse notar con sus subsiguientes proyectos musicales:
Crime & The City Solution y
These Inmorttal Souls. Y cuando consigue grabar su mejor álbum, dos meses después de publicarse va y se muere (30/dic./2009).
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Estamos hablando del magnético
Pop Crimes (Liberation Music, 2009; en España en 2010, ya póstumo), con su estilo atormentado y terminal marca de la casa, ritmos repetitivos, siempre comandados por un bajo espeso, consistente, retumbante, que hace desfilar el tema a cámara lenta como si se estuviera celebrando una marcha fúnebre (impresionante
J. P. Shilo), entrecortada por guitarras anavajadas. Y todo queda envuelto en una niebla atemporal; escuchando este disco da igual el ayer o el hoy.
Incluye dos versiones —«Life's What You Make It», de
Talk Talk, y «Nothin» de
Townes Van Zandt—, tan vampirizadas que parecen composiciones propias.
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