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domingo, 20 de junio de 2021

Sales en mi canción #102: sobre ABBA

La A con la B y la B con la A, ABBA. Antes de que empezara la globalización tal y como la entendemos hoy día, hubo un pegamento de origen sueco que uniformó el gusto musical del mundo. Porque, no nos engañemos, no hay nadie que no se haya echado un baile con algún tema suyo, o haya tarareado uno de sus infalibles estribillos, o no conozca alguna de aquellas impecables tonadas. No tendrás discos suyos, pero no te cayeron mal nunca. Hicieron magia.

> Trembling Blue Stars - ABBA On The Jukebox (1996). Indies de manual —una de las muchas bandas por donde ha pasado Beth Arty—, desprendían en sus discos un aire entre melancólico y ensoñador, con querencia a regodearse en el sentimentalismo y la tristura, de esa gente que parece que sólo es feliz en la pena, o que en la lluvia encuentra el éxtasis su estado de ánimo:

Abba on the jukebox at Par Sands 

Y llueve.


> Los Fresones Rebeldes - Algo hay (1999). Otra banda indie al uso, esta de Barcelona y muy representativa de la década de los noventa por aquí. Sus rimas no están en el podio de las más brillantes de aquel pop naíf: 

Hay una canción sonando, / Me da igual "Chiquitita" o "Fernando" / Y eso que a mí ABBA / No me gustan nada 


> Las Escarlatinas - Dormir o morir (2008). Cavilaciones existenciales sobre lo que es hacerse mayor, pero anima como un rayo de sol. Al parecer era una adaptación de “Clear Skies” de la banda coreana Misty

Meteré esos discos de ABBA en el desván 

Tuturutú Tuturutú tuturu 



> Hot Chip: Night & Day (2012). Ritmos sintéticos para un bailoteo frenético, con las pulsaciones disparadas en la pista de baile. El párrafo de esta canción en el que se menciona a la banda sueca lo declama el actor Terence Stamp:

I don't got no Abba 
I don't play no Gabba 
I like Zapp not Zappa 


> The Goon Sax - Sweaty Hands (2016). El trío australiano haciendo de las suyas. La reconfortante batería, el rasgueo amistoso de la guitarra y la cálida voz de Foster que canta: 

Walk past an apartment and hear ABBA

domingo, 11 de abril de 2021

Cameos musicales #65: This Must Be The Place

El mundo no lo sabe, pero aquí es ver a Sean Penn interpretando a una decrépita estrella del rock gótico y recordar ipsofactamente aquel gag de Joaquín Reyes imitando a Robert Smith. Por eso se nos hace tan inverosímil Un lugar donde quedarse (This Must Be The Place; P. Sorrentino, 2011), que es como si Muchada Nui se hubiesen tomado en serio haciendo una peli. Y aunque no existiera aquel episodio de los de Albacete y The Cure, la peli de Sorrentino habría sido igual de inverosímil por mor de un guión tan ilógico y ridículo, enfermo de importancia, que convierte la road movie del viejo rockero gótico en un excéntrico artilugio tragicómico. 

Lo mejor, la música. La banda sonora está compuesta conjuntamente por David Byrne y Will Oldham; además de otras canciones que suenan por detrás: Vic Chesnutt, Iggy Pop… Hacia el minuto 35, el protagonista va a un concierto de David Byrne en Nueva York, con quien luego se queda unos minutos departiendo en otra escena. El tema que interpreta en directo lo grabó en su día con Talking Heads, y aquí sirve para dar título y contexto a la película. Como viene siendo habitual en Byrne, se hace acompañar de un nutrido número de excelentes músicos y prima un vigoroso componente visual.

domingo, 4 de abril de 2021

Rock 'n' actor #36: James Taylor y Dennis Wilson

Siempre hay dos historias: una que queda y otra que podría haber sido. En el mundo del celuloide, los factores que terminan decidiendo el reparto de una película son múltiples: desde las agendas de los actores, al presupuesto con el que se cuenta para contratarlos, los caprichos y veleidades de los directores o las mil vicisitudes del proceso de casting. Probablemente habrá muy pocas películas en la historia del cine que hayan contado para el rodaje con los actores protagonistas en los que se pensó desde el primer momento. Podría decirse que hay tantas películas hechas como otras tantas películas que podrían haber sido. Se cuenta, por ejemplo, que Cary Grant renunció a actuar en La reina de África: él era la primera opción de John Huston, pero Grant no lo vio claro. Habría sido otra película, otra historia, simplemente. 

Otro ejemplo de hasta qué punto puede dar la vuelta un elenco y acabar convirtiéndose en una rareza sin par es Carretera asfaltada en dos direcciones (Two-lane Blacktop, 1971), de Monte Hellman. Para el reparto se barajaron nombres de famosos actores (De Niro y Pacino entre otros); sin embargo, al final se recurrió a actores no profesionales para la mayoría de los papeles, ya fuera por el prurito de realismo que ansiaba el director, o porque el presupuesto estaba demasiado ajustado. El caso es que los papeles protagonistas terminaron interpretándolos el cantautor James Taylor y el batería de los Beach Boys, Dennis WilsonNi en el sueño más surrealista habría cabido a priori una idea semejante. Pero, digámoslo ya, la decisión no pudo ser más acertada. La sensación de camaradería, de sólida e inquebrantable amistad que transmiten es casi poética. Sus diálogos se limitan a un puñado de frases; no necesitan hablar verborreicamente cuando están juntos, como los camaradas de verdad. Ni siquiera sus personajes tienen nombre, se les conoce como Conductor y Mecánico, nada se sabe ni se sabrá de ellos, ni de dónde vienen ni adónde van. Una fascinante road movie existencialista. 



El modelo cinematográfico lo había enmarcado un par de años antes
Easy Rider. Esa búsqueda del destino a través de una carretera entendida como un símbolo de libertad es parte inherente de la cultura popular norteamericana. Tras la Segunda Guerra Mundial, las calzadas no sólo de poblaron de bandas de moteros sino que también llamaron la atención de la Generación Beat, principalmente de Jack Kerouac, como plasmó en esa novela trascendental que es On The Road (1957). Desde entonces el rito cuasi iniciático no ha dejado de repetirse. 

La enigmática Carretera asfaltada en dos direcciones narra las peripecias de dos jóvenes que recorren el país a bordo de un Chevrolet de 1955 tuneado, con el que compiten en carreras ilegales para ganar el dinero suficiente con el que seguir viajando sin un destino concreto. Hellman contaba con un presupuesto exiguo, que prefirió gastar rodando todas las escenas en localizaciones reales a lo largo de la mítica Ruta 66. Aunque su idea iba más allá de captar la esencia del viaje en la carretera. Pretendía asimismo que ese periplo influyera en la vida de sus actores, que llegaran a ser partícipes de esa experiencia iniciática mencionada más arriba. Taylor y Wilson cumplieron sobradamente. 

El silencio, quebrado a veces por el ruido de los motores, es la auténtica banda sonora de la película, pues no tiene una composición propia definida. Eso sí, suenan numerosas canciones, sobre todo en el coche de otro conductor tan errático como los dos protagonistas, que comparte sus casetes con los sucesivos autoestopistas que va recogiendo: «Moonlight drive», de The Doors; «Me & Bobby McGee», de Kris Kristofferson;  «Stealin’», de Arlo Guthrie... De cuando Blablacar era otra cosa.

sábado, 27 de febrero de 2021

El arte de la versión #110

Luché contra la ley, y la ley ganó. El espíritu rebelde que desde siempre ha palpitado en "I Fought The Law" ha hecho que sea fácil identificarse con esta mítica canción, sobre todo por parte de gentes proclives a andar fuera de la manada y outsiders con querencias reivindicativas. No es extraño, por tanto, que haya sido un tema muy versioneado por grupos punks (The Clash, Dead Kennedys, Ramones, Green Day). Un himno para ellos y para tantos otros.

Lo curioso es que es una composición de 1960, cuando las letras de las canciones no solían tratar temas así. Quizá los historiadores musicales podrían establecer en ella algún indicio de los posibles orígenes del punk, porque además de lo bien que se ajustaba el mensaje a la idiosincrasia del movimiento del imperdible, era puro rock & roll, y estaba cantando con la entraña. Tenía crudeza y actitud. Por supuesto, salió escondida originalmente en una cara B, la de la dulce y romanticona "A Sweet Love", de The Crickets, la primera banda de Buddy Holly antes de volar en solitario (y morir volando al poco tiempo, en 1959). The Crickets continuaron grabando discos. El tejano Sonny Curtis, uno de los miembros fundadores del grupo y que junto a Holly había teloneado a Elvis Presley en 1955, fue el compositor principal de los Crickets. Del mismo año que el 7'' es el álbum In Style With The Crickets (Coral, 1960), en el cual estaban ambas canciones de Curtis y otro de sus éxitos, "More Than I Can Say", sí, el que décadas después popularizase de nuevo Leo Sayer.


Una de las últimas versiones que se han hecho de "I Fought The Law" aparece en los créditos de cierre de la película Intermission, del muy recomendable director John Crowley. Esta adaptación está cantada por el actor Collin Farrell, uno de los protagonistas de la cinta: interpreta a un delincuente impenitente, un forajido sin solución. (Dadle una raqueta a Farrell y creeréis estar viendo a Andre Agassi.)

Para que se perciba aún más la importancia histórica de The Crickets, Los grillos traducido a la lengua cervantina, The Beatles se inspiraron en ellos para bautizarse artísticamente.

Larga vida a Sonny Curtis. El Salón de la Fama del Rock n' Roll preserva su nombre y el de su banda.

domingo, 29 de diciembre de 2019

Últimamente se está muriendo gente que no se había muerto nunca #40: Sue Lyon


Una mirada rebosante de tristeza, acumulación de sinsabores y bipolaridades. La foto del personaje probablemente sea irreconocible para casi todos. Era Sue Lyon, muy lejos de las iconográficas estampas de la película que tanto la hizo famosa como la enterró. Ha muerto a los 73 años. 

Deja un single grabado, con el que se acompañó a la legendaria cinta: Lolita Ya-ya w/b Turn Off The Moon (MGM, 1962). Dos canciones puro sixties, orquestadas con profusión y clasicismo, y con entrañables arreglos de vieja escuela. En la cara A Lyon se limita a un acompañamiento vocal repetitivo, ya-ya, ya-ya




La gema está en la cara B, en la que la voz surca entre la orquesta a base de modulaciones y con una calidez que reconforta



La versionearon mucho después The Primitives. Sigue teniendo sabor añejo, aunque lógicamente está pasada por un filtro más electrificado.


domingo, 28 de diciembre de 2014

Rock 'n' actor #33: Jena Malone


De frente despejada y una mirada en la que se vislumbra un fondo triste pese a sus poses pizpiretas, Jena Malone, hija de actriz, se ha dedicado al mundo del cine desde muy jovencita (debutó con 12 años con Angelica Houston) y aunque en él siempre le ha acompañado el éxito como lo demuestra la saga de Los juegos del hambre, parece que lo de cantar también va con ella y que le tiene afición. 

Primero lo intentó como Jena Malone And Her Blood Stains, con los que apenas publicó un 7’’ titulado The Social Club No. 1 (The Social Registry, 2007) y que contenía los temas Tested Dry / Green Eyed Monster. Este año ha colaborado con el dúo Thumpers poniendo voz e imagen en Devotee


Y además ha iniciado un proyecto musical propio llamado The Shoe, junto al pianista y productor Lem Jay Ignacio. El álbum de debut, I’m Okay (Community Music, 2014), está compuesto por tiempos medios de tono confesional, con un apoyo instrumental mínimo, básicamente un teclado y una suave percusión, a los que se les rodea de diferentes arreglos y adornos (electrónicos inclusive). 

lunes, 15 de diciembre de 2014

Rock 'n' actor #32 // Criaturas celestiales #45: Françoise Fabian

Me llamo Michèle Cortes de Leon y Fabianera, pero puedes llamarme Françoise Fabian, tonto: 


La escena pertenece a la película más famosa que protagonizó Françoise Fabian, Mi noche con Maud (Eric Rohmer, 1969), y es el “tonto” más erótico y voluptuoso que jamás se haya pronunciado en la historia del cine. Se lo llama al personaje interpretado por J.-L. Trigtinant, cuando este rechaza su invitación a acostarse a su lado en vez de pasar la noche en el sofá. Dos Luises como Buñuel y Malle, que sabían de sus dotes, también la dirigieron. 

Hija de franco-español y ruso-polaca —y además nacida en Argelia—, la mezcla desembocó en esa mirada suya entre perdida, triste, segura, penetrante y difícil de sostener. Tuvo algún intentó como cantante melódica, pero sin tanta presencia y reconocimiento como en las pantallas, interpretando baladas de medio tiempo con una imperturbabilidad y un deje sensual desarmantes: 


Moi, faut pas me prendre (1963), de Marc Heyral y Philippe Gérard.

domingo, 2 de marzo de 2014

Cameos musicales #55 // Rock 'n' actor #31: Lulu y Adrienne Posta

Lulu es nombre que transpira "francesitud" por cada una de sus cuatro letras. Lulu c'est moi, etc. Pero hay una conocida Lulu de ascendencia escocesa, como no puede ser de otra forma si te llamas realmente Marie McDonald McLaughlin Lawrie. Claro, que si el nombre se pasa por el acento inglés, la pronunciación es llana y no aguda, con lo que pierde algo de ese aroma chic.

Así que bautizada artísticamente con el más vistoso Lulu [Lúlu], se dio a conocer en el Reino Unido en 1964 con una retumbante versión del clásico Shout; y otra porción de fama le cayó al otro lado del Atlántico cuando interpretó el tema principal en una escena de la película Rebelión en las aulas -To Sir, with Love (J. Clavell, 1967)-. En ella, Sidney Poitier (otro nombre afrancesado para alguien no fancés, si bien su ascendencia bahanameña lo aproxima más) interpretaba a un recto profesor que consigue ganarse el respeto de sus conflictivos alumnos:



Lulu, que llegó a estar casada con Maurice Gibb, tuvo una carrera irregular e intermitente. En 1969, el mismo año de su boda, ganó el festival de Eurovisión (hubo cuádruple empate) con "Boom-bang-a-bang". Y después de pasarse la segunda mitad de los años sesenta versioneando temas de r&b británico (de Them, por ejemplo), intentaron convertirla en una nueva Dusty Springfield cuando en 1970 grabó en los legendarios estudios de Muscle shoals su álbum New Routes (Atco); el primer corte estaba compuesto por los Bee Gees al completo y el segundo por su marido de entonces. Mayor repercusión logró pocos años después al grabar las dos caras de un single compuestas y producidas por David Bowie: The Man Who Sold the World/Watch that Man (Polydor, 1974).

Curiosamente, en la misma película se daba un caso contrario, o sea, una actriz que esporádicamente se dedicó a la música: Adrienne Posta. En plena era de las chicas yeyés, grabó un puñado de singles, como este "He Doesn't Love Me" de 1965:

sábado, 28 de diciembre de 2013

Sales en mi canción #74: Fangs

El cuarteto Fangs le da al electro punk en lo que de momento es su único álbum, Automatic Rockanroll (Platinum Records). El último tema, de igual título que el álbum, es una de esas composiciones por cuya letra se despliega una catarata de nombres de artistas, en este caso con la peculiaridad de que a todos ellos se les fue la mano con la medicación y aledaños.

Si el oído ha funcionado bien ante la pronunciación escocesa del demonio, he aquí la lista de mencionados: 

Johnny Cash 
Darby Crash [el líder de The Germs] 
Dee Dee Ramone 
Rory Storm
Billy McKenzie [el de los Associates] 
Elvis Presley 
Paul Gardiner [el bajista de Tubeway Army, con Gary Numan] 
Billy Murcia [el batera de The New York Dolls] 
Judy Garland 
Nancy Spungen [la novia de Sid Vicious] 
Michael Jackson 
Gram Parsons 
Sid Vicious


Fangs - Automatic Rocknroll - LineSession por LineSession

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Cameos musicales #52 // Rock 'n' actor #30

Beat Girl (E. Gréville, 1960) no pasaría de ser una mediocre película de serie B si no fuera porque su banda sonora, y más concretamente su tema principal, es uno de los hitos de la música incidental en el arte cinematográfico. Fue la primera composición para el cine que realizó quien a la postre sería famosísimo compositor, John Barry, que además apareció en varias escenas de la propia película acompañado por la Seven Orchestra. Desde los créditos iniciales, sin ir más lejos:


La protagonista fue la entonces jovencísima Gillian Hills. Este papel —una insufrible y consentida adolescente, de bofetada— es tal vez su aparición cinematográfica estelar, aunque cuenta en su currículum, ni más ni menos, con haber interpretado un pequeño papel en la mítica Blow Up (Antonioni, 1966) y otro en la no menos legendaria La naranja mecánica (Kubrick, 1971). Hills grabó varios singles y EP durante la primera mitad de la década de los 60, casi todos en francés. Aunque inglesa de nacimiento, pasó varios años en Francia, y allí terminó cuajando la mayor parte de su carrera como actriz y chanteusse. Su conocido «Zou Bisou Bisou» lo versionaría después Sophia Loren, mientras que en la época actual lo ha actualizado la actriz Jessica Paré en una de las más celebradas escenas de la serie Mad Men.

miércoles, 26 de junio de 2013

Sales en mi canción #58 // Cosas de hermanos #48: The Beach Boys

The Beach Boys no sólo son una de las bandas más citadas en las letras de las composiciones de otros artistas, sino que además llama la atención la variedad de estilos y la procedencia tan dispar de todos ellos. Como ha comenzado el verano y la palabra summer es precisamente la que más se asocia con los hermanos Wilson y compañía, vamos hoy con ellos. (Todos los temas pueden escucharse en la lista de Spotify del final; los que no estaban disponibles, tienen enlace propio. Seguro que hay muchos más que Gog no conoce.)

> Young & Stills, «Long May You Run», en Long May You Run (Reprise, 1976)   

Maybe The Beach Boys have got you now 
with those waves singing "Caroline".

> Randy Newman: «I Love L.A.», en Trouble in Paradise (Reprise, 1983)

Roll down the window, put down the top 
Crank up the Beach Boys, baby 
Don't let the music stop 
We're gonna ride it till we just can't ride it no more.

> Ramones: «7-11», en Pleasant Dreams (Sire, 1981)

What ever happend to the radio 
And where did all the fun songs go 
Summer fun, with the Beach Boys on.  

> The Dead Milkmen: «Punk Rock Girl», en Beelzebubba (Restless, 1988)

And someone played a Beach Boys song 
On the jukebox 
It was "California Dreamin'" 
So we started screamin' 
"On such a winter's day". 

> Eddy Grant: «Chuck is the King», en File Under Rock (Enigma, 1988)

Chuck is the Beatles and the Stones, 
Chuck is the Beach Boys too. 

> The Church: «Welcome», en Magician Among The spirits (1996). Este tema es una fenomenal retahíla de nombres, entre los que se encuentra Brian Wilson. Letra al completo en este enlace.

> Future Bible Heroes: «Real Summer», en Memories of Love (Slow River, 1997) 

Octagons fall from the sun 
as we run through the grass 
let weathermen blether 
this forecast is o'ercast 
and the beach boys? 
hell, they might as well play "winter wonderland".

> Hefner: «Love will destroy us in the end», en Breaking God's Heart (Too Pure, 1998). [Aportación de Rafa (@rafallg)]

It’s the children that I feel for, 
Yes the children make me feel more, 
More than the liqour, more than the art, 
More than the Beach Boys records.

> The Divine Comedy: «Perfect lovesong», en Regeneration (Netwerk, 2001)

Give me your love and I'll give you the perfect lovesong 
with a divine Beatles bass line and a big old Beach Boys sound.

> The Lucksmiths: «Beach Boys Medley», en Why That Doesn’t Surprise Me (Fortuna Pop, 2001) 

> F.A.N.T.A.: «Escuchando a los Beach Boys», en Mi chica salió de la morgue (2001)

Escuchando a los Beach Boys yo te conocí.

> LCD Soundsystem: «Losing My Edge», en LCD Soundsystem (DFA, 2005)   
I heard you have a compilation of every good song ever done by anybody. 
Every great song by the Beach Boys.

> Weezer: Jamie, en Blue Album. Rarities Edition (Geffen, 2010)

You've got the Beach Boys, 
And your firm's got the Stones 
But I know you won't leave me alone.  

> Mittens: «Our Last Party», en Deer Park Mirage (Lazy, 2010)

And I can only hope that you will write to me some day 
Like an old Beach Boys song said.

> Bubblegum Lemonade: «Caroline’s Radio», en Sophomore Release (Matinée, 2010)

She's almost in tune, Beach Boys in her room, 
Oh Caroline knows, Caroline knows. 

> The Gift: The Singles, en Explode (La Folie/Sony, 2011) 

Ten voices spring reverb 
Few bars with crazy noise 
But at the end, we're all a shadow of The Beach Boys

> Pantones: «Como decían las Shirelles», en Ruido rosa (Subterfuge, 2012)

Ya no eres Brian Wilson, ni yo soy Brenda Lee. 
Y en tu descapotable no hay sitio para mí. 
Esta ciudad es triste y muy fría sin ti, 
pero aquí suenan los Beach Boys.

> Attack Decay: Rollin' rock, en Attack Decay (autoeditado, 2012). En toda la ristra de nombres, el suyo figura en la primera estrofa.

Y citando a los miembros de la banda por su nombre: 

> Lindsey Buckingham: D.W. Suite, en Go Insane (Asylum, 1984). Dedicada a Dennis Wilson, claro.

> Sonic Youth: «Tunic», en Goo (Geffen, 1990)
Hello Dennis, Elvis - and all my brand new friends

> Barenaked Ladies: «Brian Wilson», en Gordon (Sire, 1992)

Lying in bed just like Brian Wilson did 
Well I'm lying in bed just like Brian Wilson did

> Magnetic Fields: «You & me & the moon», en Get Lost (Merge, 1995)

Brian Wilson 1960 and vine 
Summer kisses

> Splitsville: «The love songs of B. Douglas Wilson», en The Complete Pet Soul (Phantom/Houston Party, 2001)

> Belle and Sebastian: «I Love My Car», en Push Barman to Open Old Wounds (Matador, 2005)

I love my Carl, I love my Brian, my Dennis, and my Al 
I could even find it in my heart to love Mike Love.

> BMX Bandits: «Listen To Some Music», en BMX Bandits in Space (Elefant, 2012). En este mismo tema también citan a Bacharach y David.

God only knows what I'd be without you, Brian and Tony know how I feel.

viernes, 12 de abril de 2013

¿Y tú de quién eres? #18 // Rock n' actor #27: Rashida Jones

El músico, compositor y productor Quincy Jones no era ningún niño cuando le produjo Off the Wall (Epic, 1979) a Michael Jackson. Y como esos actores que tienen un director fetiche, la colaboración entre ambos continuó en Thriller (Epic, 1982) y Bad (Epic, 1987). De los muchos discos propios de Jones, sobresale Back on the Block (Qwest, 1989), quizá el álbum de la historia del pop con más colaboraciones estelares que se hayan reunido jamás; entre ellas figuran las últimas grabaciones que realizaron en su vida Ella Fitzgerald y Sarah Vaughan

Pero con todo y eso, estaremos de acuerdo en que la mejor obra de Quincy Jones es la que hizo junto a Peggy Lipton, su mujer, y se llama Rashida Jones


Graduada en Harvard, donde estudió historia de la religión, filosofía y artes escénicas, no parece que su carrera como actriz sea una prioridad para ella. Pequeños papeles en series de televisión y apariciones en alguna película de corte independiente, su papel más conocido lo realizó en La red social, precisamente ambientada en su universidad de origen. 

La música, como parece lógico pensando en sus ancestros, es otra ocupación que le interesa. Ha aparecido en vídeos de muy variado pelaje y condición: Aaliyah, The Foo Fighters (en los créditos figura como Racinda Jules) o The Boy Least Likely To:



Y canta. Entre sus pinitos vocales destaca haber hecho los coros en varios cortes en los dos primeros discos de Maroon 5, interpretar uno de los temas del álbum homenaje a Tupac Amaru y haber puesto voz para algún tema de las bandas sonoras de las películas en las que ha actuado.

Como no podía ser de otra forma, también es modelo. Ítem más, suele figurar en las listas de las mujeres mejor vestidas de su país.

domingo, 6 de enero de 2013

La bella y la bestia [enésima versión] #12 // Rock 'n' actor #26: Claudia Cardinale y Frank Zappa

 

En 1967, Richard Avedon realizaba una sesión fotográfica a dos seres antagónicos: Frank Zappa y Claudia Cardinale. La bestia comentó después: «Seguro que querrán que les cuente alguna aventura post-fotografía, pero no hay que comprometer el buen nombre de una dama italiana». 


Es este un buen momento para recordar que la actriz italiana, que ya había puesto voz en algún tema de alguna de sus películas —Les Petroleuses (1971), por ejemplo—, llegó a grabar un par de singles justo una década después de la referida sesión fotográfica, aprovechando que el ítalo-disco pasaba por allí: Love Affair / Do It Claudia! (7’’) y Sun...I Love You / Private Life (12’).

sábado, 22 de septiembre de 2012

Rock 'n' actor #25: Ryan Gosling


El actor Ryan Gosling ha alcanzado actualmente ese estatus de megaestrella archifamosa que llega al punto de que hasta un eructo suyo es noticia. Él no tiene la culpa, claro. En 2009 aún no le ocurría algo tan desproporcionado, así que el álbum que grabó junto a su buen amigo Zach Shields, bajo el nombre de Dead Man’s Bones, no causó el inmenso revuelo que causaría ahora. Dead Man’s Bones (Anti-, 2009) llamó la atención en su día, sí, pero interesó sobre todo a los connaisseurs, porque Gosling es un guitarrista, pianista, cantante y compositor con una propuesta musical muy interesante. 


Es cierto que a los fanes de Herodes puede echarles un poco atrás leer en la portada que Gosling y Shields se hicieron acompañar del Silverlake Conservatory Children’s Choir. Si les sirve de consuelo, el coro de chavales aparece en algunas de las doce canciones, no en todas. Lo de los ‘huesos de un hombre muerto’ suena truculento, tétrico, macabro, lúgubre, porque esa era la idea; incluso en un principio concibieron el proyecto como un musical de terror. Al final se encerraron en el estudio con tres premisas: nada de guitarras eléctricas, grabar del tirón sin cortes y como máximo tres tomas por pieza. 


El resultado es una especie de folk espectral, que mezcla música jubilosa con imágenes sobre la muerte y reflexiones acerca de nuestro efímero paso por la vida. A manera de La Danza de la muerte medieval, podría decirse. O como una fiesta de zombies y esqueletos. «In the Room Where You Sleep» o «Pa Pa Power» —una más caversona, la otra más festiva—son dos sólidas piezas de la osamenta. 

Dead Man's Bones - Pa Pa Power

Que Gosling y Shields sean canadienses probablemente tiene que ver en que a ratos recuerden a los primeros Arcade Fire

sábado, 18 de agosto de 2012

El arte de la versión #60

Se amontonan varios discos de versiones entre las novedosas novedades de 2012, así que vamos a despachar unos cuantos en un solo paquete para no demorarlos más. En el trío escogido, todos tienen en común que hay chica al frente; dos tienen la curiosidad añadida de tratarse de sonados e inesperados regresos después de bastantes años en el limbo. 

> Allo Darlin se ha presentado este año con su segundo álbum, Europe (Slumberland); quien fuera de los primeros en comprarlo en Rough Trade, se le regalaba el Covers EP que nos tiene aquí entretenidos. 
El método artístico aplicado a las versiones por el cuarteto londinense parece haber sido vestir al desnudo y desnudar al vestido. Comienzan con una pulcra interpretación del «Dive Your Memory» de The Go-Betweens. A «Atlantic City» le ponen una batería que, es muy sabido, no existe en el crudo original springsteeniano. En «I Wanna Be Sedated», Elizabeth Morris canta como si llevara un par de myolastanes encima, acompañada tan solo por un ukelele; e idéntico tratamiento de reducción para el jevilongo «You Shook Me All Night Long», de AC/DC: ukelele y dulce voz. Y completísima recreación del «Wu Tang Clan» de Darren Hayman en su época de The French.


> ¿Hay alguien que aún se acuerde de aquella chica que en 1989 se presentó «cruda como el sushi»? No será por lo escasamente dado que es Gog al orientalismo gastronómico, pero debe reconocer que aquel disco yace sepultado en alguna de las cajas que guarda en un armario con los cedés que hace tiempo dejó de poner. 
El caso es que Neneh Cherry tuvo una fulgurante ascensión durante un par de discos con su rap y pre-triphop, al punto de que llegó a ser tendencia en un tiempo en que aún no se estilaba tal expresión. Tuvo su cuarto de hora de modernidad absoluta, y gran olfato al hacerse ayudar por unos tal Del Naja y Barrow. En 1996 grabó su último álbum en solitario; en la década siguiente grabó un par de cosas en compañía de otros, algo que ha vuelto a hacer este año. Para ello se ha unido al trío sueco de free jazz The Thing. La historia es mucho menos extraña de lo que pudiera parecer: ella nació y reside en Suecia; ellos llevan de nombre artístico el de una composición del trompetista Don Cherry, padrastro de ella. Así que nada rechina en este proyecto; al contrario. La voz de Cherry se hace valer extraordinariamente entre los vaivenes jazzísticos de The Thing. Eso sí, para el disfrute pleno del disco se precisa una alta capacidad de aguante ante la extracción de una muela sin anestesia o ante el free jazz, lo que viene a ser parecido. Versionean de Ornette Coleman a The Sooges, pasando por Suicide, cuyo Dream Baby Dream es la pieza que mejor parada sale. 


(Gog no se resiste a poner un enlace al vídeo del dueto de su adorado Matt Johnson [The The] con Neneh Cherry, en 1986, es decir, cuando ella aún era una desconocida: Slow Train to Dawn.)

> The Primitives, aquel grupo de guitarras indies y cantante femenina de cabellera rubia, concepto que tanto juego dio en los ochenta (Transvision Vamp, The Darling Buds, etc., sin contar con el paradigma de todos ellos, Blondie). Fueron aún menos prolíficos que Neneh Cherry. Publicaron tres discos entre 1988 y 1991, hasta hoy. El regreso, el consabido álbum de versiones. Lo curioso: Echoes & Rhymes se lo ha sacado el sello español Elefant. La premisa impuesta por la propia banda: versionear únicamente temas pulicados en 7’’ y cantados por mujeres. Bow Bow Bow, Jackie DeShannon, Shocking Blue… y alguna que otra actriz, como la acanalada Dana Gillespie o la lolita Sue Lyon, cuyo contagioso Turn off the Moon les sirve a los de Coventry de presentación. El disco, de mirada retro, tiene bastante frescura, y cada uno de los catorce temas elegidos viene comentado por el guitarrista Paul Court


martes, 20 de diciembre de 2011

Rock 'n' actor #23: Matt Berry

Queda instaurado el siguiente premio anual: el mejor álbum con peor portada. El ganador de 2011, por mayoría absoluta —tan de moda estos días—, es Witchazel (Acid Jazz), del actor, cómico y músico inglés Matt Berry. En el fondo, una vez escuchados los trece temas, se comprende ese aire a otra época, a otro siglo o a otro mundo, de la cubierta y contracubierta.

Toda la instrumentación, a excepción de la batería y el clarinete, corre a su cargo: desde la guitarra eléctrica al ukelele, pasando por todo tipo de teclados (pianos, órganos eléctricos, Korgs…), incluidos melotrón y acordeón, y cachivaches varios. Por etiquetarlo de manera que la gente se haga una idea de por dónde van las inquietudes musicales de Berry, podría decirse que practica un folk progresivo setentero, entre pastoral y espacial. Ya: leído del tirón acojona y echa para atrás. Realmente es un panorama de una riqueza musical hermosa y con saborcillo a castañas asadas en fogón añejo que merece una escucha.

Hay una melodía principal que se repite varias veces a lo largo del disco interpretada de maneras diferentes. Y en «Rain Come Down» hace unos coros McCartney.

1. An Awakening
2. Take My Hand
3. Accident At A Harvest Festival
4. A Song For Rosie
5. So Low
6. Look In My Book
7. The Pheasant
8. Woman
9. The Badger's Wake
10. Rain Came Down
11. From The Manger To The Mortuary
12. Into The Sky
13. Roosting Time

Fa-Gog-ritas: 4, 5 y 12


martes, 4 de octubre de 2011

Rock 'n' actor #22: Jeff Bridges

El gran Godofredo Puentes, el gran Lebowski del cine, siempre ha sentido la comezón de la música royéndole la gana. Para este su segundo álbum (EMI, 2011), titulado como si se tratara de un debut, Jeff Bridges ha recurrido a la producción de T-Bone Burnett para vestirle sus composiciones. En fin, Bridges canta una cosa susurrada, en clave de rock americano clasicote, a ratos a lo Dylan, otros a lo Tom Petty.

Qué gran actor es Jeff Bridges.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Rock 'n' actor #21: Robert Mitchum

El Calypso era el barco del comandante Cousteau, y también un género musical enraizado en Trinidad y Tobago que, introducido por los marines, se adaptó y triunfó en EEUU tras «Rum and coca-cola» de The Andrews Sisters, y ya definitivamente como género de moda con Calypso (1956) de Harry Belafonte, que tiene el honor de ser el primer álbum de la historia de la música popular en vender más de un millón de discos.

La fiebre calypsera cundió entonces y se expandió durante unos años. Pocos artistas de la época se quedaron sin grabar algún tema en sintonía con este ritmillo caribeño. El propio Belafonte continuó exprimiendo el invento; un lustro más tarde, por ejemplo, su «Jump in the Line» arrasó de nuevo. Este tema probablemente sonaba mucho en casa de Tim Burton siendo este un niño, y el recuerdo le llevó a utilizarlo en esta delirante escena de Beetlejuice (1988):



Otro de los que también se apuntó a cantar calypsos, o como calypsos, fue Robert Mitchum, aquel hombre. Llegó a publicar todo un álbum: Calypso... Is Like So (1957); y es que en habiendo ron, whysky o cualquier otro licor, ritmos calientes y unas congas de por medio... aquello era perfecto para él. Este álbum —grabó otro una década después— se ha reeditado no hace mucho (también en vinilo) remasterizado y pulido.


1. Jean and Dinah
2. From a Logical Point of View
3. Not Me
4. What is this Generation Coming To?
5. Tic, Tic, Tic
6. Beauty is Only Skin Deep
7.I Learn a Merengue, Mama
8. Take Me Down to Lover's Row
9. Mama, Looka Boo Boo
10. Coconut Water
12. Matilda, Matilda
13. They Dance All Night

Al jugo de coco, por ejemplo, le ponía gin:



jueves, 23 de junio de 2011

Rock 'n' actor #20: Hugh Laurie

El actor oxfordiano Hugh Laurie debuta como músico en Let Them Talk (Warner, 2011) dándole al jazz de piano bar y blues de salón. Se lo produce Joe Henry y colaboran Irma Thomas, Tom Jones y Dr. John (¿sutil ironía inglesa lo de contar con un 'doctor'?) Algunas versiones de clásicos, aunque la mayoría son temas propios.

1. Saint James Infirmary
2. You Don’t Know My Mind
3. Buddy Bolden’s Blues
4. The Whale Has Swallowed Me
5. John Henry (con Irma Thomas)
6. They’re Red Hot
7. Six Cold Feet In the Ground
8. The Battle of Jericho
9. After You’ve Gone (con Dr. John)
10. Swanee River
11. Police Dog Blues
12. Tipitina
13. Whinin’ Boy Blues
14. Baby, Please Make a Change (con Tom Jones e Irma Thomas)
15. Let Them Talk

lunes, 30 de mayo de 2011

Rock 'n' actor #19 // La bella y la bestia [enésima versión] #7: Emmanuelle Seigner

El apriori no ayuda: ¿un disco de la actriz y esposa del director de cine Roman Polanski [y el ardor]? Y además todo ese aroma a déjà vu: el color de la portada (como el Melodie Nelson de Gainsbourg), dúo con su pareja (como el mentado genio y la Birkin), canciones tituladas sin demasiada originalidad y referentes muy obvios («Femme fatale», «Emmanuelle»)...

Aunque predominan las baladas y los tiempos propios del baile agarrado, hay motivos de sobra para concederle una escucha al álbum: su comienzo, «Dingue», rasposo pero dulce —que podría ser un tema de nuestros Plastic d'Amour—; «Le jour parfait» contiene los ingredientes perfectos del buen pop; esa cosa triste-alegre que es «Alone a Barcelone»; el toque más rockero de «Femme fatale» o el dúo vacilón con su marido.

Porque la bella se lo hace a dúo con dos bestias: junto a Iggy Pop en la aviolinada «La dernière pluie» y junto al mismérrimo Polanski [y el ardor] en «Qui Êtes-Vous». (Tema para una tesis doctoral: ¿por qué en el 90 % de los discos franceses hay algún dúo? Subtema: en todo caso, ¿no sería más lógico que los galos se dedicaran a los tríos?)

Todas las canciones están compuestas por Keren Ann —que también toca algunos instrumentos—, lo cual ha sido un acierto porque le da mucha coherencia al conjunto. Y como el proyecto era ambicioso y había pasta encima de la mesa, lo ha mezclado Tore Johansson, a la sazón productor de Franz Ferdinand.

1. Dingue
2. Le fantomê
3. Le jour parfait
4. Jamais d'autres que moi
5. Alone a Barcelone
6. La dernière pluie
7. P'tite pédale
8. Femme fatale
9. Emmanuelle
10. Qui êtes-vous?
11. Autant's aimer autant

Dingue (Sony, 2010) no es el primer intento musical de Seigner. Sus primeros pinitos los hizo cantando en la banda sonora de Backstage (2005), que ella misma interpreta, y poco después grabó un disco al lado de Ultra Orange (RCA, 2007).