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domingo, 4 de noviembre de 2018

El arte del calzador #29: Perapertú


El debut de Perapertú se titula igual que la novela del escritor egipcio Naguib Mahfuz: Miramar (El Genio Equivocado, 2018). La calidad que hay en todo él se encuentra tanto en la música como en las letras, y además le acompaña un diseño fresco y llamativo. He utilizado el disco para acompañar uno de los platos que comento en La Gastroteca de La Fonoteca. Copio aquí los párrafos relativos a las cuestiones musicales del álbum: 

Las letras de las canciones evidencian que Moussa es un asiduo de los libros. Las referencias literarias y artísticas son constantes (Cézanne, Art Decó, la ínsula Barataria, el poeta Drummond de Andrade) y es capaz de encajar sin despeinarse palabras como obituario, sinople, ostracismo, pericardio, clorofila o cian. Su mérito, claro, está en incluir todo eso y que el conjunto se resulte natural, que no chirríe ni asome un ápice de pedantería por ninguna esquina. Eso cuando el texto no es directamente pura poesía, como ocurre en “Dibújalo antes”. 

En lo musical, la gama de matices que aportan principalmente los sintes y los teclados confieren a los diez cortes un toque alucinado y fantástico. Hay un punto de animada extravagancia en las atmósferas que recrean, como de fondo marino, canciones como peces que palpitan entre los restos de antiguos naufragios. A veces suena tribal; otras, una pincelada tropical, y siempre colorista como un cuadro de Cézanne. Y la alucinación alcanza el culmen con la ayuda de un bombardino y una trompeta desenfrenados en “Amor de Java”.

domingo, 6 de mayo de 2018

5 sobre... #39: Picasso

Cuenta la leyenda que Pablo Picasso pagaba las cuentas de los restaurantes de París firmando servilletas. Si se juntasen hoy todas esas firmas, veríamos el Guernika de los garabatos. En cualquier caso, llegar a ese grado de fama está al alcance de muy pocos. Y el pop tampoco se ha resistido a aclamar al pintor universal y a incorporarlo a sus canciones. 

1. Modern Lovers – Pablo Picasso (1976) 
Imposible no empezar una selección de temas dedicados a Picasso por esta. Es el tema por excelencia sobre el pintor. Ha sido muchas veces versioneado, y por los más grandes (por ejemplo, John Cale o David Bowie, tan artys ellos). Quizá una de las cosas que la hace más fascinante es esa mezcla de lenguaje culto y coloquial. Y, por supuesto, ese trote hipnótico que mantienen los instrumentos junto a la voz arrastrada de Richman

Oh well be not schmuck, be not obnoxious 
Be not bellbottom bummer or asshole 


2. Johnny And The Self Abusers - Pablo Picasso (1977-78) 
En 1977 los Simple Minds hacían punk, cómo no, pero se hacían llamar Johnny And The Self Abusers. El tema lo compuso John Milarky, que luego no sería parte de la banda de Jim Kerr, si bien se editó más tarde en una recopilación sobre los early years de los Simple Minds. 
No es una versión de la los Modern Lovers, aunque la influencia es evidente. De hecho, lo que hizo Milarky fue darle la vuelta a la de los norteamericanos, que en algo tenía que notarse el espíritu punk, y donde aquellos decían «And girls could not resist his stare, / Pablo Picasso never got called an asshole», estos otros: «Pablo Picasso, a lot of girls think you are an asshole» y también «all the girls think you're a fucking asshole», aunque al parecer la letra hacía referencia al hermano del propio Milarky. 


3. Adam & The Ants – Picasso visita el Planeta de los Simios (1981) 
Adam Ant dejó el punk para pasarse a esa otra enorme fiesta de disfraces como fue aquella de los new romantics. Lo curioso es que hoy día su propuesta sigue siendo reivindicable y no ha envejecido como cabría pensar al principio. Con este tema tuvieron la genialidad de unir al pintor malagueño y el mítico planeta de los simios. Y lo titularon en español. 


4. Lord Cut-Glass – Picasso (2009) 
Bajo ese abigarrado nombre artístico estaba Alum Woodward en solitario, ni más ni menos que uno de los miembros de los nunca suficientemente ponderados The Delgados. Aunque este tema no trata directamente de Picasso, es precioso y, además, mantiene ese sabor al añorado grupo de Emma Pollock y compañía. 


5. Michael Head & The Red Elastic Band – Picasso (2017) 
El último, hasta el momento, en dedicarle una escultura sonora a ese pintor universal. El otrora componente de los Pale Fountains, lleno de calma y sapiencia, la voz grave y la guitarra clara, sigue componiendo preciosidades pop de este calibre. (Hay un aire en ella que recuerda, levemente, a «Like Dylan In The Movies» de Belle & Sebastian).

lunes, 30 de octubre de 2017

Como decíamos ayer #28: Peter Perrett


Peter Perrett, otrora líder de los legendarios The Only Ones, ha regresado veinte años después. Vuelve para traernos paz, cordura, para reconfortarnos. Es como si hubiese estado todos estos años en busca de la piedra filosofal y hubiese vuelto recubierto de una sabiduría ancestral, que vierte ahora a través de su música no sin cierta socarronería, mucha lucidez y un temple entrañable. "How The West Was Won", "Hard To Say No" y "Troika" son los hitos más sobresalientes en ese camino:

Just like everybody else I'm in love with Kim Kardashian
She's taken over from J. Lo as my number one [How The West]

Some people they are writers
Others avid readers
Some absorb like vampires
And some are bleeders [Hard]

Then came the final test, she was different from the rest
Just like I said "This must be true love forever and ever"
An' you smiled mischievously as you introduced her to me
And said you wanted us to be one big happy family [Troika]

Entre la banda de cachorros que lo acompaña, figuran sus hijos Peter Jr (bajo) y Jamie (guitarra solista).

sábado, 2 de septiembre de 2017

A la tercera va la vencida #23 // El arte del calzador #25: Los Lagos de Hinault


Avanzar y culminar, y a ser posible intentando escabullirse de la mediocridad, esa debería ser siempre la línea argumental de aquel que quiera dedicarse al arte de la creación. Quien sepa aferrarse al trazo de esa línea podrá dejar una obra más perdurable. Hace falta genio para destacar, no hay duda, pero también voluntad de diferenciarse del resto. 

Carlos Ynduráin, por ejemplo, no dice las cosas como los demás. Acaba de publicarse su tercer álbum con Los Lagos de Hinault. Llegar hasta ahí no se antoja fácil; hacerlo de forma tan pletórica, menos; no dejarse alguna astilla en el camino, casi imposible. En Escenas de caza (Fikasound, 2017) despliega un dominio absoluto sobre la escritura, exhibiendo definitivamente su enorme talento escritor; y ya no está Matilde al bajo. 

Habrá quien diga que al álbum le falta algún tema señero, de esos que los seguidores de LLH reconocen al instante y corean de principio a fin al desgañite, pero no sólo sería una afirmación discutible, sino que además sería obviar que Escenas de caza es su disco más completo e inteligente. Acompañado por Andrea Gasca en los teclados y en las voces (muy mejoradas), en la docena de minúsculas estampas que lo componen Ynduráin vierte esa fascinante capacidad suya para atravesar lo cotidiano con finas y agudas puntadas. 

La urbanidad y la templanza 
como atributos destacados. 
Y nunca piden esas cosas 
en las ofertas de trabajo. 
[…] 
Y los recursos que ellos quieren 
no son recursos tan humanos. 

Sería ingenuo pensar que la casualidad está detrás de que cada uno de esos versos sea eneasílabo. Y qué gusto ver recuperada toda esa riqueza léxica que gasta, palabras precisas y sonoras metidas sin chirriar, con naturalidad y sentido común (polisemia, glaciación, Perseidas, dejadez, arrogancia, franqueza etc.). 

«Corcel colorado» nos parece su cénit, el punto cumbre de toda su obra. Mezcla brillantemente, sin un adarme de pedantería, figuras retóricas, gotas de lirismo, referencias literarias y se despacha con un elegante e inesperado giro en la historia; además, da la impresión de que ha alcanzado ese punto en la vida —llámese madurez en caso de que se quiera vulgarizar la idea— en que uno empieza a pensar que tal vez no hay seguir buscando indefinidamente un amor estelar, que basta con uno sencillo y bueno. No hace falta complicarse la vida. 

Son sólo veintitrés minutos y pico, y si bien es cierto que se echa de menos un poco más de desarrollo musical en algún tema, se hace irremediable escucharlo varias veces seguidas porque se mantiene intacto su poder de seducción. 

miércoles, 3 de junio de 2015

El arte del calzador #25: Dostoievsky

 

El célebre escritor ruso Fiodor Dostoievsky tenía un apellido difícil de encajar, aparentemente, en la letra de una canción, pero lo cierto es que una vez pronunciado no es tan duro como parece a la vista. Quizá en español sí resulte algo más complicado, sobre todo porque hay que encajarlo en un contexto apropiado sin hacer demasiado el ridículo. Sin embargo, más allá de nuestras fronteras no es raro encontrárselo citado, desde Finlandia a Australia, pasando por México o Estados Unidos. 


> Belaboris - Odotus, en …Olipa Kerrran (1984). Al parecer Finlandia tiene uno de los mejores sistemas educativos del mundo. Por su parte, Belaboris, banda finesa de electropop que sacó un disco tan formidable como muy poco conocido, demostraron haber hecho los deberes. Al menos el nombre del escritor ruso se entiende perfectamente cuando cantan. 


> Iggy Pop – Louie Louie, en American Caesar (1993). ¿Versión del clásico de Richard Berry? Sí. Pero en la letra no se citaba a Dostoievsky, ¿no? Ya, pero Pop, que sí siguió escrupulosamente el patrón musical, se desentendió de la letra original y la adaptó a su propio mundo, por el que acababan de pasar Bush y Gorbachev: ha caído el muro de Berlín, pero todo sigue lleno de corrupción, sida, mendigos… 

oh baby i gotta go 
a fine little girl is waitin for me 
but i 'm as bent as Dostoevsky 


> The Go-Betweens – Here Comes The City, en Oceans Apart (2005). Un viaje en tren; por la ventilla el protagonista ve pasar estaciones, iglesias, ríos… El tren le está alejando de su amante. Llega la noche y se acerca a la ciudad de destino. Y en el vagón alguien lee: 

And why do people who read Dostoevsky always look like Dostoevsky? 



> Einstürzende Neubauten - Ansonsten Dostoyevsky, en The Jewel (2008). Sesudos estos alemanes, de toda la vida. «Así Dostoievsky» titulan este tema, en plan cita de tesis doctoral. Claro que luego se les oye exclamar «¡Sangría!» y a saber ya por dónde van los tiros: 



> The Butcherettes – Mr. Tolstoi, en Sin Sin Sin (2011). En México, el nombre de León Trotski es casi tan famoso como el guacamole; sin embargo, el dúo de Guadalajara prefirió dedicarle una especie de rock garajero cosaco a otro León, aunque de apellido muy parecido; y ya de paso mientan a nuestro escritor: 

Give me pride, Dostoevsky 


> Wild Billy Childish & the CTMF - Punk Rock Enough For Me, en Acorn Man (2014). El nombre de Dostoievsky aparece entre la ristra de personajes que Childish tiene por auténticos punk rockers.


> Ezra Furman - Restless Year, en Perpetual Motion People (Bella Union, 2015). Su aspecto de joven pero suficientemente preparado casa con la personalidad musical que despliega en este tema, con memorable línea final: Dostoevsky, dime store copy. [Aportación de Jaime Cristóbal.]

  

> John Grant feat. Tracey Thorn - Disappointing (2015), en uno de los arrejuntamientos del año, y en clave electrónica bailable. 



Les Très Bien Ensemble se sentían como el personaje más afamado del escritor ruso en En Attendant Raskolnikov.

Por último, no se olvide que —de nuevo Australia— The Birthday Party tomaron el nombre de la novela Crimen y castigo.

martes, 27 de enero de 2015

Hoy llego tarde #11: Billy Thermal


Billy Steinberg es un ejemplo de esos raros, pasmosos y desconcertantes casos en los que se puede conocer muy bien a alguien del que jamás has oído hablar. En principio, es más que probable que si, lector, estás ahora mismo leyendo estas líneas no sepas ni por asomo quién fue ese Steinberg, líder de una banda californiana llamada Billy Thermal a la que ahora se le publica un álbum inédito desde 1980. Pero claro que lo conoces. ¿Es que nunca has escuchado «Like A Virgin»? Sí, la compuso él. ¿Y «True Colours»? También es suya aunque la hiciera famosa Cindy Lauper. ¿Y el «Eternal Flame» de las Bangles? ¿Y «So Emotional», de Whitney Houston? ¿Y «Alone», de Heart? Y esto sólo por mencionar los temas que escribió que alcanzaron el #1 en las listas. Pero tiene otros que cedió a, por ejemplo, The Pretenders, o los tres originales suyos que se reproducen en Billy Thermal (Omnivore, 2014) y que luego versionearon otros: «Precious Time» (Pat Benatar), «How Do I Make You» (Linda Ronstadt) y «Don’t Look At Me» (Rick Nelson). Brutal. ¿Cómo es posible que un disco de alguien tan conocido en la industria discográfica haya permanecido oculto tanto tiempo? 

Así que aunque sólo sea por justicia poética, merece la pena ahora hacerse con una copia de estos quince cortes de power pop clásico, que además son vigorosos, eléctricos y suenan asombrosamente frescos. Pasma su facilidad para la melodía y para hacer rimar en una sola estrofa palabras como eucalyptus / narcissus / psychosis / focus. Que no se nos olvide jamás: se llama Billy Steinberg.

sábado, 1 de febrero de 2014

La France #59 // Ellas llevan el ritmo #53: The Limiñanas



Los pacientes lectores que sigan con alguna frecuencia estas publicaciones de Gog seguramente habrán percibido que intenta evitarse en las reseñas mencionar referencias que, a modo de palpable influencia, determinan el sonido de una banda. ¿Para qué describir a un músico en comparación con otro más o menos conocido que al lector puede que no interese? Boris Vian opinaba que era preferible describir a un músico, en la medida de lo posible, objetivamente, en valor absoluto, porque situarlo en su época basta para definir sus fuentes. Además, si bien es cierto que nos encontramos en un espacio para conneiseurs, recurrir a la cita de influencias para explicar la música de alguien es, literariamente, un recurso fácil y pobre. Dicho esto, intentar hablar del tercer álbum del dúo de Perpignan de The Limiñanas sin caer en ello va a ser harto complicado. 

Y es que ellos mismos se encargan de hacernos una lista con sus filias artísticas de la cultura popular (el cine sobre todo), en la que son capaces de rimar Sergio Leone con mascarpone


En esa retahíla onomástica ensartada por Lionel Limiñana y la voz invitada de Francesca Cusimano se distinguen, en lo musical, los nombres de Poison Ivy, The Rolling Stones y Kim Fowley. Lo que tienen en común esos personajes con The Limiñanas es más un componente estético, porque en cuanto al sonido —digámoslo ya y acabemos con esto de una vez— es como si Serge Gainsbourg interviniera en un álbum The Velvet Underground. Por supuesto, también hay duetos vocales como los que practicaba el enfant terrible de Gainsbourg, y que en esta ocasión podría ser con Nico. Hay en Costa Blanca (Trouble In Mind, 2013), además, toneladas de fuzz en las guitarras, baterías maquinales a lo Moe Tucker —curiosamente, es otra mujer la encargada aquí de las baquetas, María Limiñana, que también canta—, Farfisas palpitantes, sitares, arreglos imaginativos y toda una psicodelia envolvente. 


martes, 28 de enero de 2014

El arte del calzador #22: The Horrorist

Hacer coincidir en la letra de una canción las palabras Adolf y swastika no se antoja demasiado complicado. Otra cosa ya es encajarlas y hacerlas casar con Ikea, por ejemplo. 

Last night I dreamt of Adolf kissing Anne 
I lay on my back fantasizing 
Swastika, Helvetica, Ikea 

La estrofa forma parte del sentido del humor, retorcido y oscuro, que Oliver Chesler , alias The Horrorist, despliega en su cuarto álbum, Fire Funmania (Things To Come Records, 2013). Además, Chesler practica la estética de la maldad, quiere hacernos creer que es un monstruo, un «horrorizador» venido al mundo para causarnos pánico y dolor. Sangre, sexo duro, escatología, asesinatos… componen ese decorado pretendidamente terrorífico. Pero tras esa pose maléfica, no nos parece tan fiero como se pinta; al contrario, entrevemos a un sentimental, que se muere de hambre (amor) por su chica y por besarse con ella en la disco mientras no paran de bailar:



En lo musical, una muy interesante electrónica, un tecno duro, seco y de tendencia experimental. Ese sonido oscuro envuelve como un guante toda la imaginería truculenta de Chesler, y lo llena de tratamientos tecnoides nada cómodos para el oído a primera escucha; aunque a veces encuentra un hueco para una balada con guitarra acústica y unas suaves bases electrónicas de acompañamiento fúnebre, como en la muy bonita «The Darkness That Was Meant to Be»:

lunes, 27 de agosto de 2012

Sales en mi canción #48 // Ellas llevan el ritmo #29 // Debut #60: Pantones


Hay toda una tradición ibérica —mezcla de los Ramones con el sonido spectoriano para dar un power-pop con chorizo bien sabroso— que parte de los Nikis y pasa, entre otros, por DDT, Los Acusicas, FANTA, los malogrados Juniper Moon o Suzy Y Los Quattro (estos cantando en inglés). Pantones, efervescente trío madrileño, hipervitaminados y superhumorizados, acude a dicha tradición para facturar su primer mini-elepé, Ruido rosa (Subterfuge, 2012). Toneladas de energía comprimidas en seis breves, inmediatas y espídicas composiciones, en las que les da tiempo a hacer un repaso por una buena cantidad de referencias culturales y evidencian su exultante juventud introduciendo con naturalidad un vocabulario bien actual: wikipedia, fotolog, Google… 

La coleccionista es la preferida de Gog, por su facilidad para contagiar y porque es el reverso de una de sus películas favoritas de siempre, El coleccionista (Wyler, 1965); aquí es una mujer la que rapta a un hombre: Tengo cuerdas, cloroformo / (…) He preparado el garaje para que vivas allí. Y es este un buen momento para decir que el trío lo dominan las chicas: Patti Critter (bajo, voz y sonrisa prodigiosa) y Juli Piruli (batería con alma de pulpo y voz), que están acompañadas por la guitarra veloz, las gafas y la sempiterna cazadora de The Ant. Respecto al asunto de la batería, hay que aclarar que ha habido sustitución en las baquetas tras la grabación; ahora es Any Pop la que lleva el ritmo en los directos.


Las menciones musicales son un buen puñado y cumplen a rajatabla con las fuentes del género: 

Pincharé temas de Del Shannon 
(…) 
Y si te pongo a las Ronettes y te vuelves loco,
no lo sabrás, pero me irás queriendo poco a poco 
[«El día de tu cumpleaños»] 

Seré tu Brian Wilson, serás mi Brenda Lee 
(…) 
Y ahora tus besos saben a despedida, 
como decían las Shirelles. 
(…) 
Esta ciudad es muy fría sin ti, 
pero aquí suenan los Beach Boys.
[«Como decían las Shirelles»] 

Cierran con una versión españolizada de aquella enorme canción de The Crystals titulada «Da Doo Ron Ron». 

El dibujo de la portada del álbum lo ha pergeñado Puño. Hay edición en cedé, pero la de vinilo es de color rosa. Ruido rosa.


miércoles, 28 de septiembre de 2011

El arte del calzador #20 // El porqué de mis peinados #12: Fionn Regan

A Gog le cae bien la gente que cuando regala algo, lo hace pensando que ese regalo concreto le gustará a esa persona concreta. A Gog le cae bien la gente que cuando recomienda algo, lo hace con frases del tipo: «Lee este libro porque creo que a ti te va a gustar mucho». Es ese «a ti» el que marca la diferencia, porque significa que alguien está pensando en tu forma de ser y no en la suya propia (convendremos en que no es lo mismo «Léete esto, que a mí me ha gustado mucho»). El caso es que hace unos días, una amiga le insistió a Gog en que escuchara 100 Acres of Sycamore (Heavenly, 2011), de un tal Fionn Regan, porque pensaba que a él podría gustarle, así que este se puso a ello ipsofactamente.

Los primeros acordes de chelo que suenan son un preludio de lo que le espera al oyente: una obra triste y bonita. Es un disco con poesía en las letras y delicadeza en la música. Intimista, cultivado con el mimo de un horticultor a base de penumbra y goteo. Aquí la guitarra se acaricia, no se rasga; las teclas del piano se rozan, no se pulsan; el arco del violín se desliza, no se frota. La voz se mece suavemente entre todos esos instrumentos, como una mano que acaricie las espigas de un trigal. Y de esa misma voz brotan palabras que evocan paraísos perdidos y emociones telúricas. Ay el dolor que desata esa voz cuando clama «I’m a man, I’m a man with a child’s heart».

El uso de vocabulario que hace Regan en sus letras es abrumador, por su variedad y su pericia para encajarlo. Pruébese simplemente con ese sycamore (‘sicomoro o sicómoro’ en español) intentando no hacer el ridículo: «How can you hear the door on one hundred acres of sycamores?»

¿Y quién es ese tal Fionn Regan, con nombre que recuerda a campiña irlandesa y apellido a… en fin, y apellido, y con tendencia a ponerle retos a su peluquero? Vaya por delante que Gog no tenía noticia de este cantautor, así que la tarea se hacía más intrigante. Cuentan las fuentes consultadas que se trata de un irlandés de treinta años, que lleva ya tres discos publicados y está muy bien considerado en Gran Bretaña.

La verde Irlanda ha vuelto a dar otro de sus lirios.



sábado, 5 de febrero de 2011

El arte del calzador #19: crustáceos y un perro andaluz

Hace tiempo que Gog quería hablar del arte para calzar palabras de Black Francis, muchas veces surrealistas y sinsentido pero siempre sonoras y evocadoras, como esos crustáceos tan resonantes de «Wave the Mutilation»:

Walked the sand with the crustaceans

O aquel grito espeluznante de «Debaser»:

I am un chien andalusia

Ahora la ocasión viene muy a cuento, pues se ha publicado Doolittle (Libros Crudos, 2010), el librito que el periodista musical Ben Sisario le ha dedicado al álbum homónimo de los bostonianos Pixies. Básicamente, es un canto de amor a un disco. En la primera mitad se dedica a situarlo en su contexto y transcribir las explicaciones que le aportaron los protagonistas (excepto Kim Deal, que declinó hacerlo); en la segunda disecciona minuciosamente (si esto no es una redundancia) cada una de las canciones, desde un punto de vista técnico y formal. Muy entretenido si eres fan del grupo, pero un ladrillo si estás más en la línea de que Pixies es una aplicación del iPhone.

Siendo Doolitle una pasada, Surfer Rosa es el disco de los Pixies que más le gusta a Gog.

> Por canciones, si Doolitle tiene «Debaser», «Monkey Goes to Heaven», «Here Comes your Man» y «Hey», Sufer Rosa cuenta con «Gigantic», «River Euphrates», «Where Is My Mind» —además, del tirón— y «Vamos».
> Tal vez la producción de Gil Norton sea más rica y oxigenante, pero la crudeza básica de Steve Albini en el primero es demoledora.
> Sufer Rosa, además, fue el encontronazo brutal con ellos, y ya se sabe que la primera vez, en casi todo, tiene más papeletas para marcarte.
> La voz de Kim Deal, en Sufer Rosa tuvo mucha más presencia que en el segundo álbum. Black Francis, con el tiempo, cometió el error fatal de ir relegando del micrófono a la bajista.
> Típico disco que Gog se compró en cuanto vio la portada. Más elaborada y sesuda la de Doolittle, sin duda, pero esa imaginería folclórica y, sobre todo, ese torso desnudo de una bailadora tuvo sobrecogido (más bien sobreexcitado) a Gog muchísimo tiempo.

Dos discos fundamentales, en cualquier caso.

Y respecto al texto de Sisario, no hubiera estado mal haber aportado algunas fotos de la época.

martes, 18 de enero de 2011

El arte del calzador #18: Kanye West

Gigante y caudaloso. Colosal. My Beautiful Dark Twisted Fantasy (Roc-A-Fella, 2010) no es un simple álbum de hip-hop. Es un portentoso monumento de música actual llevada a cabo por un artista sin limitaciones y en pleno estado de gracia. Una pasada. Una obra de arte contemporánea.

Kanye West empasta un arsenal de samplers junto con vientos, guitarras jevis, pianos... que ni a Phil Spector, otro megalómano como él, se le ocurriría nada más que añadir.

Y si portentoso es en lo musical, no lo es menos en lo verbal, que por su boca, o la de sus múltiples invitados —de Rihanna a Elton John; de Bon Iver a La Roux—, sale un torrente de palabras rimadas con una osadía y una naturalidad pasmosas. Se diría que Kanye West puede encontrarle rima a cualquier palabra que se pronuncie en el mundo.

>Voilá, Alá y Prada (en «So Apalled»):
that was a little joke, Voila!
Praises due to the most high, Allah
Praises due to the most fly, Prada

>Murciélago, diablo y más (en «Dark Fantasy»):
mercy, mercy me, that Murcielago
that’s me, the first year that I blow
how you say broke in Spanish? Me no hablo
me drown sorrow in that Diablo

>Esófagos, sarcófagos... (en «Monster»):
Have you ever had sex with a pharaoh
I put the pussy in a sarcophagus
now she claiming I bruise her esophagus
head of the class and she just want a swallowship
I’m living the future so the presence is my past
my presence is a present kiss my ass

Todo lo recicla y lo mezcla, que aquí no se desperdicia nada:

Colin Power, Austin Powers
Lost in translation with a whole fuckin' nation

They say I was the abomination of Obama's nation
Well that's a pretty dour way to start a conversation
(«Power»)

I think I fell in love with a porn star
And got married in a bathroom
Honeymoon on the dance floor

And got divorced by the end of the night
That's one hell of a life

(«Hell of a Life»)

America stripped for bed and we had not all yet closed our eyes.
The signs of Truth were tattooed across our open ended vagina.
(«Lost in the World»)

Qué arte para citar gente, mezclarla y remezclarla:

Look like a fat booty Celine Dion
Sex is on fire, I'm the King of Leon-a Lewis

También tiene su hueco la confesión personal, entre tierna e infantil:

Restraining order
Can't see my daughter
Her mother, brother, grandmother hate me in that order.

Y la letanía con la que se cierra todo este compendio de obsesiones, fascinaciones y fantasías:

Who will survive in America?
Who will survive in America?
Who will survive in America?

Who will survive in America?

Obra colosal llamada a ser un clásico de esta época.

sábado, 1 de enero de 2011

El arte del calzador #17

El artista multipistas Jacques Higelin lo mismo te compone, que te toca el acordeón, te hace una performance o te actúa en una peli.

Y sólo se puede ser francés (de madre belga) para hablar de la quintaesencia del orgasmo y que suene natural:

et les excés de mes fantasmes
puissent enfin me livrer en paix
la quintescence de leurs orgasmes

(en «Illicite», 1991)

viernes, 3 de diciembre de 2010

El arte del calzador #16: 'besable'

Kissable. Palabra la mar de sugestiva, de imposible traslación literal al español. «La comería a besos», que habría que decir aquí. Pero no suena igual, no; como que pierde mucho encanto y sugerencia.

Robert Palmer —cómo no— sabía usarla muy requetebién:

Her methods are inscrutable,
She's completley kissable.
(En «Simply Irresistible»)

¿Y nuestro dicho «Uvas con queso saben a beso» podría volcarse a la lengua de Palmer como Grapes and cheese taste like a kiss?

(A modo de curiosidad, y en contra de la fama de rijosillo y faldero de Palmer, se hace saber que su numerosas veces parodiado vídeo de «Addicted to Love» se grabó sin que en ningún momento coincidieran en el estudio el cantante y las modelos-instrumentistas; en el montaje final se hizo una superposición de imágenes, tan bien hecha que da la impresión de estar todos juntos en el escenario.)

jueves, 28 de octubre de 2010

El arte del calzador #15: orina china

Gog se lo está haciendo mirar, porque en principio un grupo tan acumulativo y barroco como Of Montreal —que como el propio nombre indica son de Athens (EEUU)— no debería estar entre sus predilecciones; o lo que es peor, Gog no debería estar enganchado a ellos de la manera en que lo está con su último disco.

La teoría le dice a Gog que no debería venirle bien el mundo excesivo, recargado y abigarrado de Kevin Barnes y los suyos, un mundo donde el horror vacui impera en todo lo que hacen.

- Los títulos de los discos. Por ejemplo: Coquelicot Asleep in the Poppies: A Variety of Whimsical Verse (Kindercore, 2001); Aldhils Arboretum (Kindercore, 2002); Satanic Panic in the Attic (Polyvinyl, 2004).
- El diseño gráfico, un apelotonamiento de figuras entre el rococó, la cursilería y el gazpacho. Aunque se les agradece el esfuerzo de elaborar hoy en día un álbum con todo ese despligue, papirofléxico a veces, con libretos ilustrados, cajitas encantadoras, fundas, digipacks inverosímiles, profusión de dibujos y letras.
- La imagen hiperhistriónica del grupo, que hasta grima le da a Gog poner fotos suyas por aquí.
- La música, donde hacen lo que quieren usando todo tipo de géneros incluso dentro de la misma canción, pasando de uno a otro por estrofa, ya sea puro pop, psicodelia, music hall experimental... y no queda ni un solo segundo sin atiborrar de capas de sonido, como una especie de síndrome de Diógenes musical.

En False Priest (Polyvinyl, 2010) hay un escoramiento más decidido hacia la música negra. Mucho Prince y pujos funkys. Y también mucho David Bowie, sobre todo el Bowie más negroide (el de Young Americans y por ahí).

Y, por supuesto, hay rarezas en las letras. En este álbum llama la atención el uso de varias palabras bastante infrecuentes en el pop y la pericia para calzarlas, pero la palma se la lleva este extraño y aliterado verso:

Now I see your face selling Chinese urine (en «You do mutilate?»)

Reconozcamos el mérito o el valor de acudir a la escatología para expresar algo, pero ya lo de «orina china» es absolutamente incongruente o genial. (Si alguien tuviese alguna explicación sobre su significado, Gog, y seguro que otros muchos, quedaría muy agradecido.)

En fin, Gog no puede parar de escuchar el disco. Y perdónenle que concluya aquí, pero es que le han entrado ganas de echar una meadilla.

lunes, 27 de septiembre de 2010

El arte del calzador #14

El primer álbum de The Stranglers, allá por 1977, contenía el temazo-de-por-vida «Peaches». Esta canción es famosa por dos peculiaridades.

En cuanto a lo musical, esa línea de bajo brutal, apoyada por una batería parsimoniosa y contrapuesta a un teclado agudo y abrasador.

Y en lo lírico, por ser el primer tema de la historia del rock en incluir la palabra clítoris, que aunque pronunciada a la inglesa suena un poco rara ([clitóris]) y le quita gustillo al asunto, está metida sin demasiado esfuerzo:

Is she trying to get out of that clitoris
Liberation for women
That's what I preach


(La pronuncian en 1'54'' aprox.)

jueves, 2 de septiembre de 2010

El arte del calzador #13: latinajos

Últimamente a Gog le ha dado por acordarse bastante de uno de sus monstruos favoritos, el jandicapado, verborreico e irreverente Ian Dury, príncipe de los méndigos. Con su acentazo cockney, era capaz de meter en sus composiciones cualquier palabro, taco, coloquialismo salvaje o nombre propio por disparatado que pareciese.

Hoy Gog quiere detenerse en el latinajo que insertó sin despeinarse en «This is What We Find» (quinto corte de Do it yourself, 1979):

O vanitas vanitatum
Which of us is happy in this life?

Y ya que estamos, sería imperdonable no copiar otro fragmento descacharrante que aparece en el mismo tema, típico ejemplo de una de sus cocteleras lingüísticas:

Hello, Mrs. Hood, this boy looks familiar,
they used to call him Robin Hood.
Now he's Robin fuck... shit... cunt

Genio y figura.

jueves, 29 de julio de 2010

El arte del calzador #12: excavadora

El grado de estupidez que un ser humano es capaz de alcanzar va ligado, en no pocas ocasiones, al grado de encoñamiento que padezca. Quiero ser tu perro, quiero ser tu becario, quiero ser tu carro de la compra...

O, como en el caso del pop cálido y sencillo de The Wave Pictures, incluso se puede anhelar convertirse en un 'excavadora' por ella:

I'll be there and I'll be waiting for you
I shall be a ditchdigger

No se descarta que tenga otro significado diferente que se le escape a Gog. Sea lo que sea lo que signifique, tiene su aquel meterla en un verso.

El palabro también figura al frente del título del tema, uno de las más vistosos y contagiosos — y contiene varios así— de su último Susan Rode The Cyclone (2010).

(Aviso para coleccionistas o amigos de la cosa fetichista: hay edición limitada en vinilo blanco. Item más: la edición vinilesca se la reparten tres sellos diferentes por Europa, y en cada país es de un color distinto.)

En la misma canción hay dos líneas especialmente brillantes: We do things for a reason / when we do them in the dark.

Cortes:
01. Kittens
02. I Shall Be A Ditchdigger
03. Sweetheart
04. Cinnamon Baby
05. Throwing Words
06. I Just Want To Be Friends This Time
07. Blind Drunk
08. Marie Again
09. Susan Rode The Cyclone
10. American Boom

Fa-Gog-ritas: 1, 2 y 6

martes, 6 de julio de 2010

El arte del calzador #11: sauce, mirto y comino

No parece demasiado complicado introducir la palabra sauce en la letra de una canción; costaría un poco más pero mirto también podría ser; comino ya se antoja realmente difícil. ¿Y las tres a la vez en una sola estrofa? Tal vez en una nueva entrega de Misión imposible.

Pues no, Bernardo Bonezzi lo consiguió en la inquietante «Extraños juegos» de los Zombies:

Y recogen mirto,
y recogen comino,
y atan a uno de ellos
a un sauce

jueves, 3 de junio de 2010

El arte del calzador #10 // Gastan gafas #19: Boat

Ciempiés; centipede en inglés. Anda, pues no parece tan complicado hacer con ello un pareado.

Veamos, cómo podría entonces introducirse la palabra centipede en una canción sin soliviantar las sensibilidades humanas. Boat parecen haberlo conseguido desde Seatle:

If you want to be a giant centipede,
just clap your hands
(«Do the Magic Centipede»)

Gog lleva dando palmas toda la mañana y ha conseguido la metamorfosis en cuatro ocasiones. Afirma, pues, que lo de Kafka no era tan complicado.

Setting the Races (Magic Maker, 2009) es el tercer intento de este cuarteto de indie pop americano de manual (siempre nos quedará Pavement). Buenas letras, guitarras frescas, ganas de divertir, camisas de cuadros. Y todo muy casero y háztelo tú mismo (porque si no no te lo hará ni la buena de tu abuelita). El disco está empaquetado a mano por ellos mismos: es una especie de sobre de cartón; dentro va el cedé y una hoja desplegable con las letras, y detrás de esa hoja se ha estampado un sello que pone:

Hand assembled by:
□ D. Crane
□ J. Long
□ J. Goodman
□ M. McKenzie

Una de las casillas lleva una cruz a rotulador, para indicar cuál de los miembros de la banda es el que empaquetó ese disco en concreto. El de Gog lo hizo M. McKenzie. Entrañable detalle en esta era de teclado y ratón.

El bajista y el guitarrista gastan gafas, como puede verse en esta grabación en directo de ese pedazo de tema que es «We Want It! We Want It!», que le tiene hoy a Gog tan saltarín y dicharachero.