martes, 28 de enero de 2014

El arte del calzador #22: The Horrorist

Hacer coincidir en la letra de una canción las palabras Adolf y swastika no se antoja demasiado complicado. Otra cosa ya es encajarlas y hacerlas casar con Ikea, por ejemplo. 

Last night I dreamt of Adolf kissing Anne 
I lay on my back fantasizing 
Swastika, Helvetica, Ikea 

La estrofa forma parte del sentido del humor, retorcido y oscuro, que Oliver Chesler , alias The Horrorist, despliega en su cuarto álbum, Fire Funmania (Things To Come Records, 2013). Además, Chesler practica la estética de la maldad, quiere hacernos creer que es un monstruo, un «horrorizador» venido al mundo para causarnos pánico y dolor. Sangre, sexo duro, escatología, asesinatos… componen ese decorado pretendidamente terrorífico. Pero tras esa pose maléfica, no nos parece tan fiero como se pinta; al contrario, entrevemos a un sentimental, que se muere de hambre (amor) por su chica y por besarse con ella en la disco mientras no paran de bailar:



En lo musical, una muy interesante electrónica, un tecno duro, seco y de tendencia experimental. Ese sonido oscuro envuelve como un guante toda la imaginería truculenta de Chesler, y lo llena de tratamientos tecnoides nada cómodos para el oído a primera escucha; aunque a veces encuentra un hueco para una balada con guitarra acústica y unas suaves bases electrónicas de acompañamiento fúnebre, como en la muy bonita «The Darkness That Was Meant to Be»:

domingo, 26 de enero de 2014

Viaje a una portada #8 // Grafitis por el mundo #35: The Akron Compilation


Entre pinta y pinta, viendo tocar a bandas locales de pub rock, nació en 1976 el sello londinense Stiff Records, que si algo demostró de inmediato fue poseer el olfato de un sabueso y una cintura para moverse en el negocio musical digna del mismísimo Shane Williams. Muy pronto vio Stiff que al otro lado del Atlántico, en Akron (Ohio), empezaba una banda con enormes posibilidades: Devo. Así que fue la propia Stiff la que introdujo y dio a conocer a Devo en Europa publicándoles un ep colosal

La conexión Londres-Akron no quedó ahí para Stiff. Resulta que en la ciudad del caucho también se vivía entonces una eclosión musical, y Stiff encontró en esa escena una cantera en la que fichar bandas que a la postre fueron muy representativas del sello, como Rachel Sweet o Jane Aire & The Belvederes. De hecho, algo debía de cocerse en la zona de los lagos, pues de la misma ciudad era Chrissie Hynde, compañera de Mark Mothersbaugh en la universidad, y en Cleveland, a sólo 50 kilómetros, despuntaban, ahí es nada, Pere Ubu y The Dead Boys. (Hoy día, los representantes más afamados de Akron son The Black Keys.) 


El caso es que eran tantos los grupos, que Stiff publicó una recopilación en 1978 titulada The Akron Compilation. En ella se encontraban las mencionadas Sweet y Aire (foto superior), que de ese ramillete fueron las que llegaron a ser más conocidas junto a The Waitresses. En total eran catorce temas de rock alternativo, pop rock y new wave; escuchados de nuevo hoy, la cara B, más variada musicalmente, contiene momentos muy disfrutables, como el de Rachel Sweet chapurreando español en el estribillo de «Tourist Boy», el deje skalítico de Terraplane y el post punk tribal de Chi-Pig, quizá el mayor descubrimiento de la compilación desde una perspectiva actual. 


En la portada se ve una foto de un grafiti urbano, que probablemente fuese tomada en la propia ciudad. Desgraciadamente, no aparece referido el nombre de la calle, ni de las otras que aparecen fotografiadas en el interior. Sería una buena aventura visitar ese rincón desabrido que ilustra la cubierta de The Akron Compilation. Sobre dicha foto, arriba a la derecha, se sobrepone una tira de caucho a imitación de un neumático; en los créditos del álbum puede leerse al respecto: «Scratch ‘n’ sniff the tire on the front cover to experience the delightful fragance of Akron… the Rubber City». Quien haya conservado el álbum dentro de un plástico, aún hoy podrá percibir el olor del caucho.


Tracklist:
A1 Jane Aire & The Belvederes – When I Was Young
A2 Tin Huey – Chinese Circus 
A3 Rachel Sweet – Truckstop Queen
A4 The  Bizarros – Nova
A5 The Waitresses – The Comb
A6 Rubber City Rebels – Rubber City Rebels
B1 The Waitresses – Slide
B2 Jane Aire & The Belvederes – I'm An Actress
B3 Sniper – Love Is Making Me Bleed
B4 Idiots Convention – Mephistopheles' Passion
B5 Rachel Sweet – Tourist Boys
B6 Terraplane – A Beer And A Cigarette
B7 Chi Pig – Apu-Api (Help Me)
B8 The Waitresses – Clones

jueves, 23 de enero de 2014

Ellas llevan el ritmo #52: Speedy, de Las Chinas

Hoy es 23 de enero: 


Claro que la fecha a la que remite la canción de Las Chinas no es la de hogaño, sino la de un lejano, neblinoso y acartonado 1980, tan gris, tan gris, con tan poco color por todas partes, que, según cuenta la teclista del grupo, los zapatos que compraban se los pintaban con Titanlux para insuflarles vida. Evidentemente, esto para quienes no pudieran costearse un billete a Londres y tuvieran que equiparse en el Rastro y en Almacenes Arias, en la vertiginosa carrera que se emprendió aquellos días en pos de la modernidad. Y es que qué tiempos. Muy valientes debieron de ser las cinco féminas que montaron Las Chinas a modo de banda nuevaolera, a saber: Isabel Pérez (alias Luna), guitarra; Montse Cuní, bajo; Isabel Acosta (alias Speedy), batería; María José Serrano (alias Jose, y más tarde Kikí D'Akí), voz; Miluca Sanz, teclado. 

Por aquel entonces —la verdad es que en eso apenas han cambiado las cosas— en la escena underground eran pocos y todos se conocían. Montse, por ejemplo, compartía proyecto periodístico con Santiago Auserón y era pareja del hermano Luis. De hecho, la música de «Amor en frío», quizá el tema más conocido de Las Chinas, está compuesta por el primero de ellos. En las letras del puñado de canciones que dejaron grabadas, se observa su personalidad de mujeres liberadas, fuertes e independientes, de las que si veían chicos en la calle, salían a por ellos: todo va bien / hay chicos en la calle / y ahora mismo voy a salir. Miluca era la única con nociones musicales no autodidactas. Pero la carrera oficial de Las Chinas —el single El hombre salvaje/Amor en frío (RCA, 1980)— comienza con el redoble cuasi militar de la batería de Speedy.


Según cuenta Fernando Márquez en su mítico libro sobre la Movida, Música moderna (1981), a Speedy la querían mucho sus compañeras, pero como su técnica a las baquetas ni siquiera alcanzaba la mediocridad, hubieran prescindido de ella de haber aparecido otra chica baterista.

Poco más dejaron grabado antes de desaparecer en 1982: 

> «Te espío» (de Ejecutivos Agresivos), incluida en la banda sonora de La última estación (Mercero, 1982) 
> «23 de enero» y «Chicos en la calle», la primera maqueta (de 1980) que enviaron a la compañía y que nunca se grabaron en estudio 
> «El crucero», «Landrú» y «Es el fin» (versión del Echo Beach de Martha & The Muffins, ni más ni menos), de la segunda maqueta, también sin grabar, de 1981 
> Y alguna toma en directo de versiones que interpretaban en sus conciertos, «Me tratas muy mal» (el «Getting Me Down» de The Rezillos) y «Qué fácil es caer» (o sea, el «Femme Fatale» de la Velvet Undergound). 

Todo este material ha quedado recogido recientemente en Amor en frío. Grabaciones completas 1980-1982 (Munster, 2013), junto a bastantes fotos de la época y textos sentidos e ilustradores. Como decía Jose, espero que os guste, sobre todo por vuestro bien: 



Por cierto, amigos rescatadores de Munster, ya que se trata de un 12’’ que rula a 45 rpm y no a las esperadas 33 rpm del formato de elepé, convendría habérselo señalado en alguna parte a los compradores.

domingo, 19 de enero de 2014

Cameos musicales #54: Annette Funicello

Annette Funicello fue uno de esos prodigios infantiles que habitualmente da el mundo del cine. Comenzó como niña Disney en la década de los cincuenta, y tras dar el inevitable y natural estirón, se convirtió en icono juvenil playero y surfero en la década siguiente con series televisivas y películas de título nada equívoco: Beach Party (1963), Muscle Beach Party (1964), Bikini Beach (1964), Beach Blanket Bingo (1965) o How to Stuff a Wild Bikini (1965). En muchos casos en compañía de Frankie Avalon, su alter ego masculino en el género. 


Sus dotes de actriz iban acompañadas de excelentes cualidades cómo cantante, lo que resulto en una veintena de álbumes y una enorme cantidad de singles a lo largo de su carrera. En algunos de sus trabajos, su nombre permitió jugar con el título: Hawaiiannette (Vista, 1960), Italiannette (Vista, 1960), Dancennette (Vista, 1961). Era vital y chispeante, lo cual le iba bien a ese pop sixtie de un mundo ideal en fiesta permanente que se pretendía. 



Que en algún momento acabara coincidiendo con The Beach Boys sólo era una cuestión de tiempo. De hecho, no pasó demasiado hasta que se vieron juntos interpretando «The Monkey's Uncle» (Vista, 1965), en la película homónima: 



Como curiosidad, en la mencionada Muscle Beach Party, con la pareja Avalon/Funicello de protagonista, tuvo su primera aparición un Stevie Wonder de 14 años, conocido artísticamente, con toda lógica, como Little Stevie Wonder, interprentado «Everybody Come On Yeah Yeah Clap Your Hands» junto a la banda surfera de Dick Dale. Con todo, en la escena no hay que perderse a la actriz Candy Johnson bailando como una posesa sobre una mesa, que seguro que tiene algún admirador por ahí:

viernes, 17 de enero de 2014

Preparados para un solo de órgano #24: Mammane Sani


Por debajo de Argelia y Libia y encima de Nigeria, se expande geográficamente la República del Níger. Cualquier asociación de ideas que se pretenda establecer con este país estará muy lejos de algo que tenga que ver con la música, y sobre todo con la música electrónica. 

Azotado por las sequías cuando no por regímenes dictatoriales, en 1974 el país se hallaba en una de sus habituales convulsiones políticas. Ese mismo año, un delegado ruandés de la UNESCO le regaló al joven nigerino Mammane Sani, a la sazón delegado en la misma organización internacional, un órgano de la marca italiana Orlo. El asunto resultó más serio de lo que en un principio parecía. Sani se quedó absolutamente cautivado por el sonido de ese instrumento y por las nuevas vías musicales que se abrían ante sí; comenzó a experimentar con él y muy pronto se convirtió en uno de los artistas de la vanguardia de Níger. 

A modo de muestra, o mejor diríase de presentación, se ha publicado recientemente el álbum Mammane Sani et son orgue. La musique electronique du Niger (Sahel Sounds, 2013), que recoge seis de sus temas más representativos, grabados originalmente en casete a finales de los años setenta y comienzos de la década siguiente. Sin duda, se trata de un ejercicio de arqueología musical que no tiene por qué resultarle interesante a todo el mundo, pero quien sienta curiosidad podrá apreciar esa forma minimalista y fantasmal de pulsar el teclado que tiene Sani, y que es lo único que se escucha, a pelo, pues no hay acompañamiento de ningún tipo. Música folclórica e himnos «pastorales» (en su sentido de cuidador de rebaños) de su país tamizados y reconvertidos por teclados, botones e interruptores. 


Hoy día sigue en activo, aunque el sintetizador con que se presenta en los conciertos es un Yamaha actual.

miércoles, 15 de enero de 2014

Ette aquí #52: The Kassettes


En La historia secreta del disco, de Peter Shapiro, el capítulo dedicado al ítalo-disco comienza de esta guisa: «La música disco puede haber sido recubierta de alquitrán y plumas, ahogada y descuartizada en los Estados Unidos, pero nunca murió en Europa. Nunca fue siquiera arrastrada por el fango y jamás se utilizó su nombre en vano. Muy por el contrario, la música disco se convirtió en parte de la estructura del pop europeo». E Italia fue su guardián más fiel. 

Allí, productores y compañías discográficas se lanzaron a grabar toneladas ingentes de temas hedonistas con un sello distintivo y una fijación absoluta por hacer bailar al personal. Uno de estos productos fue The Kassettes, aparentemente dos chicas (¿hermanas gemelas?) si se corresponden con la foto de la única portada existente de ellas, de las que por lo demás nada se sabe excepto que detrás tenían a un equipo dirigido por Mario Vicari y R. Bianchi, que arreglaron y produjeron los dos únicos temas que se les conoce a The Kassettes, publicados en el single: C'est Si Bon/Let's Stay Together (RCA Vitor, 1978). La cara A es una casi irreconocible versión, a lo ítalo disco puro, del famoso tema popularizado por Louis Armstrong e Yves Montand.

sábado, 11 de enero de 2014

Qué se sabe de los belgas #25: Bed Rugs


Cuenta la leyenda que, en Amberes, el gigante Druoon Antigoon, que vivía en el río Escalda, cobraba un peaje a los barcos que quisieran pasar. Si un barco no pagaba, el gigante le cortaba la mano al capitán y la arrojaba al río; de ahí el nombre de la ciudad en flamenco, Antwerpen (de ant = 'mano' y werpen = 'lanzar'). 

De aquella ciudad belga, hoy día paraíso de judíos y diamantes, también son Yannick Aerts, Stijn Boels, Noah Melis y Arne OmloopBed Rugs de nombre artístico—, que musicalmente se han lanzado al río de la psicodelia, en otro de esos viajes nostálgicos tan en boga hoy en busca de un pasado perdido. Se les nota aplicados y virtuosos, impecables. Visten sus composiciones con efectos psicodélicos primorosos y a veces hasta le ponen un sitar y todo a sus composiciones. Harán las delicias de los amantes del género pese a su aún escasa obra, el debut 8th Cloud (2012) y el posterior EP Rapids (Waste My Records, 2013).

jueves, 9 de enero de 2014

Discos con portada con discos #64

The Glosters: Discos olvidados (Clifford, 2011)

The Glosters: Escucha (maxi; Flor y Nata, 2005). Desde Tarragona, dándole a la cosa yeyé bastante tiempo.

 
The Yum Yums: ...Play Good Music (House of Rocks, 2013). Power pop, garaje y ramonismo desde Noruega.


 


The Yellow Melodies: Fan #1, Fan #2 y Fan #3 (Discos Imprescindibles, 2013). Discos de versiones de los murcianos, rindiendo tributo a sus querencias.

lunes, 6 de enero de 2014

Debut #84 // Ellas llevan el ritmo #51: La Luz


Resulta altamente revelador que uno de los discos más luminosos de 2013 haya sido una práctica de reestructuración y revalorización de todos aquellos lugares donde ya hemos estado. Este viaje al pasado para construir el presente es lo que Elizabeth Guffey llama retro-guardia, según cita Simon Reynolds en su esclarecedor libro Retromanía (2009). Para el crítico inglés, la retirada hacia las formas establecidas expresa, en parte, cierto agotamiento de la innovación, una huida de las opciones más inaccesibles. Y llevamos décadas con esta cultura del revival.

Es evidente que It’s Alive (Hardly Art, 2013), del cuarteto femenino La Luz, obedece a esas premisas creativas en las que el pasado cobra vida en la actualidad. En su caso, la década resucitada es la de los sesenta, con el surf, el garaje y el doo-wop como faros omnipresentes a lo largo de los once cortes del álbum. Ellas mismas no ocultan las influencias; en su página de Facebook puede leerse la lista de esos nombres evidentes


El proyecto se ordena alrededor de la guitarrista y cantante principal —Shana Cleveland—, que saca destellos realmente evocadores de las cuerdas de su instrumento. Esa es la parte en la que la crítica ha hecho más hincapié, pero conviene tener en cuenta que el sonido de La Luz no sería tan brillante sin las aportaciones de la teclista —Alice Sandahl— y, sobre todo, de la batera —Marian Li Pino—; no en vano, lo primero que se escucha nada más empezar el álbum es el redoble de la batería, segundos antes de que entre la guitarra con su estallido surfero. El resto de temas se basa de la misma manera en el ritmo sostenido y cadencioso de Li Pino. Por acabar de mencionarlas a todas, la bajista es Abbey Blackwell. Veámoslas en movimiento:


En definitiva, entretenidísimo ejercicio de estilo. Hay algo en este grupo de Seattle que engancha. 

Por su parte, la brillante Shana Cleveland mantiene un proyecto paralelo más folkie e intimista. Puede escucharse en su bandcamp.

viernes, 3 de enero de 2014

No son hombres: son Devo #24

¡Ítalo-Devo! O por mejor decir, un vídeo de Devo abriendo el programa discotequero Tilt de la televisión italiana en 1979. La presentadora, Stefania Rotolo, después de presentar a los invitados que habrá en el plató, hace lo propio con el vídeo de «The Day My Baby Gave Me A Surprise» al grito entusiasta de I fabulossi Devo! (5'10'') tras declarar que han vendido más de cinco millones de discos:



El tema estaba incluido en su segundo álbum, Duty Now For the Future (Warner Bros., 1979).