domingo, 27 de febrero de 2011

Hubo un tiempo en que bastaba con una portada #9: hoy lo cuenta Guillermo

Únicamente había leído algunas cosas sueltas y de pasada acerca del trompetista Herb Albert, sobre sus piezas instrumentales y también que fue de los primeros en introducir el toque latino al otro lado de la frontera entre Estados Unidos y México, pero nunca había escuchado nada de aquello, o si lo había hecho, nunca fue conscientemente y, desde luego, no hubiera podido identificarlo de sonar en alguna parte.

Hará unos diez de años (más o menos, pero era comienzo de siglo, el dos mil y muy poco, eso seguro), llenándome de polvo los dedos una tarde que llovía a mares en una tienda de discos de lo menos quinta mano, me encontré ante la portada de Whipped Cream & Other Delight (A&M, 1965). Supe inmediatamente que me iba a llevar ese disco encontrara lo que encontrara después en el resto de cubetas. No sabía qué música habría dentro ni me importaba. Esa chica vestida como una novia pero con un traje esculpido de nata y el sabor añejo de los rótulos me fascinaron. El diseño de las letras y la fotografía consigue un conjunto en perfecto equilibrio. Y la mirada pícara de la chica pedía a gritos que la llevara conmigo.

Después de comprar el disco, me interesé más por el autor. Era de Los Angeles, colaboró en la composición de algún tema de Sam Cooke, fundó la disquera A&M y que un buen día, en una corrida de toros en Tijuana, oyó a una banda de mariachis, lo cual resultó ser una de sus mayores inspiraciones. La Tijuana Brass, que así llamó a la banda, grabó discos de enorme éxito en su época. Hoy ese sonido suena a guateque antiguo. El disco casi no lo pongo, además «Ladyfingers» está rayada. Pero lo tengo colocado encima de los otros vinilos, con la carátula presidiendo la habitación. Si algún amigo se fija en él y me pregunta de qué va, le pincho «Bittersweet Samba» y quedo como un sabio superfreak cuando comento que es un antecedente de Love. Lo que no les digo es que me lo compré por la portada.

[Autor del texto: Guillermo]

jueves, 24 de febrero de 2011

martes, 22 de febrero de 2011

A la tercera va la vencida #9: The Modern Skirts

Este cuarteto de Athens está en la onda de esos grupos que han optado por dar un salto cualitativo en su carrera (The Morning Benders, Grizzly Bear, The Salteens...) haciendo evolucionar su sonido hacia mayores cotas de calidad musical: estructuras más osadas, ricos arreglos, variedad instrumental, melodías primorosas, armonías vocálicas... Y es que no hay nada como creerse uno que le ha llegado la hora de algo importante.

The Modern Skirts, en este su tercer intento —Gramahawk (2010)—, han apostando por jugar aún más con las voces y arroparse con toques electrónicos. El resultado, por ejemplo, la sencillez de «Jane Child» (teclados y una cálida superposición de voces) o la maravillosa «Under Bridges and Overpasses» (un claveteo machacón, una batería insistente y unas voces repetitivas, todo en crescendo).

Atrás quedan el prometedor debut Catalogue of Generous Men (Go To Your Room, 2005) y el menor All of Us in Our Night (2008).

domingo, 20 de febrero de 2011

Faropedia #2: Virginia Woolf

Cincuenta pares de ojos es la cifra que cierto personaje de Virginia Woolf estima necesaria para poder examinar todos los aspectos que conforman la personalidad de alguien, en definitiva, para poder conocer de verdad a otra persona. Y esa es la mirada que la autora desparramó por To the Lighthouse ('Al faro', 1927).

Esa novela es un vals de monólogos interiores, el fluir de las conciencias; y la pluma de la autora, una batuta que va posándose en ellas. Woolf describe lo que no pasa, lo que se piensa y se siente y no se ve, el ruido interno que nadie más salvo uno mismo puede oír y rara vez dejamos escuchar a los demás.

Luego, en el plano artístico, Virginia Woolf se aventuró más allá, al pretender que esas descripciones se refirieran a un mismo tiempo, porque las cosas no transcurren de una en una, como naturalmente sabemos, sino a la vez. Así que, paradoja pura, al procurar plasmar ese acontecer simultáneo, hizo que su literatura, de latido tan vanguardista, fuera en el fondo un intento desesperado de realismo literario.

En 2009 se subastó el trozo de costa de Cornualles que inspiró la obra.




Pulp: «My Lighthouse»

sábado, 19 de febrero de 2011

Plataneces #19: Rihanna

Nuevo vídeo de Rihanna, que esta semana ha anunciado oficialmente las fechas de sus conciertos por España.

Contiene momentos de plátano sabrosón a partir del minuto 4:


Al parecer, 's&m' es como suele referirse el sadomasoquismo abreviadamente, pero ella alude a scandals & media, de ahí el juego lingüístico y el doble sentido de toda la imaginería que se despliega en el vídeo: sádicos periodistas martirizando a la pobre chica famosa.

Criatura celestial en su plenitud.

viernes, 18 de febrero de 2011

Strano mondo di tanti nomi #20: Fujiya & Miyagi

Fujiya & Miyagi, como el propio nombre indica, ni son un dúo ni son japoneses; están más en la línea de trío de Brighton a los que les hace gracia el nombre del maestro de Karate Kid, Mr. Miyagi. Aunque ellos, realmente, son discípulos de Can. Y Kraftwerk no andan muy lejos.

Ya van por su cuarto álbum. En el reciente Ventriloquezzing (Yep Roc, 2011) tal vez no hay jits tan instantáneos y resultones como aquel Transparent Things (2006), que era una sucesión de píldoras de pop electrónico capaz de remediar cualquier depresión. En el tercer álbum aún había alguno de esos trallazos (por ejemplo, la absolutamente arrebatadora «Knickerbocker»), pero se notaba una evolución hacia un sonido con estructuras más complejas y penetrantes.

Ahora la adhesión al krautrock es total y definitiva, y les ha quedado un álbum mucho más homogéneo e intenso desde el primer al último bit. Fascinante.

Lista de cortes:

1. Ventriloquizzing
2. Sixteen Shades of Black & Blue
3. Cat Got Your Tongue
4. Taiwanese Boots
5. Yoyo
6. Pills
7. OK
8. Minestrone
9. Spilt Milk
10. Tinsel & Glitter
11. Universe

jueves, 17 de febrero de 2011

Como decíamos ayer... #8: Gang of Four

Content (Grönland, 2011), nuevo material de Gang of Four desde 1995. Andy Gill y John King, la vieja guardia de los de Leeds, vuelven en esta su tercera etapa (más o menos a una por década).

Aunque sólo sea por la primera mitad del disco y sus cinco temazos ya ha valido la pena. La segunda parte/cara pierde intensidad e interés, hay en ella algún experimento de relleno y en alguna ocasión parecen sonar los Red Hot Chili Peppers (en realidad la influencia fue inversa, que de ahí viene el parecido). Uno de los méritos mayores de Gang of Four fue llevar el funk al punk; aquí se echan un poco en falta aquellas profundas líneas de bajo, pero sigue acuchillándote la guitarra convulsa de Gill. Y aún quedan rastros de ferocidad y de peligro (por ejemplo, el single «You’ll Never Pay For The »), y de tensión existencial («Who Am I?»):

You can't steal when everything is free.
Who Am I when everything is free?


Por cierto, para sí quisieran Franz Ferdinand sonar como en este tema.

En Content transmiten la impresión de haberlo dado todo; eso está bien. Son ellos y han vuelto.

Lista de cortes

1.-She Said ‘You Made A Thing Of Me’
2.-You Don’t Have To Be Mad
3.- Who Am I?
4.- I Can’t Forget Your Lonely Face
5.- You’ll Never Pay For The Farm
6.- I Party All The Time
7.- A Fruit Fly In The Beehive
8.- It Was Never Going To Turn Out Too Good
9.- Do As I Say
10.- I Can See From Far Away
Second Life (bonus track)

Fa-Gog-ritas: 2, 3 y 4

La edición en vinilo lleva dentro de regalo la versión en cedé, que además contiene un tema extra. No se puede pedir más.

martes, 15 de febrero de 2011

El friquigorífico #8

Hala, a mover el esqueleto todo el mundo al son de Jon Fratelli y su «Rhythm Doesn't Make You A Dancer»:

lunes, 14 de febrero de 2011

Género chico #7: Jabalina Love Songs

La pequeña discográfica española Jabalina tiene en marcha desde hace unos meses una colección de singles a color, con canciones inéditas y tirada limitada, ilustrados todos por María Castelló Solbes. La temática de las canciones queda muy clara en el título de la colección: Jabalina Love Songs, y las bandas suelen añadir en la cara B alguna versión, alguna colaboración especial o alguna rareza, como mandan los cánones de las caras B. Acaban de salir los dos de la tercera entrega, de las cinco que hay previstas.

Primera entrega en octubre de 2010:

> Apenino: Toca el pito // Entre Pekín y Perú / Otra dimensión [de Alaska y los Pegamoides]. Color: azul semitransparente.

> Wild Honey: Diamond Mountain // Field of little heads / Ginger. Color: naranja.


Segunda entrega en diciembre de 2010:

> Souvenir: Aime-moi // Funnel of Love [de Wanda Jackson] / Nightlife. Color: verde translúcido.

Ama: Yo no te quiero / La poesía // Hoy va a llover [de Familia Real]. Color: amarillo.

Tercera entrega en febrero de 2011:

> Llum: It Must Be Love // History of Lovers [dueto con Josephine Ayling, de Boat Beam]. Color: marrón.

> Klaus & Kinski: Amor A / Amor B // Embraceable You [de Ira y George Gershwin]. Color: blanco.

Todo bonito, cuidado al detalle y lleno de calidad. El indie español haciendo las cosas muy bien. Fetichistas musicales, amantes de rarezas y exclusividades, o simplemente degustadores de buen pop, estáis de enhorabuena.

domingo, 13 de febrero de 2011

¿Y tú de quién eres? #10: Arthur H

H de Higelin, de Jacques Higelin, su padre, pero que él abrevia con la inicial.

Graba discos eclécticos desde 1990, en los que cabe de todo un poco: pop y cabaret, jazz y tango, chanson y bases electrónicas... Aunque por estas latitudes es muy desconocido, en el mundo francófono ha conseguido bastante éxito, sobre todo con Adieu Tristesse (Universal, 2005), en el que grabó un dueto con su señor padre. Negresse Blanche (Universal, 2003) fue otro notable álbum.

Es un animal de escenario como su padre (cuatro de sus discos están grabados en directo). Recuerda mucho a Paolo Conte; él quisiera ser Tom Waits. Su último coletazo ha sido Mystic rumba (Polydor, 2010), una reinterpretación de sus mejores temas acompañados sólo con piano.

sábado, 12 de febrero de 2011

Todo el mundo quiere a PJ Harvey #5 // Las cosas del directo #17

Como estrella rutilante que es, gran expectación está levantando PJ Harvey ante la salida el 14 de febrero de su nuevo álbum. Es de imaginar que a ella o a la discográfica le habrá hecho gracia hacerlo coincidir con una fecha-tan-señalada (puaj). Lo que nos importa es que ese mismo día dará un concierto desde París para presentarlo de corrido, concierto que se transmitirá por su web a eso de las 21'00 h.

Qué tiempos estos en los que se hacen cosas así y el mundo al completo (el internetario privilegiado, claro) puede asistir a la vez al mismo espectáculo en directo.

(Gracias a Ticket Loser por el soplo.)

viernes, 11 de febrero de 2011

...Y ellos se juntan #32: Cinema Red and Blue

Cinema Red and Blue es la unión en plan supergrupo indie de 3 miembros de Comet Gain + otros 3 de los neoyorquinos Crystal Stilts + Gary Olson, de Ladybug Transistor, con la colaboración de gente de The Clean.

El resultado es un álbum homónimo (2010) en el que predomina el sonido indie rock ochentero que practican los primeros. Especialmente interesantes son las tres «baladas» consecutivas de la primera parte: «Ballad Of A Vision Pure» (puros The Go-Betweens en sus comienzos), «Ballad Of A Bus Stop » (precioso acompañamiento con guitarra de doce cuerdas) y «Ballad Of An All Night Worker» (con órgano arrebatador recorriéndola). En la siguiente, «Charlie Clarke», molan esos teclados de juguete y esa forma de cantar desmadejada tan Television Personalities. Y como guinda, la emocionante «Same Mistakes», que puede ser triste o alegre, según se escuche.

Cinema Red and Blue - Same Mistakes

Lista de cortes:

01 - Far Out Isn't Far Enough
02 - Ballad Of A Vision Pure
03 - Ballad Of A Bus Stop
04 - Ballad Of An All Night Worker
05 - Charlie Clarke
06 - Melanie Down
07 - Ghost Confessions
08 - Same Mistakes
09 - Love In The Altitude
10 - Jesse Lee Kincaid
11 - You're Gonna Screw My Head Off
12 - Brave Words

jueves, 10 de febrero de 2011

Hubo un tiempo en que bastaba con una portada #8: hoy lo cuenta Viceflai

Cuando uno le promete a un amigo que hará algo que le ha pedido, nunca sabe uno cuándo va a encontrar el tiempo necesario, entre tantos de esos compromisos inútiles que se tienen de adulto, para cumplir con la promesa hecha. Y hete aquí que un cúmulo de circunstancias inesperadas me van a permitir hoy poder cumplir el adquirido con nuestro querido Gog, debido a una dura noche en la que combato a un enemigo muy conocido por él, pero muy desacostumbrado para mí: el insomnio. Bien es cierto que se trata de algo concreto (puntual que dicen los petulantes galicistas), y que, además, se trata de una espera insomne ilusionante, ante la avidez por recibir una llamada desde el otro lado del Atlántico que te indique que tu hermana ha traído a tu primer sobrino al mundo. La espera del anuncio de la vida me mantiene, pues, en inusitada vigilia. En un intento por vencerla, me he puesto a leer noticias de un periódico, con la esperanza de que la sarta de mentiras y gilipolleces acostumbrada acabase por depositar a Morfeo en mis despejadas sienes. Ahí me he topado con otra noticia, esta vez no de vida, sino de muerte: la de Gary Moore. Obviamente, la chispa ha saltado a mi memoria: yo me compré un disco suyo por su portada, y una portada que satisfará doblemente a Gog, pues servirá al tiempo para darle lustre a la etiqueta bloguera de "Discos con portada de discos."

Still Got The Blues representa el momento más interesante de la carrera de Gary Moore. En 1990 decidió cortarse las melenas jevilongas (matar al padre, que diría Gog) y volver a los orígenes tanto de sus inicios musicales como (mal que les pese a sus más descerebrados seguidores) al mismo lugar de nacimiento de la música idolatrada por su antaño tropela de groupies metálicos: el blues. El tiro le salió por la culata: los jevilongos, cual Chonis aficionadas del Liverpool (cabreadas porque su Niñio se ha ido con la Chelsi), pasaron a renegar de él, mientras que los estirados señoritingos serios del blues (que ya eran gafapastas sin saberlo) lo consideraron un aprovechado más. Bueno, es debatible, supongo. Pero lo que es irrefutable es que Still Got The Blues es un discazo de los que deberían haber marcado una época, y que fue tristemente engullido entre estos dimes y diretes. Y no lo merece: desde la impecable "Moving On" inicial hasta los más famosos cortes, como el homónimo título del álbum hasta el brutal y feroz "Walking by my side", es imposible escucharlo sin emocionarse, con el aditamento de tener la mejor versión (os reto a que me encontréis una mejor) del inigualable "Midnight Blues", en la que el propio Moore, casi como advertencia, nos sacude antes del riff final con un exquisito "Excuse me". Es decir: perdonadme todos, pero voy a hacer lo que me salga del horcate con mi música, os pongáis como os pongáis.

A mí me bastó la portada para comprármelo. Y es que no tiene desperdicio. Ese niño pera británico, peinado sin saberlo como Justin Bieber, que se nos presenta enganchado a la sempiterna Gibson Les Paul (aunque yo siempre fui más de Fender, la elegante Telecaster en concreto, que es la del Boss), mientras que trata de hacer lo que yo mismo, y centenares de críos pera idénticos, tratábamos de hacer en nuestras habitaciones: imitar el guitarreo de nuestros ídolos. Porque sí, vale que teníamos pósteres de tías en tetas en nuestra guarida, como las de la portada del disco. Pero nos importaba mucho más Hendrix (la portada es de The Ultimate Experience), y, sobre todo, hubiéramos vendido nuestro alma al diablo por saber tocar la guitarra como él. O por aproximarnos un poco a cualquier ritmo de otro de los discos que, entre alguno de Fleetwood Mac (donde tocaba el ídolo de Moore, Peter Greenwood) cuyo título ahora no recuerdo, se atisba en la habitación: el no menos espectacular disco de los Bluesbreakers de John Mayall, con Mano Lenta todavía en la formación antes de comenzar su cremoso proyecto con Bruce y a Baker... con quienes Moore (llamados así, BBM) grabaría en 1994 otro disco delicioso, el Around the Next Dream... En fin, mejor lo dejo: se trata de dormirme yo, no de dormíos al resto.

Por si acaso alguien albergaba dudas para comprarlo al ver la portada, más razones en la contraportada: el propio Moore, esta vez en foto a color, en otra habitación, con la misma guitarra y pose que el niño pera británico, tratando de conseguir los acordes de un blues. Cuántas tardes enteras en la habitación del piso mostoleño de mis padres, tratando de hacer exactamente lo mismo...

Si todavía no lo has escuchado, hazte un favor a ti mismo, deja de hacer el moñas en spotify y póntelo. Lo vas a disfrutar. Vaya mi cariñoso recuerdo por ti, tío Gary, sobre todo en memoria de aquel conciertazo en el Fillmore de San Francisco hace unos cinco o seis años, cuando nada haría presagiar el triste desenlace. Y mi mejor bienvenida a ti, sobrinillo. Mira que si me sale guitarrero...

[Autor del texto: Viceflai]

miércoles, 9 de febrero de 2011

Ette aquí #23: The Greasettes

Pink Grease fue un quinteto de Sheffield de cortísimo vuelo. Algunos singles, el ep All Over you (Horseglue, 2003) y el álbum This Is for Real (Mute, 2004), todo ello en una onda entre garajera y glam, con T-Rex, Iggy Pop, New York Dolls o Jon Spencer Blues Explosion como referentes. Es decir, musculación sonora y chulería.

El coro de acompañamiento era el trío The Greasettes, acreditadas como Nassa, Sally y Polly.

martes, 8 de febrero de 2011

Debut #28 // ...Y ellos se juntan #31: Los Ginkas

Un tiempo después de traer aquí «Fiesta en la luna», un buen amigo le regaló a Gog el segundo ep manufacturado de Los Ginkas. Y ni tiempo para comentarlo, cuando ha aparecido la puesta de largo de estos pamplonicas: Retumbarama (Spicnic, 2011), disponible solamente en vinilo, en edición limitada y numerada.

En realidad —o en puridad poniéndonos pelín pedantes, aunque el palabro mola—, llamarlo estrictamente álbum de debut... A ver, temas nuevos nuevos, un par. Y casi toda la cara B son temas interpretados junto a otras bandas, de los cuales dos son versiones: «Derrama tu amor» (de Pantano Boas) y «No te quiero ver» (estupenda revisión de un tema de Jackie De Shannon y Sharon Sheeley). Bueno, un debut heterodoxo.

En lo musical, su optimismo desbocado y de buen rollo, sin más intención que entretener y divertir; ritmos acelerados y estribillos pegadizos, que en su propio idioma se dice «ongi ibili pop-ability». Van por buen camino; a la espera de que algún productor les pula y aclare un poco el sonido.

Lista de cortes:

1. De golpe y porrazo
2. Retumbarama
3. Linda Manz
4. El gran salto
5. Un día raro
6. Soy una bomba
7. Fiesta en en la luna
8. Sol sal ya!!! (con las Astrogirls)
9. A casa
10. ¿Qué clase de monstruo eres tú? (Con los Sfinters)
11. Babia (con Parade)
12.-Derrama tu amor (con TCR)
13.-No te quiero ver (con las Lava Lamps)
14.-Birlibirloque (con Terry Cuatro)

Por cierto, disco con portada con discos.

También son muy citadores de referencias musicales. Si en su anterior «Autodeficiencia» salían Nick Cave, Tom Waits, John Coltrane, Serge Gainsbourg y Lou Reed, ahora en «Babia»:

Una lluvia de confeti
cubre el fez de
Martin Denny
y en el maletín de Félix
muy tranquilo sueña Elvis.

Y en este mismo tema, una platanez, que no en vano uno de los chicos se hace llamar Mike Banana-rama:

Lux prepara para Wanda
un daiquiri de banana.

(¿Lux Interior y Wanda Jackson?)

sábado, 5 de febrero de 2011

El arte del calzador #19: crustáceos y un perro andaluz

Hace tiempo que Gog quería hablar del arte para calzar palabras de Black Francis, muchas veces surrealistas y sinsentido pero siempre sonoras y evocadoras, como esos crustáceos tan resonantes de «Wave the Mutilation»:

Walked the sand with the crustaceans

O aquel grito espeluznante de «Debaser»:

I am un chien andalusia

Ahora la ocasión viene muy a cuento, pues se ha publicado Doolittle (Libros Crudos, 2010), el librito que el periodista musical Ben Sisario le ha dedicado al álbum homónimo de los bostonianos Pixies. Básicamente, es un canto de amor a un disco. En la primera mitad se dedica a situarlo en su contexto y transcribir las explicaciones que le aportaron los protagonistas (excepto Kim Deal, que declinó hacerlo); en la segunda disecciona minuciosamente (si esto no es una redundancia) cada una de las canciones, desde un punto de vista técnico y formal. Muy entretenido si eres fan del grupo, pero un ladrillo si estás más en la línea de que Pixies es una aplicación del iPhone.

Siendo Doolitle una pasada, Surfer Rosa es el disco de los Pixies que más le gusta a Gog.

> Por canciones, si Doolitle tiene «Debaser», «Monkey Goes to Heaven», «Here Comes your Man» y «Hey», Sufer Rosa cuenta con «Gigantic», «River Euphrates», «Where Is My Mind» —además, del tirón— y «Vamos».
> Tal vez la producción de Gil Norton sea más rica y oxigenante, pero la crudeza básica de Steve Albini en el primero es demoledora.
> Sufer Rosa, además, fue el encontronazo brutal con ellos, y ya se sabe que la primera vez, en casi todo, tiene más papeletas para marcarte.
> La voz de Kim Deal, en Sufer Rosa tuvo mucha más presencia que en el segundo álbum. Black Francis, con el tiempo, cometió el error fatal de ir relegando del micrófono a la bajista.
> Típico disco que Gog se compró en cuanto vio la portada. Más elaborada y sesuda la de Doolittle, sin duda, pero esa imaginería folclórica y, sobre todo, ese torso desnudo de una bailadora tuvo sobrecogido (más bien sobreexcitado) a Gog muchísimo tiempo.

Dos discos fundamentales, en cualquier caso.

Y respecto al texto de Sisario, no hubiera estado mal haber aportado algunas fotos de la época.

viernes, 4 de febrero de 2011

Húngaros #20

El poeta modernista Carlos Edmundo de Ory, muerto hace unos pocos meses, dejó escrito en su diario:

8 de diciembre de 1947
Han venido los húngaros. Leí, hace mil años, un poema que comenzaba: «Han venido los húngaros». Cada vez que vienen amigos a verme, digo que han venido los húngaros. Esta vez ha venido una húngara, además. La húngara era muy extraña. Estuvimos solos dos veces, antes y después. Antes de que vinieran los húngaros y luego que se marcharon.


(Se refiere al poema de Enrique Díez-Canedo «Han venido los húngaros», donde la imaginería se le desborda al poeta al paso de esos seres de una fuerza cuasi-mitológica. Y es que la simple palabra, 'húngaros', es un vendaval.)

miércoles, 2 de febrero de 2011

Como decíamos ayer... #7: Alain Chamfort

P.-¿Hay alguien en la sala que se acuerde de Alain Chamfort? Veo una mano levantada al fondo.
R.-Ciertamente.
P.-¿Su nombre, por favor?
R.-Gog.
P.-¿Le gustaría añadir algo?
R.-Pues lo cierto es que me acuerdo de aquella canción suya, «Manureva». De hecho, confesaré no sin pudor que me compré el single, allá por... Bueno, eso no viene a cuento ahora.
P.-¿Y sabe usted que Chamfort acaba de sacar nuevo disco?

Y Gog se abre una ceja, porque se le han estampado contra el techo de lo que se le han subido, y piensa «pero ¿esa persona humana continúa grabando treinta años después? Qué digo grabando, ¿viviendo?».

Así que si a todo este apriorismo además le echas encima que su reciente álbum es un trabajo conceptual sobre la vida del modisto Ives Saint Laurent, el acojone que te entra justo antes de poner en marcha el reproductor es máximo. Pues, oh là là! —incluso putain!, carajo— qué disco de chanson y pop francés acaba de sacarse de la manga el sexagenario galo.

1. Oran
2. A la droite de Dior
3. Les clochettes blanches
4. Le jeune homme au balcon
5. Pas de guitare
6. Une étoile qui tombe
7. Les deux ne font qu'un
8. Smoking or Not Smoking
9. Prêt-à-porter
10. Les muses
11. 5, avenue Marceau
12. Majorelle
13. Le marketing la poésie
14. Quand on a tout connu
15. On dit
16. Adieu Monsieur Saint Laurent

Todos los temas están compuestos por Chamfort con la ayuda de P.D. Burgaud. Es este un buen momento para recordar que la letra de su famosa «Manureva», y las de algunos discos enteros suyos de aquella época, se las compuso (redoble de tambores)... Serge Gainsbourg.

martes, 1 de febrero de 2011

¿Qué se sabe de los belgas? #12: James Ensor

James Ensor, hijo de un inglés y una mejicana, nació en Ostende (Bélgica), y allí se crió en la tienda de souvenirs de sus padres. Todo eso debe de marcar.

Con su sátira, su simbolismo y su distorsión enmascarada, influyó en el expresionismo y el surrealismo. Una exposición itinerante, ahora aposentada en Bruselas, reúne una muestra de toda su trayectoria, pero hay un exceso de primera parte, ortodoxa y sin demasiado interés (a excepción de toda la serie que hizo sobre el cadáver de su madre) y poca representación de su producción final, mucho más visual y poderosa, la de la vida es un baile de máscaras, y debajo llevamos el cadáver que en breve seremos.

A la salida huele a gofres, cómo no. Pero Gog aún lleva pegado en la memoria del paladar el brioche que ha desayunado hace un rato, el mejor del mundo, que es el que hornean en la pâtisserie Le Saint-Aulaye, en el barrio de Ixelles. Y el recuerdo de la mantequilla chorreando por el corazón de esa delicia le revolotea junto a la cancioncilla que They Might Be Giants le dedicaron al pintor belga en «Meet James Ensor»: