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sábado, 9 de diciembre de 2017

Strano mondo di tanti nomi #35 / Gastan gafas #76: Car Seat Headrest


Tiene Will Toledo, con su carita de niño bueno, sus gafas de pasta y su atuendo atildado, pinta de fino empollón, de inteligente a la par que cool; pero se le intuye también un algo de geniecillo arisco, una cara oculta que lo hace aún más interesante. Subyace en ese otro lado oscuro cierto poso de tristeza y de alucinación, que expresa cuando canta. De hecho, representa un enorme contraste el de su voz grave y casi ronca, y su imagen pulcra. Canta arrastrando un poco las palabras, ahora más seguro y liberado, más apasionado, como poseído en no pocos momentos de Teens of Denial (Matador, 2016). Y continúan sus letras nada banales. 


El grupo ha conseguido un equilibrio perfecto entre lo contundente y lo melódico. En casi la mitad de la docena de temas, el minutaje sobrepasa los 6’. Y en los más largos, que podrán parecer aburridos al principio, siempre los remontan hacia el final con un clímax, un éxtasis, una entrega que te atrapa. Big ending ante todo. 

«Drunk Drivers/Killer Whales» lo resume todo. Una primera parte triste, dolorosa, pura congoja; y hacia la mitad, tras un susurro de órgano, el tema estalla pletórico, con ese arrebatado It doesn’t have to be like this del estribillo. 



Matador los ha puesto en el mapa y han apostado fuerte. En ellos, se notan ambición, ganas subir de nivel. Tienen talento y fuerza. Podría apostarse que van a llegar lejos. 

viernes, 6 de enero de 2017

Strano mondo di tanti nomi #34: Dressy Bessy


Probablemente haber adoptado como apelativo artístico el nombre de una muñeca de los años setenta le haya restado credibilidad al trío Dressy Bessy. Además, timoneados por Tammy Ealom y John Hill, siempre han estado empeñados en desmarcarse del sonido más psicodélico y sesudo que practican sus camaradas de Elephant 6, colectivo al que pertenecen (de hecho, Hill toca la guitarra en The Apples In Stereo), a base de un bubblegum-pop acelerado, bullicioso y de pocos acordes, al que se entregaron con fervor hasta 2008. 

Fue aquel un mal año, azuzado por vientos contrarios para todo el mundo. Las bandas de segunda fila se vieron más afectadas por la crisis y los nuevos rumbos del negocio, así que los Dressy Bessy decidieron parar. Ocho años más tarde, completamente revitalizados y ahora en una discográfica confortable, han publicado KINGSIZED (Yep Roc, 2016), su sexto y más completo, consistente, sólido y efervescente álbum. Desde el redoble de batería inicial de Craig Gilbert, se suceden trece temas que te mantienen en vilo hasta el final, sin tiempo para dramas ni falsa intensidad. Tiene un ritmo frenético, unos guitarrazos tremendos y pocos discos habrá con un ejercicio de pandereta como en este. La fuerza del trío se ve ahora arropada por una constelación de invitados: Peter Buck a la guitarra, armonías de Rebbeca Cole (de Wild Flag) y Vanessa Briscoe-Hay (de Pylon), percusiones extra de Jason Garner (de The Polyphonic Spree), el bajo de Eric Allen (de The Apples In Stereo), Michael Giblin (de Split Squad) y Andy Shernoff (de The Dictators), y teclados aquí y allá de Scott McCaughey (de The Minus 5 y Young Fresh Fellows). Y todo encaja, todos empujan en la misma dirección, dan firmeza y aportan una energía que hace de este disco uno de los artefactos más llamativos de los últimos tiempos.


La edición en vinilo es de color azul. En el precioso encarte interior puede apreciarse que los temas de Ealom son caramelos con más veneno que azúcar. La felicidad poppy de antaño ha dejado paso a cierta dureza y a un sentido más escéptico y crítico, y a Dressy Bessy les ha sentado mejor que fenomenal. Escuchado a todo trapo es un trallazo por la escuadra. 

domingo, 21 de diciembre de 2014

Como decíamos ayer #26 // Discos con portada con discos #72: Blancmange

Lo bueno de irse es que siempre se puede volver. En el mundo de la música, este viaje de ida y vuelta se da en los últimos tiempos con tanta frecuencia que apenas quedan ya regresos que anotar. Bandas que decidieron agotar su andadura musical por la razón que fuera y que ahora ven la oportunidad de recoger réditos de nuevo. Y no importa si se trataba de grupos de contrastada notoriedad o algo menores en cuanto a acogida pública. 

Tal es el caso de Blancmange, el dúo londinense formado por Neil Arthur (voz) y Stephen Luscombe (teclados). Pertenecientes a la época gloriosa del synth pop de los años ochenta, su nombre nunca saldrá a la primera a la hora de citar bandas señeras del género: Depeche Mode, Human League, OMD, Yazoo, Soft Cell… Tal vez pueda aparecer en una segunda ronda y siempre y cuando seas un conocedor del tema. En los ocho años de existencia (1979-1987) que tuvo esta banda con nombre de postre gelatinoso, publicaron tres álbumes; desde 2011, fecha de regreso, hasta hoy, llevan dos discos más. 

Bueno, en realidad habría que precisar bastante respecto al segundo de ellos. Happy Families Too… The Story So Far (Cherry Red, 2014) es su album de debut —Happy Families (Island, 1982)— grabado de nuevo, con un tema extra que no estaba en el original más cuatro remixes (el mejor de ellos realizado por Vince Clark). Según Arthur, querían abordar de nuevo esas canciones pero utilizando la tecnología actual. 


Esa idea de hacer “lo mismo pero diferente” está presente desde la portada. Aparentemente es igual, pero se ha modernizado: idénticos animales, idéntico paisaje, idéntica composición, pero ahora la casa es una construcción moderna, hay un cohete al fondo y los personales llevan escafandras espaciales; además, el gato que está pinchando música en la jira campestre maneja dos platos de DJ en vez de un gramófono.


martes, 28 de octubre de 2014

Strano mondo di tanti nomi #32: Colorama


Hay quien vive la vida en blanco y negro y hay quien la vive a color, como el multi-instrumentista galés Carwyn Ellis. Quizá el hecho de nacer pelirrojo sea una nota de color indeleble para el resto de tus días que afecte de alguna manera tu percepción de las cosas. El caso es que a su banda la hace llamar Colorama, trabajo que alterna con la de ser fiel músico de acompañamiento de Edwyn Collins, quien a su vez co-produce el segundo álbum del grupo, Temari (AED, 2014). 


Practican un pop de cámara recubierto de exquisitas y variadas pinceladas, un pantone de matices y sutilezas que dan vueltas alredor del acid folk, la psicodelia y lo que ellos mismos llaman good music. Todo es de una belleza sosegada, fluye y empapa, y tiene el atractivo irresistible de la elegancia. 

Love Entropy

Y a ratos recuerdan a unos Flaming Lips sin estridencias ni voladuras, como en «Super Yoshida», ya desde el título, ni andan lejos su paisano Gruff Rhys.


Forgert Tomorrow

jueves, 22 de mayo de 2014

Strano mondo di tanti nomi #31: Thee Oh Sees

Cuenta quien ha visto tocar en directo a Thee Oh Sees que este quinteto de San Francisco se muestra supervitaminado y mineralizado cuando se sube al escenario. Vamos, que le dan caña al asunto. En el estudio de grabación también intentan plasmar toda esa energía suya, hija del garaje, la psicodelia y el punk, según le dé a John Dwyer, su líder natural y personaje más cambiante que el viento. 

El reciente Drop (Castle Face, 2014) es su noveno asalto como Thee Oh Sees, si bien el mentado Dwyer tiene grabado alguno más como Thee OhSees (cuestión de espacio), The Oh Sees (cuestión de vocales) y otros ancestros del proyecto. 


Como buenos habitantes de la Bahía, la psicodelia es la principal invitada en los nueve cortes (ni media hora en total) del álbum. Esos trenzados de psicodelia van acompañados de guitarras pesadas y desmelenadas, llenas de fuzz y largos desarrollos que atrapan como una tela de araña espesa, y hasta con cierto aroma a glam a ratos. En fin, el rock setentero más denso y contundente con ganas de elevarse por los aires, talmente como una mariposa de plomo (Iron Butterfly, you know); sólo que ahora ya hay Red Bull para conseguirlo. Escuchar Drop es como meterse un auténtico sobao pasiego entre pecho y espalda, con su bien de mantequilla deshaciéndose en la boca, y que la cosa te parezca ligera. 


La formación actual: John Dwyer (voz, guit.), Brigid Dawson (voz, tecl.), Petey Dammit! (bajo), Mike Shoun (bat.) y Lars Finberg (guit.).

sábado, 3 de mayo de 2014

Strano mondo di tanti nomi #30 // Género chico #59: Loor A Los Héroes

Loor A Los Héroes (LALH) pertenece a esa estirpe de bandas extranjeras fascinadas con la sonoridad del español a la hora de escoger un nombre artístico: Yo La Tengo, Papas Fritas, The Delgados… (pínchese aquí para ver algunas más). En este caso, el nombre está tomado de uno de los famosos carteles que hizo el ilustrador valenciano Arturo Ballester para la CNT.


Pero, sobre todo, LALH pertenece a esa estirpe de bandas británicas que parecen llevar en su ADN los genes del mejor pop, o de haberlo mamado. Con una facilidad envidiable, con una pericia técnica que a muchos les lleva años conseguirla, con una soltura exultante y una manera de interpretar arrebatadora, estos mozalbetes se marcan sin despeinarse piezas así de briosas: 



Son de Ashton, al noroeste de Inglaterra, pero ha sido un nuevo sello independiente español el que les ha publicado su primer 7’’ —pequeña tirada en vinilo de color rosa— con otras dos maravillosas canciones: Heartbreak Girl/White Village (Pretty Olivia, 2014). Más concretamente, la impresionante cara B está llamada a ser uno de los temas del año: 



Es curioso que estos tres minutos y medio tan emocionantes y jubilosos hayan quedado relegados a la parte de atrás, pero una de las ventajas de los singles es que puedes decidir tú cuál es la cara principal y pincharla a tu antojo. Además, la historia de la música pop está llena de historias como esta. 

Acaban de rodar un vídeo para un nuevo tema, que según anuncian ellos mismos saldrá a final de este año. A esta banda no hay que perderle la pista. 


Son: 
Flynn Murnan – Voz, guit. rítmica y compositor 
Matthew Smith – Guit. y coros 
Chris Mcintyre – batería 
Joseph Howard – bajo

Y aquí pueden descargarse algunos temas suyos.

domingo, 26 de enero de 2014

Viaje a una portada #8 // Grafitis por el mundo #35: The Akron Compilation


Entre pinta y pinta, viendo tocar a bandas locales de pub rock, nació en 1976 el sello londinense Stiff Records, que si algo demostró de inmediato fue poseer el olfato de un sabueso y una cintura para moverse en el negocio musical digna del mismísimo Shane Williams. Muy pronto vio Stiff que al otro lado del Atlántico, en Akron (Ohio), empezaba una banda con enormes posibilidades: Devo. Así que fue la propia Stiff la que introdujo y dio a conocer a Devo en Europa publicándoles un ep colosal

La conexión Londres-Akron no quedó ahí para Stiff. Resulta que en la ciudad del caucho también se vivía entonces una eclosión musical, y Stiff encontró en esa escena una cantera en la que fichar bandas que a la postre fueron muy representativas del sello, como Rachel Sweet o Jane Aire & The Belvederes. De hecho, algo debía de cocerse en la zona de los lagos, pues de la misma ciudad era Chrissie Hynde, compañera de Mark Mothersbaugh en la universidad, y en Cleveland, a sólo 50 kilómetros, despuntaban, ahí es nada, Pere Ubu y The Dead Boys. (Hoy día, los representantes más afamados de Akron son The Black Keys.) 


El caso es que eran tantos los grupos, que Stiff publicó una recopilación en 1978 titulada The Akron Compilation. En ella se encontraban las mencionadas Sweet y Aire (foto superior), que de ese ramillete fueron las que llegaron a ser más conocidas junto a The Waitresses. En total eran catorce temas de rock alternativo, pop rock y new wave; escuchados de nuevo hoy, la cara B, más variada musicalmente, contiene momentos muy disfrutables, como el de Rachel Sweet chapurreando español en el estribillo de «Tourist Boy», el deje skalítico de Terraplane y el post punk tribal de Chi-Pig, quizá el mayor descubrimiento de la compilación desde una perspectiva actual. 


En la portada se ve una foto de un grafiti urbano, que probablemente fuese tomada en la propia ciudad. Desgraciadamente, no aparece referido el nombre de la calle, ni de las otras que aparecen fotografiadas en el interior. Sería una buena aventura visitar ese rincón desabrido que ilustra la cubierta de The Akron Compilation. Sobre dicha foto, arriba a la derecha, se sobrepone una tira de caucho a imitación de un neumático; en los créditos del álbum puede leerse al respecto: «Scratch ‘n’ sniff the tire on the front cover to experience the delightful fragance of Akron… the Rubber City». Quien haya conservado el álbum dentro de un plástico, aún hoy podrá percibir el olor del caucho.


Tracklist:
A1 Jane Aire & The Belvederes – When I Was Young
A2 Tin Huey – Chinese Circus 
A3 Rachel Sweet – Truckstop Queen
A4 The  Bizarros – Nova
A5 The Waitresses – The Comb
A6 Rubber City Rebels – Rubber City Rebels
B1 The Waitresses – Slide
B2 Jane Aire & The Belvederes – I'm An Actress
B3 Sniper – Love Is Making Me Bleed
B4 Idiots Convention – Mephistopheles' Passion
B5 Rachel Sweet – Tourist Boys
B6 Terraplane – A Beer And A Cigarette
B7 Chi Pig – Apu-Api (Help Me)
B8 The Waitresses – Clones

jueves, 26 de diciembre de 2013

Strano mondo di tanti nomi #29

Muere este 2013 con más pena que gloria en tantos aspectos. Por aquello de la falta de tiempo y de dar prioridad a otras cosas, se han quedado sin una entrada propia en este blog un puñado de discos notables a los que Gog ha prestado mucha atención durante los últimos meses, que le han proporcionado buenos ratos y para los que se hace este pequeño y rápido hueco. Para otros discos ya degustados y saboreados pero que tampoco han sido traídos aún hasta aquí, sí hay previsto que tengan espacio propio en En Esta Quiero Humo a lo largo de las próximas semanas. 

> Alex Bleeker & the Freaks, How Far Away (Woodsist)



> Caveman, Caveman (Fat Possum)


> Doble Pletina, De lo concreto a lo general (Jabalina)


> Edwyn Collins, Understated (AED)



> Eleanor Friedberger, Personal Record (Merge)

 
> Generationals, Heza (Polyvinyl)

 
> Karl Bartos, Off The Record (Bureau B)

 
> Lady, Lady (Truth & Soul)

 
> Lloyd Cole, Standards (Tapete)

 
> Marnie, Crystal World (PRS)

 
> Robyn Hitchcock, Love from London (Yep Roc)

 
> Telekinesis, Dormarion (Merge)

 
> Tricky, False Idols (False Idols) 

 
> Tullycraft, Lost In Light Rotation (Magic Maker)

sábado, 30 de noviembre de 2013

Strano mondo di tanti nomi #27: Scott & Charlene's Wedding


El nombre artístico del grupo de Craig Dermody tiene un origen pintoresco, porque ni Craig se llama Scott, ni hay una Charlene en la banda (es un cuarteto masculino), ni consta que esté casado, sino que es el mismo título del culebrón favorito de su madre, que no paraba de verlo cuando él era un crío. 

Dermody tiene un cantar arrastrado, con una entonación desaliñada, como si hiciera un esfuerzo por modular cuando él lo que realmente preferiría es hablar. Porque mira que cuenta cosas en sus canciones; habla de sus vivencias existenciales, de sus ansiedades, de la frustración que se siente cuando nuestras ambiciones no se cumplen, de lo que la música puede hacer por ti, de la grisura de algunos días, de las pifias que te hace la vida a veces o de lo complicado que es subsistir cuando estás corto de pasta, sobre todo en una ciudad como Nueva York. Y es que este australiano de pura cepa se ha trasladado ahora a la jungla de Nueva York, como un Cocodrilo Dundee pero con guitarra afilada en vez de machete. A ese nuevo espacio vital le ha dedicado precisamente varios temas en su segundo álbum, Any Port in a Storm (Fire, 2013). Nueva York y lo que supone vivir allí está expuesto en cortes como «Fakin’ NYC», «Spring Street» o «Downtown». Al parecer Dermody siempre se miró en el espejo estadounidense y desde muy joven se lo marcó en la agenda de los sueños por cumplir. En «1993» rememora los épicos playoffs de la NBA de aquel año, pero además la pincelada autobiográfica del estribillo es muy ilustrativa: I haven’t done much changing in what I love since 1993

Las guitarras son igual de parlanchinas que él. En lo musical, son la cualidad más relevante del álbum. Se muestran animadas, fogosas, están llenas de vida y la transmiten. Además, ha mejorado muchísimo la producción respecto a su primer álbum. Así que si el oyente es capaz de aceptar las aptitudes vocales de Dermody, este disco no dejará de sonar en su reproductor. 



Dejar escrito aquí los nombres de Jonathan Richman, Modern Lovers y Pavement no puede resultar intrascendente.

jueves, 10 de octubre de 2013

Strano mondo di tanti nomi #26: Cómo Vivir En El Campo

En cuestiones artísticas, ni todo vale ni todo es una basura. Sin embargo, ante la novedad, está o quien aplaude la vulgaridad más zafia o quien censura cualquier asomo, en una dicotomía intransigente y áspera. Todo cuanto suponga un esfuerzo creativo por sí solo debería merecer, al menos, una consideración; después vendría un juicio crítico del que se entresacarían las propuestas valiosas y se desecharían las tomaduras de pelo. Hay que expurgar, pero con discernimiento. 

Salen a flote estas reflexiones porque se viene observando últimamente, a raíz de la eclosión del actual movimiento más underground e independiente patrio, vítores y vituperios a partes iguales, guerracivilismo sin término medio. Antes que nada, parece incuestionablemente positivo que haya ganas de crear entre las nuevas generaciones y que de hecho estén creando, que se haya formado una cantera, una escena. Luego se verá qué es lo que consigue sobrevivir y qué no. 

Esta nueva hornada tiene su campamento base en la red —bandcamps principalmente—, y algunos de los grupos han conseguido lucir algún tema en vinilo a través de los recopilatorios que publica periódicamente La Fonoteca desde 2011, su principal rastreador, en Madrid y Barcelona. (Un monumento y una lluvia de subvenciones es lo que debería recibir esta web por su ingente labor archivera del patrimonio musical español.) Y cuando los grupos publican, suelen hacerlo en formato de vinilo o casete en autoediciones o en minúsculos sellos independientes, a los que también habría que poner otro monumento. 

De entre este centenar (por dar una cifra) de grupos y grupúsculos, algunos más efímeros que los días de una mariposa, lo cual está muy en consonancia con estos tiempos vertiginosos, uno de los proyectos más sólidos y descollantes parece ser el del trío madrileño Cómo Vivir En El Campo (CVEEC). Con varios cedés autoeditados y un tema en el volumen Madrid está helado (La Fonoteca, 2012), el sello Discos Calabaza les publicó su álbum homónimo en 2012. A cinco temas por cara, desarrollan un radiante trenzado de guitarras acústicas y eléctricas alrededor de unas letras interesantes y cuidadas, de apariencia cotidiana pero con cierto poso. De hecho, la letra de «Moderna» pertenece al poeta Ángel Guache. Y la línea «volvedme veneno porque se muera al comerme» es un remedo de un verso de Lope de Vega de su poema «El amor enamorado». 

Un primer corte muy próximo al noise, con un parapapeo luminoso, ya arrebata. Y encima le sigue uno de los mejores temas que se han compuesto por aquí en el último lustro, «Por todas partes»: 

Estás por todas partes, como el hierro y el latón
Por todas partes, sin llegarlo a parecer 
Y basta con un instante, como el cielo y el dolor 
que nos separa y que nos hace desiguales


Un poco más allá, «Amor y pedagogía», pop soleado con aires sesenteros. Cierra la primera cara la simpática «Moderna», la historia de una chica que lleva tatuada una pierna, tiene espíritu barroco y sale con un marciano. Más oscura, como cuando se tienen nubarrones en el ánimo, «No tenían aspirinas así que traje cigarrillos», con unos punteos de guitarra diáfanos. Y si queremos seguir hablando de guitarras, «Escándalo en la montaña» es otro ejemplo de cómo tratarlas. 

¿Será CVEEC una de las bandas que permanezca y deje huella? Se verá; mientras, se disfrutará.

martes, 24 de septiembre de 2013

Strano mondo di tanti nomi #25: Someone Still Loves You Boris Yeltsin


Cuando a Matt Groening, el creador de los Simpsons, se le ocurrió la idea de situar la acción en un pueblo llamado Springfield era porque sabía que la identificación con la vida cotidiana de cualquier típica familia de clase de media estadounidense sería muy fácil. De hecho, hay un puñado de ciudades de medio pelo y villorrios en EEUU llamados así. 

Por ejemplo, hay un Springfield justo a medio camino entre St. Louis y Oklahoma City, en el estado de Missouri, un poco antes de llegar a Tulsa. Allí reside el hogar de Phillip Dickey, Johathan James y Will Knauer, trío de jóvenes indies que artísticamente llevan el engorroso nombre de Someone Still Loves You Boris Yeltsin (SSLYBY para los amigos). 

SSLYBY llevaban tres años sin grabar material nuevo tras su entretenidísimo y animoso Let It Sway (Polyvinyl). Perdón por la expresión manida que se avecina pero es que, como suele decirse, la espera ha merecido la pena. Fly By Wire (Polyvinyl, 2013) vuelve a ser un álbum capaz de animar a los espíritus más lánguidos y alicaídos. Y si las primeras notas del piano que abren el álbum parecen presagiar un tono relajado y melancolicorro, en cuanto entra la batería le obliga a cambiar a un paso más feliz. A partir de ahí Fly By Wire transcurre sin desperdicio a base de entrañables y luminosas canciones de pop; desde «Harrison Ford» a «Nighteater Girlfriend» (primer single), pasando por «Young Presidents» y, sobre todo, esa fabulosa «Loretta», sencilla y más pegadiza que la gripe, y en la que, Roni, el hermano de Phillip, acompaña con un clarinete: 



Existe edición especial con el vinilo a color en festivos tonos fresa y nata. 



miércoles, 3 de julio de 2013

Strano mondo di tanti nomi #24: The Boy Least Likely To

Si hay un género al que el verano le sienta especialmente bien, ese es el pop. Al pop le gusta ponerse en camiseta y bañador. Juntas las palabras sunny y summer con unos acordes y la serotonina se te derrama a borbotones. Y si hay un grupo capaz de conseguir que te chorree el buen humor en verano y que la música te sepa a limonada, ese es el dúo británico The Boy Least Likely To. Lógico, pues, que varias marcas comerciales hayan recurrido a sus melodías para anunciar sus productos. 

Este verano estamos de suerte con la publicación de su cuarto álbum, The Great Perhaps (Too Young To Die, 2013), con menos instrumentos de cuerda de los acostumbrados a cambio de más sintes analógicos y cajas de ritmo. Hobbs y Owen siguen con su pop naif e infantiloide, intentando que todo duela menos. 



Y Gwenno Saunders, de The Pipettes, se les une en «It Could've Been Me».

martes, 5 de marzo de 2013

Strano mondo di tanti nomi #23

Hay gente que tiene el don de saber captar su época, de discernir el potencial artístico de entre todo lo que se mueve a su alrededor y dejarlo condensado para la posteridad. Algo tan aparentemente sencillo de conseguir —en principio bastaría con fijarse atentamente— requiere en cambio de un sexto sentido que no todo el mundo posee.


En La Fonoteca, atentos a lo que se está cociendo en el underground madrileño actual, se han propuesto dejar constancia, con minuciosidad de historiador además, de las bandas que pululan por los callejones de la capital con el recopilatorio Madrid está helado (La Fonoteca, 2012). Así, si algún día sobreviene un apocalipsis y se salva algún ejemplar de estos vinilos, las siguientes generaciones podrán conocer quiénes eran cada uno de los componentes de esas bandas, los datos de grabación de los temas, a qué obra mayor pertenecen, las letras… 

El título remite al Moscú está helado de Esplendor Geométrico, emperadores del sonido industrial en los ochenta. Las bandas escogidas no llegan a ese nivel de crispación sonora. Las hay más oscuras y angulosas que otras; las hay más y menos convencionales; las hay, incluso, que ya no existen. Y como en cualquier compilación heterogénea, unas gustarán mucho más que otras. No importa. Lo fundamental es esa sensación de estar escuchando un documento único, la condensación de una corriente creativa que está sucediendo ahora mismo y de la que tú puedes ser testigo.



La edición tiene una tirada limitada de 300 copias en vinilo transparente con diseño de Ricardo Cavolo. O en bandcamp.

1. Espiritusanto - Nadar a crol 
2. Cómo Vivir En El Campo - Una de cada dos noches en TV se oye decir "te amo" 
3. Sector de Agitadas - Aplicado a iluminadas 
4. Computadora - castigos y tormentos 
5. Walden Dos - La primera vez 
6. Alberto Azul - Canción del robot 
7. Los Ingenieros Alemanes - (por el) Teorema de Gauss 
8. Coraje - el fuego del recuerdo 
9. Tigres Leones - Baila 
10. Trajano! - Terror en el planetario 
11. Gatopersa - Niño 
12. Esquimales - Ataque de risa nocturno 
13. Hielo en Varsovia - Animales muertos 
14. Compartir es vivir - Vals

viernes, 14 de diciembre de 2012

Strano mondo di tanti nomi #22 // Cosas de hermanos #38: Kakkmaddafakka


La portada repele más que un antimosquitos; y no queráis ver las fotos del interior… Encima el nombre de la banda no lo pueden pronunciar correctamente ni en Noruega, patria de este trío. Pero a Gog le recomendó la escucha no hace mucho el amigo bruselense de este blog y, oye, es que además lo produce Erlend øye

Los hermanos Axel y Pål Vindenes o son unos cachondos mentales o es que, definitivamente, en su país hace un frío de calzón de cuello alto, porque Hest (Bubbles, 2011) es un álbum para sudar, para sudar bailando, para no parar de bailar, desenfadado, divertido, hedonista. Los fuegos artificiales nos maravillan, aunque cuando acaban desaparecen sin dejar rastro y no retenemos nada de ellos; hemos pasado un buen rato contemplándolos, después nos limitamos a esperar a la siguiente ocasión. Pues algo de eso tiene este álbum: una vez ha terminado, no nos deja ninguna huella trascendente, pero mientras duró, ¡qué bien nos lo pasamos! 

Aprovecha ahora que vienen fiestas y ponlo en las reuniones familiares o en los saraos de la oficina. Quedarás como el guay que eres, todos se lo pasarán bien (es infalible, garantizado) y aunque puede que a tu tía la soltera se le suelte el refajo de tanto «mover el esqueleto» (es expresión suya), a cambio volverá a darte un aguinaldo como cuando eras un chaval. Y tu conciencia de exquisito catador musical quedará tranquila porque, oye, recuerda, lo produce Erlend øye.

miércoles, 27 de julio de 2011

Strano mondo di tanti nomi #21 // Gastan gafas #33: Bing Ji Ling

¿Se puede hacer soul contemporáneo de calidad? ¿Puede hacer soul contemporáneo de calidad un blanquito? ¿Puede hacer soul contemporáneo de calidad un blanquito con aspecto de hippy? ¿Puede hacer soul contemporáneo de calidad un blanquito con aspecto de hippy y un nombre como chino? Bing Ji Ling, sí.

Este californiano de San Francisco, al que en su casa se le conoce como Quinn Luke, no sólo se ha inspirado en el nombre de cierto helado de la China para el nombre artístico, sino que tira del soul de los setenta para dar sabor a su sonido, y lo enriquece con alguna enseñanza de Terry Callier y con pasajes de pop psicodélico de los sesenta (un armazón psicodélico grueso, pesado, de tonelaje).

En la portada del reciente Shadow to Shine (Tummy Touch, 2011) se muestra como un John Lennon con chaqueta de sindicalista haciendo de El Niño Smokey Robinson.

Con «Sunshine Love», clasicazo soul por todos sus costados, te puedes poner golosón con quien tengas más a mano. Con «A Little Love» o «Dreamin’», tan groovys, puedes sacar del armario aquella camisa de solapas o aquellos pantalones de campana que guardas con nostalgia para lucirlos sin rubor en alguna terraza este verano.

Cuando el reciclaje es una fiesta.

1. Move On
2. Bye Bye
3. Hold Tight
4. Sunshine Love
5. A Little Love
6. Welcome
7. Like We Used To Do
8. Hypnotized
9. Dreamin'
10. Some Things Never Change
11. Where Am I Gonna Go

Dreamin'

Tal vez haya quien conozca a este tipo por su unión con Bart Davenport y Daniel Collás en Incarnations. A un amigo tapiresco de Gog incluso le gusta mucho, y probablemente tendrá razón, pero a Gog le da un poco de grima ese rollo perrofláutico deluxe del Puerto de Santa María o de Tarifa. Gog, ¿y el propio Bing Ji Ling no te da cosica? Ya, el argumento no se sostiene. Habrá que darle otra oportunidad después de este disco suyo.

viernes, 18 de febrero de 2011

Strano mondo di tanti nomi #20: Fujiya & Miyagi

Fujiya & Miyagi, como el propio nombre indica, ni son un dúo ni son japoneses; están más en la línea de trío de Brighton a los que les hace gracia el nombre del maestro de Karate Kid, Mr. Miyagi. Aunque ellos, realmente, son discípulos de Can. Y Kraftwerk no andan muy lejos.

Ya van por su cuarto álbum. En el reciente Ventriloquezzing (Yep Roc, 2011) tal vez no hay jits tan instantáneos y resultones como aquel Transparent Things (2006), que era una sucesión de píldoras de pop electrónico capaz de remediar cualquier depresión. En el tercer álbum aún había alguno de esos trallazos (por ejemplo, la absolutamente arrebatadora «Knickerbocker»), pero se notaba una evolución hacia un sonido con estructuras más complejas y penetrantes.

Ahora la adhesión al krautrock es total y definitiva, y les ha quedado un álbum mucho más homogéneo e intenso desde el primer al último bit. Fascinante.

Lista de cortes:

1. Ventriloquizzing
2. Sixteen Shades of Black & Blue
3. Cat Got Your Tongue
4. Taiwanese Boots
5. Yoyo
6. Pills
7. OK
8. Minestrone
9. Spilt Milk
10. Tinsel & Glitter
11. Universe

lunes, 1 de noviembre de 2010

Strano mondo di tanti nomi #19 // Debut #25

Lo ideal, ya se sabe, es la parejita: niño y niña. Él de azul celeste y ella de rosa primor, como debe ser. Cuánta felicidad pasearlos por la calle mientras vas destrozando espinillas de los transeúntes con el carrito. Y por fin poder hablar con propiedad de mocos, pañales, toses y coles.

Y si son gemelos también es todo muy cuchicuchi y estupendísimo, que parece que nunca nadie antes haya tenido hijos. De hecho, lo gemelar y primerizo se lleva mucho esta temporada, que aquí trae Gog tres ejemplos demostrativos: Twin Shadow, Twin Sister y Summer Twins.

Twin Shadow, o sea, George Lewis Jr. (o sea, hijo) es de Brooklyn. Debuta con Forget (4AD, 2010), muy bien considerado por los popes del asunto. Sin duda, no está mal, pero Gog no acaba de ver eso de que el muchacho ha salido a los grupos de la new wave neoyorquina; a Gog, simple y llanamente, se le parece a una banda inglesa muy concreta: The Blue Nile, sin tanto ralentí y con mucha menos elegancia.

De Long Island son el quinteto Twin Sister. Un par de epés —hay una edición numerada en vinilo de los dos juntos—, en los que da la impresión que aún no han encontrado su estilo o su palo: a veces puro pop bailable, otras un poco más electros y experimentales, indie clásico… Habrá que esperar para confirmar definitivamente a quién salen.

Summer Twins han nacido en la otra costa, como no podía ser de otra forma allí donde hay un verano eterno. Las dos chicas, Justine y Chelsea, mientras gestan algo mayor, han publicado seis canciones —el ep The Good Things (, 2010)—, arpegiadas con estupendos guitarreos indies. Adorables.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Imposturas #5 // Strano mondo di tanti nomi #18

El número 322 de la revista literaria Quimera (septiembre de 2010) está dedicado íntegramente a «Literatura y falsificación».

Contiene textos de Guillem Clarasó Forment, Lorenzo Ibaterra, Damián Tabarovsky, Magnus Hargard, Berta Herthaussen, José Jardiel Duque, Vladimir Fogwill Carpio, Valerio Lanzanotti, Manuel Barcino Sensi, René Deloneon, Magda Gutiérrez Ruiz, Jaime Solares, Corinda Gastetti... que tratan sobre la mentira, las imposturas, las falsificaciones, el simulacro, las falsas autobiografías.

Lo verdaderamente interesante es que ninguno de los escritores citados existe, o al menos no existen en el concepto cárnico y óseo del asunto, sino sólo como entes de ficción. Porque todos son fruto de la imaginería del escritor —este sí con vida humana como tal— Vicente Luis Mora, quien ha redactado de cabo a rabo el número 322 de Quimera.

La revista, ante las numerosas solicitudes de información recibidas, ha tenido que sacar una nota de prensa para aclarar el enjuague:

Nota de prensa

El pasado 1 de septiembre se puso en circulación el número 322 de la revista literaria Quimera, cuyo dossier está dedicado a la falsificación literaria, al fraude, al fake y a cosas igual de interesantes que empiezan con la letra f. Desde esa fecha hemos recibido numerosos mails, tanto a la redacción como al canal interno de nuestra página de facebook, de personas que nos preguntan por algunos de los autores que en este número aparecen. ¿Quién es Yolimar Ford Echevarría? ¿Dónde se pueden conseguir los libros de Lorenzo Ibaterra? ¿Cuándo ha sido publicada la edición francesa de ese libro de Milo J. Krmpotic? Abrumados por la justificada curiosidad (y extrañeza) que ha desatado la mencionada edición, nos vemos forzados a revelar lo siguiente:

Quimera 322 es un experimento editorial propuesto e íntegramente redactado por el escritor Vicente Luis Mora.

Se trata, pues, de un ejercicio de metafalsificación en el que el también crítico y teórico de la literatura ha realizado una práctica ejemplar: hacer del discurso una praxis. Mora no solo ha redactado todos los textos que conforman el dossier sobre falsificación, sino que ha escrito el poema, guionizado el cómic, suplantado a los columnistas, inventado a los entrevistados (y a los entrevistadores), ficcionado con la crítica y creado, en fin, una pieza periodística única en la que se funden las dimensiones teóricas y lúdicas, paródicas y críticas, de la creación literaria.

Dicho esto, les animamos a observar detenidamente Quimera 322, a comentarlo, y a reseñarlo como el libro que es. Personalmente tengo que decir que ha sido un placer participar de este juego y agradecer a Vicente Luis Mora por hacernos cómplices de su trabajo.

Para más información no dudéis en contactar con nosotros, o con Mora a través de su blog: http://vicenteluismora.blogspot.com/

Jaime Rodríguez Z
Director

Fascinante, opina Gog.

lunes, 16 de agosto de 2010

A la tercera va la vencida #6: Someone Still Loves You Boris Yeltsin

Hay dos formas de tomarse la espera de un aeropuerto: como una sala de tortura o como una sala de estar. Pertrechado de un libro y un aparatejo que contenga un buen número de canciones, a Gog no le cuesta demasiado abtraerse e intentar la segunda opción. Y a ello se dispuso unos días atrás. El libro estaba elegido de antemano, por lo que ahí no había nada que considerar. La cuestión, nada baladí, estaba en decidir con qué música acompañaría la lectura. El viaje estaba empezando, las ganas de curiosear aún seguían intactas, así que optó por un disco nuevo de un grupo totalmente desconocido para él, bajado el día anterior para terminar de rellenar el equipaje musical. Y en cuanto sonaron los primeros acordes se percató de que iban a ser muy buenos amigos durante aquel viaje.

Estamos hablando de una banda de Missouri con el curioso nombre de Someone Still Loves You Boris Yeltsin, que ya es capricho recurrir a aquel mandatario ruso para ponerse un nombre artístico. Y de Let It Sway (Polyvinyl, 2010), plagado de melodías y guitarras contagiosas, que no ha parado de sonar desde entonces en los auriculares de Gog. Pop mayúsculo de principio a fin. (En este caso se recomienda la edición digital, que contiene tres temas extra también de altura.)

A la vuelta no le quedó otra a Gog que investigar y profundizar en el asunto. Resulta que se trata de su tercer trabajo, sin duda el más completo después de escuchar Broom (Polyvinyl, 2006) y Pershing (Polyvinyl, 2008). Ahora les ha producido el omnipresente Chris Walla (el cabeza-buque de Death Cab For Cutie), que ha conseguido que cuajen como deben las ideas de este cuarteto. «In Pairs» es infalible; o «Slink/Let It Sway», «My Terrible Personality» (titulazo), «Cardinal Rules»... Está a rebosar de temas formidables.

Debería haber llegado su momento.

viernes, 16 de julio de 2010

Strano mondo di tanti nomi #16

Algunas bandas extranjeras con nombres a la española, cosa que les parecerá exótico al máximo.

The Sinceros > 1979, new wave; desde Londres, un par de discos y el olvido.

Los archiconocidos Yo La Tengo > el nombre proviene de una anécdota beisbolera, porque Ira Kaplan es fanérrimo del deporte del pijama y los escupitajos al suelo.

Luna > y es que Dean Wareham en el fondo siempre ha sido un romanticorro.

The Delgados > desde Escocia, y, sí, en honor del ciclista Perico Delgado.

Papas Fritas > resultado de pronunciar rápidamente «Pop has freed us»; banda de EEUU que incomprensiblemente siempre jugó en segunda división. El pop inmediato de sus tres discos merece mayor reconocimiento.





Soy Un Caballo > lánguidos belgas.

Gomez > Quinteto británico facedor de una mezcla de retro-pop y space rock. Tienen la peculiaridad de que hay tres cantantes solistas excepcionales (los dos guitarristas y el teclista), uno de ellos mezcla de Joe Cocker y el solista de los Commitments. Comenzó siendo una banda que merecía cierta atención por parte de los más exigentes, sin embargo acabaron en un producto próximo a la radiofórmula y para un público escasamente alternativo. Quizá sea ese parecido vocálico mencionado lo que inconscientemente atrae a ese consumidor de sonido reconocible y fácil de asimilar.

El perro del Mar > de Suecia; en realidad, se trata de una sueca llamada Sarah.

The Fieros > banda de potente indie rock estadounidense, algo así como Oasis pasados por Tom Petty. De momento sólo tienen un ep homónimo. Eso sí, la portada es chula, chula.