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miércoles, 4 de junio de 2014

Letras sin acordes #13: la autobiografía de Rod Stewart



Ser cantante en una banda de rock es simplemente 
el mejor trabajo del mundo. 
Después de eso, todo es una pérdida de categoría.

Ser tirando a feote y tener la voz arenosa como una duna y aún así haber sido ídolo de masas, haber vendido millones de discos, convertirse en multimillonario, gastar ese dinero en mansiones y autos de maravilla, comprarse un equipo de fútbol y haber tenido relaciones sexuales con decenas de mujeres en las que el adjetivo ‘espectaculares’ apenas les hace justicia —¡estamos hablando de alguien que llegó a desvestir a Kelly LeBrock, “la mujer de rojo”, por todos los santos!—, es algo que sólo pueden ocurrir en el mundo del rock. 

Rod Stewart puede contarlo. Y lo hace en su Autobiografía (Plaza & Janés, 2012) con tal desparpajo y tal sentido del humor que las 400 páginas pasan volando. No sabemos si quien le ha dado el estilo definitivo ha sido él mismo o algún negro literario contratado para el caso, pero el resultado tiene pulso y engancha; si encima ha sido el propio Stewart…, chapeau. En cuanto al contenido, pues se trata de la narración de una vida formidable que la mayor parte de los mortales no nos acercaremos ni a imaginar. La primera mitad es especialmente interesante para musicólogos: sus inicios como cantante bajo la tutela de Long John Baldry, sus andanzas con los Steampacket y, sobre todo, su ayuntamiento con The Faces[*] —las correrías con su inseparable Ron Wood, groupies incluidas, ocupan bastantes páginas— y Jeff Beck Group. En medio de estas aventuras musicales van intercaladas anécdotas y comentarios sobre los otros muchos artistas que ha tratado; por ejemplo, cuanto habla de su amistad con Elton John es desopilante (estamos hablando de gente que se regala un Rembrandt por su cumpleaños). 

Y mujeres, muchas, muchas mujeres. Todas las relaciones sentimentales y carnales, que ha tenido a lo largo de su vida contadas con bastante sinceridad y nobleza, lo que ocupa la mayor parte de la segunda mitad. 

Durante nuestras forzadas separaciones, Britt [Ekland, ex chica Bond] me enviaba cartas de amor en paquetes que también contenían un par de bragas. Dios santo, hay que ver cómo han cambiado las cosas con el correo electrónico. 

En esa última parte también sorprende encontrarse a un artista que lo tiene todo confesando su desesperación por volver a encontrar el camino del éxito. Un artista con el orgullo y el amor propio heridos, consciente de «una fama mundial y una vida con más magia de la que nadie tiene derecho a soñar», pero que sin el éxito se siente totalmente vacío. Los dos últimos capítulos resultan algo empalagosos —feliz esposo/padre/abuelo—, pero nos ha hecho pasar tan buen rato antes que se le perdona; casi como el título original inglés: Never A Dull Moment ('Ni un instante de aburrimiento' hubiera sido mucho más acertado que cambiarlo por ese aséptico 'Autobiografía'). La edición se acompaña de decenas de fotos inéditas y un muy útil índice onomástico. 

[*] La palabra faces no hay que traducirla por lo primero y obvio que nos viene a la cabeza, sino por "figuras". Era lenguaje coloquial de la época para señalar a aquellos que iban a la moda y se hacían notar. Quizá hoy se llamarían The Hipsters.

martes, 12 de noviembre de 2013

...Y ellos se juntan #80: The Olms


Parece que al cantautor Pete Yorn le sientan bien los apareamientos musicales y que últimamente les tiene querencia. Tras grabar Break up (2009) con Scarlett Johanson, por fin consiguió llamar la atención de un público más amplio, algo desconocido para él pese a que ya llevaba unos cuantos álbumes en su haber. Como si empezara entonces de nuevo, el siguiente movimiento fue volver a grabar en solitario, pero esta vez le pusieron a Black Francis en la producción. El resultado de Peter Yorn (Universal, 2010) fue más eléctrico y nervudo, aunque difícilmente llegó a pasar de la consideración de un Tom Petty menor. Así que ha vuelto a unirse a otro artista de muy distinto pelaje al suyo, esta vez junto al multifacético J.D. King



El nuevo proyecto tiene nombre artístico común. Se hacen llamar The Olms. El folk vintage resultante tiene el encanto de unas guitarras rasgadas despreocupadamente, unos arreglos juguetones y, en general, la impresión de que se lo han pasado bien haciéndolo, aunque apenas aporten algo nuevo. Wanna Feel It, la más decorada con sintes y teclados, ha sido el single inicial. Más interesantes, en cambio, resultan la vacilona «On the Line», con ciertos aires stonianos, registrada con una grabadora mono de hace décadas, y compuesta y enlatada en un solo día; o «She Said No», perfecta para musicar un western, y que no le desagradaría a Lee Hazlewood.



sábado, 28 de septiembre de 2013

La bella y la bestia [enésima versión] #13: Natalia Medvedeva

Suele comentarse que la new wave nació cuando los punks aprendieron a tocar los instrumentos. Es obvio que tal afirmación resulta tremendamente reduccionista, pero al mismo tiempo tiene la virtud de condensar visualmente aquel movimiento musical de finales de los años setenta y principios de los ochenta de enorme repercusión crítica y comercial. La explosión se produjo desde dos polos: Inglaterra y Estados Unidos, y la onda expansiva subsiguiente alcanzó rincones variopintos, hasta el punto de llegar a atravesar el telón de acero. De la parte de EEUU, surgieron Blondie, Talking Heads, The B-52’s, The Cars... por citar unos pocos muy significativos. 


The Cars, en comparación con su país, donde llegaron a vender millones de discos, en España tuvieron menor reconocimiento que otras muchas bandas de la misma hornada. Encarnaban la parte más elegante y arty de la new wave. El sonido que desde el primer momento les hizo famosos ya estaba en su álbum de debut, el homónimo The Cars (Elektra, 1978): cierto toque mecánico asentado sobre la guitarra eléctrica de Elliot Easton, los sintetizadores de Greg Hawkes y las armonías vocales. Pocas veces un álbum se ha abierto con tres temas tan inspirados como «Good Times Roll», «My Best Friend’s Girl» y «Just What I Needed». La revista Rolling Stone lo tiene incluido en sus listas de los 100 mejores debuts y los 500 mejores elepés de la historia. Grupos afamados como The Smashing Pumpkins han versioneado algún tema de ese álbum. Otros, como Mylo o Attack Decay, los citan en sus composiciones como referencia capital.

También desde el primer instante se percibía el interés de The Cars por cuidar la imagen, sintética y conceptual, sobre todo en el cover art de sus álbumes. En su primer disco, la foto de la chica sonriente y feliz al volante de un coche transmitía la sensación de un tiempo dichoso, optimista y moderno. En los créditos se anotó que la foto la había captado Elliot Gilbert, pero no se daba el nombre de la modelo: Natalia Medvedeva


Andando el tiempo, Medvedeva se convertiría en poeta, periodista y cantante de piano-bar y después del grupo de rock Tribunal. Rusa de nacimiento, se había mudado a Los Angeles con 17 años, donde comenzó a ganarse la vida como modelo, incluso para las páginas de Playboy. Cuatro años después de la foto de la portada de The Cars, conoció a Eduard Limonov, polémico novelista y líder del ilegalizado Partido Nacional Bolchevique, con quien terminaría casándose. La figura de Limonov se ha rescatado últimamente a través de la biografía novelada de Emmanuel Carrère. La de Medvedeva, aún no. Murió en Moscú a los 44 años de un ataque al corazón. Con toda seguridad, de ella no perdurará su carrera musical, pero aquella brillante instantánea, aquella sonrisa suya que iluminó el álbum de The Cars es imperecedera. 

 
(Foto bajada de Internet.)

domingo, 6 de enero de 2013

La bella y la bestia [enésima versión] #12 // Rock 'n' actor #26: Claudia Cardinale y Frank Zappa

 

En 1967, Richard Avedon realizaba una sesión fotográfica a dos seres antagónicos: Frank Zappa y Claudia Cardinale. La bestia comentó después: «Seguro que querrán que les cuente alguna aventura post-fotografía, pero no hay que comprometer el buen nombre de una dama italiana». 


Es este un buen momento para recordar que la actriz italiana, que ya había puesto voz en algún tema de alguna de sus películas —Les Petroleuses (1971), por ejemplo—, llegó a grabar un par de singles justo una década después de la referida sesión fotográfica, aprovechando que el ítalo-disco pasaba por allí: Love Affair / Do It Claudia! (7’’) y Sun...I Love You / Private Life (12’).

lunes, 10 de diciembre de 2012

La bella y la bestia [enésima versión] #11 // Gastan gafas #56: Advance Base

Cuando a Owen Ashworth sus padres le regalaron por Navidad aquel teclado de juguete, nunca pensaron que años después continuaría metido en su cuarto dándole a los cachivaches con teclas y grabando canciones. Por si sus intenciones no estuvieran del todo claras para alguien, bautizó su primer proyecto musical como Casiotone for the Painfully Alone. Ahora lo ha cambiado por Advance Base, tal vez porque ha cambiado de casa, pero el concepto sigue siendo básicamente el mismo: baladas de perdedor, cantadas como con desgana y musicadas con pianos eléctricos, autoharp, omnichord y viejas cajas de ritmo. 


En el vídeo para el tema que abre A Shut-In's Prayer (2012), el protagonista es él mismo, pero sin gafas e interpretado por un entrañable monstruo azul, una tierna bestezuela que añora a la bella diosa de la que está obsesivo-compulsivamente prendado. Se martiriza viendo proyecciones de ella, hace pedazos sus fotos metiéndolas en una batidora, compone música en casa pensando en su amada y por fin sale a la calle para intentar recuperarla. 


(Por cierto, además del propio Advance Base, algunos más deberían pagarle un canon al creador de Tricky, el “monstruo de las galletas”, como Monstruos S.A., Herman Dunne, etc.).

lunes, 22 de octubre de 2012

...Y ellos se juntan #62 // La bella y la bestia [enésima versión] #10: David Byrne & St. Vincent



El mítico David Byrne y Annie Clark, de St. Vincent, liados en un sorprendente y gozoso disco conjunto: Love This Giant (4AD, 2012). En la foto de la portada se ve a ambos con los rostros acaballados, medio deformados por efectos de ordenador; cuentan que se trata de una relectura del cuento de la bella (aquí él, inspirado en el muñeco protagonista de Toy Story) y la bestia (ella). 

La historia es sencilla y carece de grandes alardes: Byrne y Clark coincidieron en un par de conciertos y en seguida cuajó entre ellos la idea de colaborar juntos e incluso grabar un álbum completo. Así que se pusieron a escribir letras y a enviárselas por correo electrónico. Después cada uno de ellos cantó sus propias composiciones en el estudio, excepto "The Forest Awakes", escrita por Byrne pero interpretada por ella. De Clark fue la idea de vestirlas con una sección de metales, sin duda uno de los mayores aciertos de Love This Giant, lleno de cálidos y colosales instrumentos de viento: saxos, trompetas, trompas, trombones, tubas y hasta un eufonio o bombardino. Por si no fuera suficiente, los Dap-Kings colaboran en un tema. Abrassador, si se le permite el juego de palabras a Gog. 

En pleno estado de inspiración. 



Y como no podía ser menos estando de por medio un artista tan arty como Byrne, el título de la obra procede de un poema de Walt Whitman.

domingo, 26 de agosto de 2012

No son hombres: son Devo #12 // La bella y la bestia [enésima versión] #9




Si saltara la noticia de que Mark Mothersbaugh (Devo) y Chrissie Hynde (The Pretenders) se han unido para formar una banda llamada Sat. Sun. Mat., nos parecería una fricada de quilates, una sorpresa que haría fruncir el entrecejo al mismísimo Ecce Homo de Borja, ese Cristo pijo. Pero ocurre que tal dato ya consta en los anales de la música, pues ambos nacieron en la misma ciudad (Akron, Ohio) y estudiaron en la misma universidad (Kent State University), donde montaron juntos dicha banda a principios de los setenta. No consta que llegaran a grabar nada. Debió de ser la típica banda universitaria que ensayaba en uno de esos garajes norteamericanos y tocaba en alguna fiesta, en cualquier fiesta. Luego ella emigró a Londres, etc.

A Gog le han entrado unas ganas irrefrenables de viajar a Akron. ¿Qué habrá en Akron?


martes, 10 de abril de 2012

La cara oculta #7 // El porqué de mis peinados #17: Bella Bestia


La Bestia, Santiago —o incluso Santi— para los amigos, fue el batera que sustituyó al miembro original (Ballesteros, otrora aporreador en Ñu y Coz) de aquella banda vallecana de heavy glam de los ochenta llamada Bella Bestia


Se cuenta que La Bestia, que siempre iba con la cara cubierta por una máscara, llegó a actuar encerrado en una jaula. 

Atención a la risión del vídeo a partir del minuto y medio: hair metal de manual con esos cabezazos para desplegar aquellas melenas más cuidadas que un jardín japonés.

 

lunes, 30 de mayo de 2011

Rock 'n' actor #19 // La bella y la bestia [enésima versión] #7: Emmanuelle Seigner

El apriori no ayuda: ¿un disco de la actriz y esposa del director de cine Roman Polanski [y el ardor]? Y además todo ese aroma a déjà vu: el color de la portada (como el Melodie Nelson de Gainsbourg), dúo con su pareja (como el mentado genio y la Birkin), canciones tituladas sin demasiada originalidad y referentes muy obvios («Femme fatale», «Emmanuelle»)...

Aunque predominan las baladas y los tiempos propios del baile agarrado, hay motivos de sobra para concederle una escucha al álbum: su comienzo, «Dingue», rasposo pero dulce —que podría ser un tema de nuestros Plastic d'Amour—; «Le jour parfait» contiene los ingredientes perfectos del buen pop; esa cosa triste-alegre que es «Alone a Barcelone»; el toque más rockero de «Femme fatale» o el dúo vacilón con su marido.

Porque la bella se lo hace a dúo con dos bestias: junto a Iggy Pop en la aviolinada «La dernière pluie» y junto al mismérrimo Polanski [y el ardor] en «Qui Êtes-Vous». (Tema para una tesis doctoral: ¿por qué en el 90 % de los discos franceses hay algún dúo? Subtema: en todo caso, ¿no sería más lógico que los galos se dedicaran a los tríos?)

Todas las canciones están compuestas por Keren Ann —que también toca algunos instrumentos—, lo cual ha sido un acierto porque le da mucha coherencia al conjunto. Y como el proyecto era ambicioso y había pasta encima de la mesa, lo ha mezclado Tore Johansson, a la sazón productor de Franz Ferdinand.

1. Dingue
2. Le fantomê
3. Le jour parfait
4. Jamais d'autres que moi
5. Alone a Barcelone
6. La dernière pluie
7. P'tite pédale
8. Femme fatale
9. Emmanuelle
10. Qui êtes-vous?
11. Autant's aimer autant

Dingue (Sony, 2010) no es el primer intento musical de Seigner. Sus primeros pinitos los hizo cantando en la banda sonora de Backstage (2005), que ella misma interpreta, y poco después grabó un disco al lado de Ultra Orange (RCA, 2007).


sábado, 12 de marzo de 2011

Húngaros #21: Ilona Massey

Ilona Massey fue una emigrante húngara —nacida en Budapest como Ilona Hajmássy— que participó en algunos filmes antes de tener su propio programa de variedades en la televisión norteamericana, donde cantaba baladas.

Fue la bella, por ejemplo, en el clásico Frankstein y el Hombre Lobo (1943), entre Bela Lugosi (otro húngaro) y Lon Chaney, ni más ni menos.




Y como parece que le iba lo de andar entre seres horríficos, en 1949 estuvo rodeada por los tres maravillosos monstruos de los Hermanos Marx. En Amor en conserva interpreta a la malvada Madame Egelichi, que acaba casándose con Groucho. Aquí puede vérsela en la escena en la que dos esbirros registran a Harpo y sacan de todo de su gabardina.



(Cinéfilos en general y fanes de los Marx en particular, imposible perderse esta documentada, original y amenísima página sobre todas las actrices que intervinieron en las pelis de aquella descacharrante troupe.)

viernes, 30 de abril de 2010

La bella y la bestia [enésima versión] #5 // Las cosas del directo #13: She & Him

Lo que comenzó siendo una curiosidad biográfica —una actriz metida a cantante (Zooey Deschanel) en compañía de un reputado guitarrista indie (M. Ward)— ha terminado afianzándose como un proyecto musical sugerente capaz de llamar la atención del personal.

She & Him han vendido miles de copias de su pop retro y soleado, a veces demasiado próximo a la cosa country, sobre todo en Volume 1. Mucho más pop y cohesionado es Volume 2. Aunque, la verdad, el aire de impecable sosería en algunos cortes de ambos discos impiden comprender el fenómeno popular.

¿Será, entonces, el sempiterno caso de que venden más dos tetas que dos carretas? Pues acerquémonos a comprobarlo ahora que están de paso por la ciudad.

Efectivamente, es preciosa, y nada más salir al escenario ha callado a todos; la sala acaba de enamorarse de ella, incluso las chicas. En estilismo, lo más: elegante vestido negro con escote no-te-agaches.

Pero, ¡ahibá! (¡ahí va!), cómo canta, qué chorro de voz tiene la criatura, y qué bien la guitarra de Ward, qué buena la banda, qué bien acompañan las coristas. Y Zooey, que además es la compositora de las canciones, toca el piano y una guitarrilla y agita la pandereta. Y todo es mucho más dinámico, potente, fluido y fresco que en los discos. Si van a vuestra ciudad, id a verlos.

Una muestra del concierto que vio Gog la otra noche:



Y la confirmación de las aptitudes vocalicas de She en esta versión que han hecho de «I Put Spell on You»:


martes, 5 de agosto de 2008

La bella y la bestia, enésima versión #1: Teenagers/Scarlett Johanson

La letra:

I know you’re born in 84
Half polish half danish
You started at 8 on broadway
You’re a star

You don’t believe in monogamy
Im not jealous, scarlett will you marry me

I’ll sell my mum to be lost with you
Lost in tokyo or anywhere else

El grupo: The Teenagers
La canción: «Starlett Johanson»
El ingenioso vídeo:



Pero ella, que ahora también es una chica indie, sólo le daría el sí a Tom Waits; le susurraría al oído alguna canción del californiano mientras él apura un bourbon.

Una foto de la novia: