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viernes, 15 de agosto de 2014

Las cosas del directo #32 // La cara oculta #14: Plasmatics

Si eras un adolescente fanático de la música y en tu revista favorita te encontraste una foto de Wendy O. Williams sobre un escenario embadurnada de espuma de afeitar como prácticamente único atuendo, es difícil que se te haya borrado esa imagen del disco duro de tu memoria. 

El hard rock pasado por el punk y el metal que practicaban los Plasmatics no fue para marcar una época musicalmente hablando. Si tuvieron más notoriedad de la que tal vez se merecían fue por la publicidad que les aportó el hecho de que las autoridades se empeñaron en perseguir y arrestar a la feroz Williams, que montaba el pollo siempre que estaba en público con su escasísima ropa y las poses lascivas y lujuriosas que llevaba a cabo con todo tipo de instrumentos, considerada esta palabra en su sentido más genérico y no circunscrita sólo al plano de los instrumentos musicales. Además de la parte que le tocaba a ella, los espectáculos de la banda se hicieron famosos por su querencia a arrasar atilamente con todo: destrozaban guitarras, amplis… Vale, eso lo han hecho muchos, así que pongámoslo un poco menos obvio: prendían fuego, dinamitaban coches, usaban motosierras eléctricas, taladradoras gigantes, lo aporreaban todo con martillos que noquearían a Superman… Un grupo de demolición. 

Debutaron en 1978 en el mítico CBGB y allí ya dejaron prueba de lo que se le venía encima a quien los contratara. Sin duda Plasmatics eran más una banda de directo que de estudio. Su primer álbum se lo publicó la siempre atenta Stiff Records, New Hope for the Wretched (1980); allí estaba «Butcher Baby», una de sus canciones más señeras. En el siguiente vídeo se ve una interpretación de dicho tema, amenizada con alguno de esos recursos destructivos descritos más arriba. Además, salvo ella, toda la banda aparece con la cara cubierta. 


Entrañables e inolvidables. 

viernes, 16 de mayo de 2014

Todo el mundo quiere a PJ Harvey #16

En 1998 Pascal Comelade parió su obra magna, L’Argot du Bruit (Les Disques Du Soleil). En su mayor parte, era un fascinante recorrido instrumental por sonidos tradicionales y folclóricos, una fiesta armónica a base de acordeones, guitarras flamencas (Toti Soler en persona), melódicas, triángulos, órganos, vientos… 

Sólo en cuatro de las catorce piezas había interpretación vocálica. Un par de ellas nacieron del extraño ayuntamiento profesional entre Comelade y una ya por entonces muy afamada PJ Harvey. En mutua colaboración, compusieron «Green Eyes» y «Love Too Soon». En ambas, además, él toca los teclados y ella canta. Escuchada de nuevo hoy la segunda de ellas, sigue sonando tan hermosa, profunda y emocionante. Es, probablemente, una de las mejores interpretaciones vocálicas que jamás haya grabado PJ Harvey:

miércoles, 20 de marzo de 2013

A mí no hace falta que me cambies el plato #40

Algunas portadas con la cocina como leitmotiv fotográfico:

Townes Van Zandt: At My Window (Suhar Hill, 1987). Los vaqueros también cocinan, aunque sólo sea unos huevos con beicon.

Marshall Crenshaw (Warner, 1982). El debut de quien durante un tiempo fue la gran esperanza del power pop. Someday, Someway estaba bastante bien.

Charlie: Kitchens of Distinction (Voiceprint, 2009). Banda de jazz-rock de los setenta que solía adornar sus cubiertas con fotos de chicas con mucha piel a la vista. Treinta años después volvieron con este otro concepto.

UB40: Rat in My Kitchen (Virgin, 1986). Vendieron discos como churros. No hay tienda de segunda mano que no disponga de al menos un ejemplar de su Labour of Love.


Don Henley: I Can't Stand Still (Elektra, 1982). El miembro de los Eagles que más éxito tuvo en solitario. Este fue su debut. El single  Johnny Can't Read contribuyó lo suyo a desgastar la aguja del tocadiscos de Gog, para qué negarlo. Ese teclado insistente le volvía loco.

Adenda [31 de marzo de 2013]: El comentario vertido por Ticket Loser en este post, hace obligado el siguiente añadido.


Ivy: Apartment Life (Sony 550 Music, 1998). El delicioso segundo álbum de la banda neoyorquina tuvo una edición especial con diversos remixes al año siguiente de su primera publicación. Para la portada de esa edición, se cambió la cubierta original: se sustituyó la foto de Dominique Durand maquillándose por una de las fotos que aparecía en el interior del libreto primigenio.

jueves, 14 de junio de 2012

El monstruo de las galletas #2: Life's Too Good

Pasan los años y a Gog no se le olvida la impresión que le causaron, al sacar el vinilo de su funda por vez primera (1988), aquellos grandes números impresos en la galleta del debut de The Sugarcubes: 1-5 en la cara A, 6-10 en la cara B (lógica aplastante se le llama eso). Tampoco olvida aquellos muñecotes que los acompañaban; pero sobre todo esos números, la forma en que anunciaban una y otra cara. 

 



Por si hay alguien que no está al tanto, esta banda islandesa fue la cuna musical de la archifamosérrima Björk; desde el primer minuto de su nacimiento consiguieron llamar la atención, incluso poner de acuerdo a ingleses y a estadounidenses. «Birthday» fue un viento musical novedoso que se extendió por el mundillo alternativo y que puso a Islandia en el mapa. En realidad, los tres primeros temas eran un trallazo tras otro: 

> Traitor era deslumbrantemente poderosa y oscura. 
> Motorcrash narraba un sangriento accidente de tráfico con la voz infantil de Björk y a un ritmo paradójicamente feliz. 
> Birthday llevaba ya muy marcada la personalidad de ella, que es lo que le confería al tema ese toque diferente a los demás, con sus gorjeos y sus histrionismos vocales. (Por cierto, es de las pocos temas del disco que cantaba ella sola, pues en casi todas los demás aparecía también la voz de Einar Örn.) 

Escuchado hoy, el álbum ha aguantado muy bien el paso del tiempo. Nunca el hielo fue tan cálido. Ni los azucarillos cobraron tanto sentido, porque eso debe ser la canción pop perfecta: un pequeño azucarillo que endulce y se deshaga antes de pasar al siguiente.

Los coleccionistas tienen en él una codiciada pieza, pues además de la edición normal en verde, Life's Too Good (One Little Indian) se publicó en azul, amarillo, naranja y rosa. 


viernes, 9 de marzo de 2012

No son hombres: son Devo #11

Mark Mothersbaugh se dedica también a las artes gráficas. En su web The Visual Art of MM puede verse (y adquirirse) su colección de postales, alfombrillas para ratón o fotografías sobre seres mutantes:







La serie de los "hermosos" mutantes ha traído rápidamente a la memoria de Gog aquella canción de Eels:

jueves, 3 de septiembre de 2009

Gog se souviens #6

Que no se malinterprete a Gog, pero es que con la noticia de hoy sobre la detención del magreador de pijas del barrio de Salamanca le ha venido rápidamente a la cabeza esta canción de La Costa Brava:

miércoles, 29 de abril de 2009

Gog se souviens #5


...de Island Records.

La noticia de que se cumplen 50 años de desde la creación del sello británico Island le ha hecho rememorar a Gog aquel logo de la palmera que aparecía en los lomos de sus portadas y cómo algunos de esos discos le marcaron definitivamente:


















De hecho, hubo un tiempo en que Gog asociaba determinados colores a las portadas de algunos discos, y curiosamente varios eran del sello Island: había un rojo izitso, un rojo wild planet, un amarillo B-52’s, un verde arc-of-a-diver y un blanco Uprising. (En el mundo de Gog también bullían un rosa changes-Two, un azul squeezing-out-sparks, un marrón Led-Zeppelin-II, un negro Judas-Priest y un naranja Pistones, pero estos estaban publicados en otros sellos.)

El fundador de Island, Chris Blackwell, hace tiempo que vendió el negocio a una multinacional. Hoy día carece del prestigio o del influjo de antaño, aunque tampoco hay que olvidar que en él siguen publicando PJ Harvey o Portishead. Y que en épocas recientes han publicado Costello, Pulp, Weller, Tindersticks, Tricky, Ladytron

(Entrada dedicada a Evaristo Aguirre, que seguro practicó algún disco de Island.)

domingo, 21 de septiembre de 2008

Gog se souviens #4: Mario Benedetti

Leído «Pacto de sangre», un relato de Mario Benedetti, días después sigue revoloteando dentro de uno la sensación de tristeza y belleza que causa.

Tal vez sean estas pocas páginas algunas de las más hermosas y mejor escritas sobre la vejez y sus alrededores, incluso geriátricamente hablando. Qué apagarse tan bien narrado, qué querer morirse tan bello.

Sobre la abuelescencia; o peor, la decrepitud.

lunes, 11 de agosto de 2008

Gog se souviens #3

Un artista gijonés llamado Miguel Mingotes hace unos comos poemas visuales bastante interesantes, unas postales con pensamiento, que llama Coses míes (esto es, ‘Cosas mías’ para quienes tengan dificultad con el bable).


El origen gijonés y la hiperconcisión artística traen rápidamente a la memoria a esas otras gijonesas llamadas Nosoträsh y sus Popemas, aquellas canciones pop con minutaje punk que hicieron hace un tiempo.

viernes, 25 de julio de 2008

Gog se souviens #2: Conéctate, de Darwin

Aquellos Darwin ochenteros, aunque flor de un día, fueron unos adelantados. Decía la letra de su «Conéctate»:

Tengo un aparato de alta calidad,
comprado en Canarias, made in Japan.
Lo llevo en el bolsillo para vacilar
y bailo en estéreo por toda la ciudad.




Hoy día casi no hay bolsillo (el de Gog incluido) que no contenga algún aparato electrónico con el que andar escuchando algo, como enfermos de hospital pasillo arriba y abajo con su bolsa de suero.

sábado, 12 de julio de 2008

Gog se souviens #1: blog movie


Muy recomendable el reportaje del escritor Agustín Fernández Mallo sobre su reciente travesía por EEUU en coche. El diario de viaje colgado en su blog según iba quemando millas le ha quedado como una especie de blog movie.




El título de esta entrada le ha hecho recordar a Gog aquel grupo de los ochenta llamado B-Movie, y que permanceció en la cima de la fama lo que duran dos canciones.