martes, 29 de abril de 2014

La banda sonora de un libro #17: Limbo, de Agustín Fernández Mallo

Como es habitual en la gente que no sabe cocinar, 
preparó pasta. 


Agustín Fernández Mallo es un alquimista capaz de amalgamar como pocos las ciencias con las letras. Sus novelas suelen ser una miscelánea de saberes científicos y cultura popular entremezclados con la acción, que a veces se torna secundaria. Abundan las divagaciones mentales, sobre todo las que nacen de una observación científica de la realidad: AFM repara con su mirada en aspectos de la realidad que sorprenden al lector porque nunca se nos había ocurrido pensar sobre algo así; y nos lo vierte a través de esos personajes suyos llenos de soledad —o permanentemente acompañados de soledad—, unos como desiertos humanos. Por su carácter divulgativo, a veces parece que estemos leyendo un ejemplar refinado del Muy Interesante; incluso hay fotos, gráficos, ilustraciones, mapas, etc., en sus libros. Limbo (Alfaguara, 2014) retoma tales parámetros. Aquí narra tres historias aparentemente paralelas que de alguna manera confluirán al final en una especie de caleidoscopio global. 

Y como siempre hasta ahora en la obra del autor, debería venderse junto a un cedé que recopilara una muestra de todos los músicos que aparecen mencionados en sus páginas. En esta ocasión, sólo se señala expresamente el tema de The Boomtown Rats; de The Magnetic Fields, Sting y Wilco se hace referencia a unos álbumes en concreto, y de ellos ha escogido Gog los temas. Del resto de músicos únicamente se menciona el nombre. Así pues, a excepción de «I Don’t Like Mondays», todos los temas son libre elección de Gog. La secuenciación sigue escrupulosamente el orden de aparición en el libro. 


Para que no quedara una lista de reproducción excesivamente larga, en la selección se ha obviado la ristra de nombres que figuran en el cartel de un imaginado Benicàssim Chino:


sábado, 26 de abril de 2014

Las nuevas aventuras del llanero solitario #38: Luke Temple


Luke Temple tiene nombre de detective de novela negra o de superhéroe camuflado de ciudadano normal. También podría pensarse que se trata de un imaginario vástago de Luke Skywalker y Shirley Temple

El caso es que Luke Temple suele andar escondido tras su grupo Here We Go Magic, que practica un pop suntuoso y a los que ha llegado a producir el mismísimo Nigel «Radiohead» Godrich. Pero a Luke Temple le da por salir del caparazón de vez en cuando publicando discos en solitario y a su nombre. En el último, con sus bien de oes en el título —Good Mood Fool (Secretly Canadian, 2013)— ha sacado un falsete en clave de soul y lo ha arropado de teclados ochenteros. Pero no se piense en un álbum decididamente retro, sino la plasmación de un compositor lleno de recursos. La vacilona «Those Kids» con coros de Binki Shapiro y «Love Won't Receive» son dos ases impepinables. Puede que al álbum le falten otros dos para convertirse en un pócker ganador, pero tener esos dos de primera mano ya es un buen comienzo.



lunes, 21 de abril de 2014

Debut #86 // Ellas llevan el ritmo #56: The Icypoles

Esto sabe a vainilla y lleva sol: 

Gotta Stop It

Son The Icypoles, cuarteto femenino de Melbourne que ha cuajado a la primera el sorprendente My World Was Made For You (Highline Records, 2014), plagado de armonías pop sixties y un minimalismo diríase casi feroz, algo así como un gota a gota musical entre lo angélico y lo hipnótico. Hay algunos pasajes en los que incluso le dan al a capella. ‘Pasajes’, de hecho, es una palabra que se ajusta muy bien a ellas; por eso resulta bastante natural que hagan una versión del «Just You» de Twin Peaks.


Tara Shackell y Isobel Knowles estuvieron un tiempo en Architecture In Helsinki, y ahora han tomado esta otra senda junto a Kim White y Lani Sommer (aunque en la versión de Lynch y Badalamenti es Evelyn Morris quien toca la batería). 

Su bandcamp.


domingo, 20 de abril de 2014

Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #26: Grushenka


En cualquier caso, literatura rusa. Porque Grushenka —la banda de Xavi (voz y guit.), Laia (tecs.) y Nil (bat.)— hace referencia o a la novela erótica anónima rusa de mismo nombre o al personaje femenino principal de Los hermanos Karamazov. En lo musical, el trío barcelonés lleva a cabo un rock guitarrero deudor, entre otras cosas, de bandas señeras de los 90 a lo Mercromina, el noise pop y la mirada fija en los pies. 

Han publicado un primer álbum, Técnicas subversivas (El Genio Equivocado, 2012) y, recientemente, un single —de momento sólo en formato digital—, que anuncia ciertos aires nuevos, con mayor frescura y personalidad creativa. Un enredo mucho más interesante:

Bandcamp

viernes, 18 de abril de 2014

Como decíamos ayer #24 // ¿Y tú de quién eres? #19 // Cosas de hermanos #60: Neneh Cherry


«Soy Neneh Mariann Karlssson —Neneh Cherry—, hija del percusionista africano Ahmadu Jah, criada por mi padrastro Don Cherry, señor del jazz, heredera de su nombre, hermana de la cantante sueca Titiyo Jah, hermanastra de varios artistas de jazz, esposa del músico y productor Cameron McVey —también conocido como BoogaBear—, pionera del trip-hop y colaboradora de renombrados conjuntos: The The, Massive Attack, Pulp, Gorillaz… Hacía casi veinte años que no grababa un disco en solitario, pero aquí estoy de nuevo y muy orgullosa de ello.» 

Blank Project (Smallsound Supertown, 2014) es un espectacular paisaje sonoro de electrónica experimental, rap y algo parecido al soul (lo que sin duda brota a chorros es mucha alma), en el que unas percusiones duras y tribales se entremezclan con sintes penetrantes y oscuros (produce Four Tet). Las letras de Cherry, cantadas con apasionamiento, se muestran llenas de aplomo y confianza; Leave alone but don’t leave me lonely canta en «Blank Project», y dos cortes más allá no se cansa de repetir leave me alone, leave me alone. Esperemos que ella no nos deje de nuevo solos tanto tiempo.

viernes, 11 de abril de 2014

miércoles, 9 de abril de 2014

Grados de separación #11


De los hardrockeros Kiss al trío de indie pop actual Hospitality, un hilo conductor que los engarce podría ser este: Ace Frehley, el guitarrista de Kiss, siempre ha reconocido la influencia en su estilo de Mick Ronson, el legendario miembro de los Spiders From Mars de David Bowie, quien en 1973 versioneó Growin’ Up de Bruce Springsteen, que es el personaje en el que se basa la paródica Cars & Girls, tema de Prefab Sprout, a los que adoran el trío Hospitality.

Esta querencia por el pop inglés no significa, ni mucho menos, que ese sea el origen de la cantante y guitarrista Amber Papini, el bajista Brian Betancourt, que gasta gafas, y el batera Nathan Michel. Y el hecho de que residan en Brooklyn los tres sólo es una mera referencia a su localización actual, pues proceden, respectivamente, de Kansas City, Hackensack (New Jersey) y Charleston (Carolina del Sur). 

Han publicado Trouble (Merge, 2014), su francamente buen segundo álbum, más sólido, con más ideas, matices y desarrollos, cubriendo más terreno del que copaban las agradables canciones de su debut. Por precisar un poco más, ahí está el bajo de ritmo vacilón en «Going Out», o esa preciosidad titulada «It's Not Serious», que es una especie de delicado aperitivo antes de la barbaridad que le sigue, una imponente montaña rusa sonora de más de seis minutos de recorrido, con solo de guitarra incluido en medio de ese synth pop de subidón: «Last Words». Y si todo ello no justificara aún la escucha, sumémosle, por ejemplo, la preciosa trompeta que suena en «Sunship» o el synth pop letárgico y como medio destartalado que es «Inauguration»; sin contar que, mientras tanto, Papini canta suavemente entre todo ese mimbre que han tejido.

jueves, 3 de abril de 2014

Cosas de hermanos #59 // Gastan gafas #64 // Galgo corredor #7: The Notwist


Explicado de una manera muy burda, un punto de inflexión supone, matemáticamente, un cambio de valores tal que una curva pasa de un tipo de concavidad a otra. Sin duda, The Notwist tuvo su propio y trascendental punto de inflexión. Tan contundente fue el cambio que se produjo con Shrink (Zero Hour, 1998), el álbum que los adentró en el cultivo tecnológico y la experimentación electrónica, que cuesta imaginar que los inicios de la banda de los hermanos Archer, formada en Munich, fueran un espejo del hardcore-punk norteamericano. Luego vino la explosión de la inditrónica, en la que Neon Golden (City Slang, 2002) fue su abanderado más emblemático. 

The Notwist y su cargamento de glitches, bits e inmensos temas de pop electrónico han vuelto cuando ya casi no se los esperaba. Y cómo han vuelto. Si esta pieza no será recordada entre lo mejor que se publicó en 2014, es que no merecemos nada mejor: 



Inmenso krautrock de la era digital. Eso es «Kong» y los once cortes restantes de Close To The Glass (City Slang, 2014). Por citar otro par que descollan especialmente, con ese engarce tan sutil y tan suyo de hacer música cerebral y emocional a un tiempo, ahí está «Lineri», un mapa sonoro lleno de relieves, rectas, cimas y valles, o « Run Run Run», que para nada es una versión del tema de la Velvet Underground, aunque sí reutilizan conscientemente el título: