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domingo, 24 de septiembre de 2023

Cine #162: Kill (Romain Gary, 1971)


Romain Gary
, lituano de nacimiento, francés de adopción, hombre de mundo o del mundo en general, fue siempre un escritor de éxito. Sin embargo, cuando se trasladaron algunas de sus novelas a versión cinematográfica no hubo tanta suerte. Y mira que la dirección y el reparto estuvieron en manos de reputados cineastas: Peter Ustinov, con Sophia Loren y Paul Newman en Lady L.; John Huston, con Juliette Greco y Errol Flynn en Las raíces del cielo; o Samuel Fuller con Perro blanco. Y así hasta una docena de títulos. El propio Gary, polifacético como era, se metió a director; fueron un par de rodajes los que dirigió, que llegaron aún mucho menos lejos que las citadas. La primera película que rodó fue en 1968, Les oiseaux vont mourir au Pérou. Tres años después se estrenó Kill, que es posible ver hoy en Filmin. 

¡Qué curiosa esta Kill! Arrebatada rareza, imperdible para todo degustador del séptimo arte, porque es un festín cinematográfico. Rodada entre España (Almería y La Manga), Túnez y Afganistán, tiene una rica parte visual (impresionantes tomas de ciudades de adobe en medio del desierto) y notables escenas de acción (una alucinada persecución de motos y coche). Cierto que los actores protagonistas —Jean Seberg, James Mason y Stephen Boyd— están un poco tiesos y de cartón piedra, pero el trío transmite esa relación insidiosa, oscura y turbia que vivió el matrimonio Gary-Seberg. De hecho, hay frases en el guión en las que se entrevé la relación entre ambos, incluso hay guiños y referencias a sus vidas. No puede interpretarse de otra forma cuando en una escena se ve a Seberg disfrazada una enorme peluca negra tipo afro. Y es que la protagonista de À bout de souffle se había sentido atraída por el movimiento de los Panteras Negras, con quienes tuvo una intensa relación, hasta el punto de que la explotaron sin piedad, económica y sexualmente. Uno de sus líderes, llamado Hakim Abdullah Jamal musulmanamente al cambiarse su norteamericano Alan Donaldson, casado con una prima de Malcom X y con seis hijos, la hizo su amante y la maltrató psicológicamente durante años. 




















Llama la atención, también a modo de autorreferencia, el primer plano de un hombre en un zoco con un manojo de serpientes en cada mano y en la boca, exhibiéndolas; quizá encontrarse con ese personaje real le cautivó hasta el punto de escribir y publicar muy poco después la historia de un hombre solitario que vive en París con una serpiente pitón (Mimos). 

Tiene, además, diálogos dignos de ser memorizados, como «El mundo fue salvado hace dos mil años y mira cómo está» o el que cierra la película, que debería figurar en los anales de los grandes finales de la historia del cine:

«—No los puedes matar a todos, Brad. 
—Tampoco busco la perfección.»

La película es todo un euro-spy giallesco contra el imperio de la droga, una fantasía de Serie B con un delirante final: todos los muertos que ha habido durante la película aparecen saltando en una cama elástica, ensangrentados, como zombies. Y para goce final, tiene una maravillosa banda sonora, compuesta por Berto Pisano y Jacques Chaumont, cuyo tema principal está interpretado por Doris Troy


Y aquí su versión instrumental: 



Nota: Por suerte, pese a ser un escritor poco comentado, es posible encontrar un buen puñado de títulos en nuestro mercado editorial. La editorial Galaxia-Gutenberg en particular ha aportado varios de ellos. Y ojalá algún día haya traducción de la completa biografía de Gary que trazó Myriam Anissimov, Romain Gary, le caméleon (Denoël, 2004).

sábado, 11 de febrero de 2023

Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #37: Public Image Ltd.

Los Sex Pistols fueron necesarios. Alteraron su contexto social, lo zarandearon, lo perturbaron, lo incomodaron, lo despertaron. Fue el poder del arte aplicado a una situación social, económica y política podrida (he ahí el verdadero 'rotten') para espabilar conciencias. Y eso no lo puede decir la mayor parte de bandas que han existido. 




Si se tienen en cuenta criterios estrictamente musicales, Public Image Ltd., la banda que formó después Rotten, ya como John Lydon, tuvo (o tiene, que para algo sigue en activo)— muchísimo más valor. Y de nuevo resultó ser un precursor, esta vez con el post-punk, ya desde 1978 con su primer álbum, en el que, entre otras cosas, atizaba a la Iglesia con su saña habitual: 

Fat pig priest 
Sanctimonious smiles 
He takes the money 
You take the lies 

El nombre artístico lo tomó del título de la novela The Public Image (1968) de la escritora escocesa Muriel Spark. Y es que la percepción de la imagen pública que tienen los demás de ti ha sido algo en lo que Lydon, tan expuesto siempre a ella, ha reflexionado mucho.

Desde entonces no ha dejado de surgir y de resurgir; además, con hitos muy logrados: 

> Metal Box (1979), su segundo disco, un rodillo sónico que enlató para vender 
> Flowers of Romance (1981), en el que la imagen de la portada (la imagen, siempre la imagen) no tiene nada que ver con la aspereza y experimentación que contienen los surcos. 
> «This Is Not A Love Song» (1984), lo más cercano a un pelotazo pop que ha tenido. 
> La fabulosa «Rise» al año siguiente, nerviosa y trepidante: 

I could be wrong 
I could be right 

> Y al menos un par de discos más potentes: That What Is Not (1991), con portada que no deja indiferente, y This Is PIL (2012), lo mejor que lleva hecho en el nuevo siglo. 

Hace unos días, provocador nato, atizador formidable, incansable agitador, ha intentado representar a Irlanda en el festival de Eurovisión. No ha sido elegido finalmente. Es una canción de amor, muy sentida pero, la verdad, poco conseguida. No obstante, una lástima, porque habría sido algo digno de verse, o al menos realmente divertido, un giro más de su imagen pública.

 

miércoles, 10 de febrero de 2016

El porqué de mis peinados #24 // Cosas de hermanos #77 // Género chico #74: Gomina


Llega un momento en que ya no es uno es el que se peina, sino que es la vida la que le peina a uno. Antes de que la caída del cabello se haga una realidad insalvable y llegue ese instante en que el cepillo se convierte en un objeto de adorno, suele haber un periodo de tiempo con pelazo por domar, donde la gomina puede ser el aliado que ayude a fijar el pelo. Lo más curioso es que parece que la gomina también fija las ideas, sobre todo las más reaccionarias, carcas y tradicionalistas, porque un hombre engominado, generalmente —insisto en el adverbio—, comulga con un patrón fachoide y conservador que pone los pelos de punta; eso cuando no es el look de tiburones financieros, pijos de jersey en los hombros y demás borjamaris. 

No sabemos si en Francia la asociación es la misma. La palabra existe tal cual para señalar ese gel untuoso. Y además da nombre artístico a un cuarteto de Caen, que practica un tecno-pop fresco y para nada engolado. En las cabezas de los hermanos Robveille (Julien y Nicolas), Peter Bannier y Nicolas Varin tampoco se ven rastros de fijador. 


Corren malos tiempos para el formato de 7’’. Fabricar un single cuesta casi tanto como un elepé; si le añadimos los demenciales gastos de envío, animarse a comprarlos es una decisión que requiere un bolsillo repleto. O un enganche feroz a alguna canción. «Stupid» es el sexto corte de su segundo álbum, Prints (2015); también es el hipnótico tema que eligieron como avance y que prensaron en la cara A de un 7’’ de color verde (hOOz, 2014). Comienza con un fogoso revuelo de teclados y sintes, como una ráfaga de viento alocado que surge de repente para ponerse a juguetear con papeles. Luego se sostiene una cadencia etérea durante más de cuatro minutos que te lleva flotando. El vídeo que le hicieron fue un acierto pleno, porque ese monótono y a la vez vertiginoso descenso en monopatín capta perfectamente su esencia: 



En la cara B, «She Falls», el rapero COEFF colabora con ellos. Pese al título en inglés, la letra del rapeo está entonada en la lengua de Balzac, mientras que la banda se limita a emitir un festivo tututututututu en los coros. La base del tema tiene una estructura repetitiva que recuerda mucho a Clinic, lo cual sólo puede ser bueno. De remate, «She Falls» no se encuentra en el álbum, que es como tienen que hacerse estas cosas. 

A saber qué pasará cuando estalle la burbuja del vinilo. Probablemente este formato pequeño acabe por extinguirse. Mal camino lleva, desde luego. Disfrutemos de una joya como esta mientras se pueda.

jueves, 11 de junio de 2015

El porqué de mis peinados #23


La chica de la izquierda, chupa negra de cuero con chapa en la solapa y tachuelas en los hombros, collar con crucifijo cayendo sobre el escote y erizadas crestas punkies, era «Spanish Lisa», de quien poco más se sabe aparte de haber sido la protagonista del vídeo que hicieron The Stranglers para «Strange Little Girl» en 1982 y a la que pagaron 100 libras para que se dejara rapar el pelo al final:

lunes, 16 de junio de 2014

5 sobre... #30: sicomoros

El plátano es árbol crecido y frondoso, de abultada sombra en verano y mucha hoja por los suelos en otoño. En inglés se le conoce como sycamore, que no debe confundirse con el sicomoro original de Egipto y primo de la higuera. Por alguna razón que Gog desconoce, en los países anglosajones goza de mucha popularidad —tal vez, simplemente, porque abunda por aquellos lares—, tanta que no es difícil encontrar canciones dedicadas a él: 

> Little Jimmy Scott: «Sycamore Trees» (1992). Acaba de fallecer, después de una vida errática, extraña, complicada. A David Lynch le fascinaba su voz de contralto y le compuso, junto a Badalamenti, este tema triste y doliente para la banda sonora de Twin Peaks

 

> Bill Callahan, «Sycamore» (2007). Mira que Callahan ha compuesto canciones emocionantes, pero es que esta es sublime. 

 

> Fionn Regan: «100 Acres Of Sycamore» (2011). El cantautor irlandés de corte de pelo tipo cazo, imbuido de sus raíces folkies. 

 

> Death Cab for Cutie, «Underneath The Sycamore» (2012). Clásica pieza del combo de Ben Gibbard, es decir, pop de mucha construcción, en este caso con truenos incluidos. 

 

> Bibio: «Sycamore silhouetting» (2013). Corte instrumental y acústico del proyecto del multi-instrumentista inglés Stephen Wilkinson, alejado de la electrónica que suele practicar. 

miércoles, 25 de diciembre de 2013

Últimamente se está muriendo gente que no se había muerto nunca #30: Germán Coppini

A Germán Coppini (1951-2013) ya no le picará más, pero a Gog se le ha puesto hoy una pequeña comezón en el ánimo. Y Hansel y Gretel estarán llorando.



De pequeñito siempre he llevado / en mi interior Abanderado: / el día más señalado / al cumplir como soldado / al sentirme enamorado / he llevado Abanderado / pero siempre he sentido un picor / que me ha estremecido 

Y es que me pica un huevo / no sé qué voy a hacer / no sé qué puedo hacer 

En la corte del Congo Belga / con mi smoking y mi suegra / hay una gran recepción / un protocolo del copón / presidentes y embajadores / y la nobleza de los alrededores / a la reina voy a saludar / cuando entre las piernas me vuelve a picar... 

Y es que me pica un huevo / no sé qué voy a hacer / no sé qué puedo hacer 

Me he apuntado de astronauta / a ver si así suena la flauta / hemos llegado a la luna / un poco antes de la una / al salir al exterior / vuelvo a sentir ese picor / cien millones de espectadores / y yo sin poder rascarme los cojones 

Y es que me pica un huevo / no sé qué voy a hacer / no sé qué puedo hacer

viernes, 4 de octubre de 2013

Debut #77: Fear of Men y Golden Grrrls

Fear of Men y Golden Grrrls son dos bandas actuales que comparten un puñado de particularidades. Los nombres de ambas bandas hacen referencia a la condición del género; prima la perspectiva femenina en el concepto, aunque en los grupos hay chicos y chicas. Las dos bandas son de Gran Bretaña (Btighton y Glasgow, respectivamente) y acaban de publicar sus álbumes de debut, de menos de treinta minutos de duración cada uno; con voz principal femenina, practican un indie pop también con bastantes similitudes, con un poso más ensoñador por parte de Fear of Men y más acelerado y un punto más casero los de Glasgow. Pero quitando esa tendencia atmósferica en unos y una mayor crudeza en los otros, los dos casos conforman un festival de indie pop de guitarras como sólo en aquella isla saben hacerlo. Rasgueos chispeantes, temas radiantes, hits inmediatos… 

 


Fear of Men es la extensión musical de Jessica Weiss, persona leída e ilustrada y que había comenzado componiendo piezas ambientales para cortometrajes. A su alrededor, Daniel Falvey (guit.), Alexandra Flynn-O'Neill (bajo) y Michael Miles (bat.). El álbum se titula Early Fragments (Kanine, 2013); la edición en vinilo es de un precioso color mármol.



Golden Girrrls son un trío: Rachel Aggs (voz y guit.), de pelo crespo y acaracolado, Ruari MacLean (guit. y pone voz en casi todos los temas) y Eilidh Rodgers (bat.). El álbum se titula We’ve Got… (Slumberland, 2013). 



martes, 10 de julio de 2012

Ellas llevan el ritmo #28 // Debut #58: Cosmen Adelaida


A la izquierda, blusa negra de cuello cerrado, pelo moreno y corto, sonrisa de hada buena, Cati Bestard, la batera de Doble Pletina (Barcelona). A la derecha, blusa floreada con escote, cabellera pelirroja escarolada, uñas pintadas a lo moderno, sonrisa picarona, Elisa Pérez, la batera de Cosmen Adelaida (Madrid). La foto, tomada hace unos días en Huesca antes de una actuación conjunta en el mismo cartel, es de una calidez entrañable, hay captado en ella algo emocionante y, si no supusiera jugar en demasía a vaticinador de madrugada televisiva, Gog diría que se trata de la plasmación de un momento histórico. 

Sea como fuere, totalmente a favor de mujeres a la batería. Ellas llevan el ritmo. 

A Doble Pletina, de los que Gog es fan confeso, ya se les ha considerado por aquí en varias ocasiones, así que le toca el turno a los madrileños, que este año han publicado —tras dos aplaudidos EP autoeditados— 7 picos (El Genio Equivocado, 2012), su primer álbum, y en el que ha metido mano Joaquín Pascual


Una de las peculiaridades del disco más comentadas en todos los chiringuitos blogueros que se han ocupado de él es que, de los cinco componentes de la banda, hay cinco que llevan la voz solista en al menos un tema, y son siete en total. La voz profunda de «Inventario», por ejemplo, es la del bajista, Marcos Domínguez, en contraste con el timbre claro y poppy de «Miss Wisconsin», que se debe a la propia batera de la banda. Ya se verá en qué acaba esta apuesta por carecer de un cantante representativo a la vieja usanza. 

De los siete temas (o picos; ¿lo pilláis?), destaca «Equis», con sus guitarras en punta, su bajo golosón, sus teclados fogosos. O «Siete picos», de punteos melancólicos, estructura alargada de sube y baja… Yo La Tengo, tú la tienes, él la tiene… «Si quieres, salgo» es pieza de pop mayúsculo, con aroma atemporal, que sin duda es uno de los momentos musicales de este año. O el estribillo a modo de letanía de «Inventario»: Tiras a rozar, tiras a rozar.

A Gog le han dado.

sábado, 9 de junio de 2012

Ette aquí #34 // Comerse un cocodrilo (en Dinamarca) #6: Anisette


No era de Chinchón, pese al nombre. Era danesa, así que pronúnciese Anisette en idioma extranjero y no a la pata la llana. 

Anisette Hansen y su hermana Rudi —curiosamente de mismo apellido— comenzaron grabando música infantil hasta que el grupo Dandy Swingers, también danés, que hacían un folk-rock al uso, se fijó en Anisette como vocalista. Nació así la breve unión Anisette & Dandy Swingers, que escoraron su sonido hacia una cosa más decididamente pop en plan The Seekers, tan de moda en la segunda mitad de los años sesenta. Algo parecido a un ligero éxito fue la versión que hicieron en 1968 del spectoriano River Deep, Mountain High, que paradójicamente era la cara B del single «Stay With Me Baby» (Polydor, 1968).
 

Ese mismo año fundó Savage Rose con los hermanos Koppel (ambos con gafas), con uno de los cuales se casaría (Thomas. ¿Qué tomas? Una cerveza, gracias). Esta banda optó por un posicionamiento político público y evidente. A lo largo de sus numerosos discos fueron radicalizando sus intenciones, e incluso llegaron a tocar en un campo de refugiados de Palestina. En su país de origen fueron una banda muy estimada, exitosa y respetada. Musicalmente, Savage Rose practicaban una especie de rock progresivo ecléctico, pues lo mismo entremezclaban enseñanzas Pink Floyd con jazz o con folk, un órgano incandescente, muy a lo Doors y la voz de Anisette, tenue y sensual hasta que de repente rompía en un lamenteo casi histriónico cual una Janis Joplin de Dinamarca.
 

miércoles, 9 de mayo de 2012

...Y ellos se juntan #53 // Funkdamentos y soultanes #22: Nicole Willis + The Soul Investigators


Recientemente se ha topado Gog con un álbum de portada tan horripilante como llamativa para él: cuatro chuletas en una sartén de hierro forjado y mango de madera sobre un fuego al rojo. La foto era muy poco afortunada para ilustrar un disco, pero que este se titulara Home Cooking (Mit-Wit, 2011) y que la docena de temas que contenía llevaran también un título relacionado con la cosa culinaria —«Greasy Pork», «Greens Please», «Electric Cooker», «Midnight BBQ», etc.— era motivo sobrado para interesarse mínimamente por él; además, la banda se hacía llamar The Soul Investigators. Resultó ser un grupo finés que interpreta piezas instrumentales de deep funk y soul con Hammond calentorro a todo trapo, como salido de un antro de Chicago hace unas décadas. ¡Para qué más, Gog! 



Toma que toma. Había que seguir investigando, pero a ellos.

Tirando del hilo internetario, Gog descubrió una grabación conjunta de una tal Nicole Willis con los Soul Investigators como banda de apoyo. Como la ignorancia de Gog es superlativa, ahora tenía que averiguar quién era esa voz solista. Y las sorpresas continuaron sucediéndose: Nicole Willis fue la vocalista del grupo inglés de acid jazz The Repercussions, había salido de gira con The The (¡¡!!) y estaba casada con el geniecillo de la electrónica Jimi Tenor; con él había grabado Soul Makeover (Sähkö, 2000), su debut en solitario, un álbum a medio camino entre el neo soul y la electrónica, pero ella quedaba algo difuminada por la niebla detallista y aparatosa de Tenor. Así que volvamos a Keep Reachin’ Up (Timmion, 2006), o sea, la colaboración Willis + Soul Investigators.


Ya desde su peinado en la portada se avisa de un clasicismo evidente. Se acabaron los experimentos. Dentro, todo ese poder de los Soul Investigators acompañando a una Willis, ahora sí, totalmente suelta, libre y poderosa. Cualquiera que escuche los temas que vienen a continuación sin haber leído el año de edición pensaría que es un tesoro rescatado de los años sesenta. 





Como hay gente para todo, Gog no quiere dejar insatisfechos a posibles curiosos de Finlandia, así que aquí va la formación de los Soul Investigators: Jukka Sarapaa (batería), Didier Selin (tambourine), Antti Maattanen (órgano), Pete Toikkanen (guitarra), Lasse Tolvanen (saxo tenor), Sami Kantelinen (bajo), Erno Haukkala (trombón), Kana Antti Lauronen (saxo barítono) y Eero Savela (trompeta).

martes, 10 de abril de 2012

La cara oculta #7 // El porqué de mis peinados #17: Bella Bestia


La Bestia, Santiago —o incluso Santi— para los amigos, fue el batera que sustituyó al miembro original (Ballesteros, otrora aporreador en Ñu y Coz) de aquella banda vallecana de heavy glam de los ochenta llamada Bella Bestia


Se cuenta que La Bestia, que siempre iba con la cara cubierta por una máscara, llegó a actuar encerrado en una jaula. 

Atención a la risión del vídeo a partir del minuto y medio: hair metal de manual con esos cabezazos para desplegar aquellas melenas más cuidadas que un jardín japonés.

 

domingo, 13 de noviembre de 2011

Las nuevas aventuras del llanero solitario #19 // El porqué de mis peinados #16: Eleanor Friedberger

En cuanto abre la boca Eleanor Friedberger, y eso ocurre desde el primer segundo del álbum, ya sabemos de quién se trata, por si había alguna duda: la vocalista de los extraños y sinuosos The Fiery Furnaces.

Esta vez ha querido volar sola. Y lo hace con canciones más cadenciosas, de estructuras menos enrevesadas, que las que construye en el grupo con su hermano. Sigue habiendo ese pianillo desenfadado y garboso que también les identifica, pero las ambientaciones son menos nerviosas y están más floreadas. Ese piano está, por ejemplo, en «Scenes from Bensonhurst», que es una de las canciones más bonitas que ha cantado (y en este caso, compuesto) Friedberger.

Eleanor Friedberger - Scenes from Bensonhurst by MergeRecords

Ponemos también el pulgar hacia arriba por los toques funky de «Roosevelt Island» y por los punteos tropicales de «One-Month Marathon» (otra preciosidad) que iluminan a la letanía monocorde del teclado. «I Won’t Fall Apart On You Tonight» es lo más parecido a un hit que tal vez pueda crear esta gente.

Los fanes del grupo lo disfrutarán. Quienes no los conozcan, si consiguen acoplarse al tono de voz de Friedberger, se llevarán una grata sorpresa con Last Summer (Merge, 2011).

Y ese pedazo de flequillo que le cubre la cara sigue intacto.

martes, 1 de noviembre de 2011

Letras sin acordes #8 // El porqué de mis peinados #14

Lamento que andes metida en un tornado (p. 33).

Está el boxeo y están los diferentes tipos de peinados.

Bowlcut ('pelocasco'), Bunn ('moño'), Bangs ('flequillo') son apellidos de algunas de las chicas que aparecen mencionadas en la novelita epistolar del músico estadounidense Bill Callahan, Cartas a Emma Bowlcut (Alpha Decay, 2011).

Y sí, el arte de sacudirse sopapos con unos guantes que no dejan enhebrar una aguja es el otro hilo conductor que se estira a lo largo de las 62 breves epístolas que el protagonista, un científico a la deriva personal, le envía a la mencionada Emma, de la que se ha enamorado en una fiesta pero a la que no es capaz de hablar.

Tampoco el lector oirá hablar a Emma en estas misivas. Es únicamente la voz del protagonista desgranando sus deseos y frustraciones; poco a poco lo vemos liberarse de sus demonios, de su soledad, tratando una vez más de no volver a caer en la acostumbrada derrota. Y Bill Callahan tejiendo el conjunto con un estilo a la vez frío pero profundamente sentido. No siempre consigue encandilar y a veces se hace complicado sumergirse en ese mundo extraño o extrañado, tan personal, del autor. Por esta vez, con el intento le vale.

domingo, 30 de octubre de 2011

Debut #41 // A mí no hace falta que me cambies el plato #19: Dominant Legs

Según los tratados de Geometría: «Todas las figuras idénticas son iguales; sin embargo, no todas las figuras iguales son idénticas». Se ve que es una máxima perfectamente aplicable a esta época de devoción por lo retro y la vuelta a patrones explotados ya hace tiempo. Y el debut de Dominant Legs puede servir para ilustrarlo.

Además, haber escuchado estos días su álbum de debut, Invitation (Lefse, 2011), coincide con una conversación que mantuvieron Gog y un amigo no hace mucho en la que curiosamente se mencionó al hoy muy olvidado grupo ochentero Haircut 100.

Y es que Ryan Lynch y Hannah Hunt forman la base de esta nueva banda de San Francisco que parece estar de fiesta permanente en una isla tropical con ese pop con desparrame de riffs saltarines de guitarra y cajas de ritmo a lo Orange Juice y, sobre todo, Aztec Camera y Haircut 100. Es más, el parecido de Lynch con Roddy Frame o Nick Heyward es un caso clónico.

Pese a un par de momentos (cortes 6 y 8) copados por los sintetizadores y que suenan como si aún nos encontramos en plenos ochenta más comerciales, Invitation se deja escuchar y degustar, aún mucho más si tienes la suerte de desconocer todos estos antecedentes musicales que Gog ha dispuesto con su pedantería habitual. El tema inicial y el single molón «Hoop for Love» prometen mucho disfrute. Tanto el estribillo de ese tema, que insiste en la idea de que el amor les da hambre, como el vídeo que le han preparado están en consonancia con la frutícola portada. (Respecto al vídeo, Gog no comprende qué es eso de partir un kiwi a lo largo; está de moda hacerlo con las sandías y le pone de los nervios: los melones, longitudinalmente, y las sandías, tranversalmente, de toda la vida.)

Dominant Legs - Hoop of Love from Video Exclusives // Playground on Vimeo.

Y ya que estamos, recordemos a Haircut 100:

miércoles, 28 de septiembre de 2011

El arte del calzador #20 // El porqué de mis peinados #12: Fionn Regan

A Gog le cae bien la gente que cuando regala algo, lo hace pensando que ese regalo concreto le gustará a esa persona concreta. A Gog le cae bien la gente que cuando recomienda algo, lo hace con frases del tipo: «Lee este libro porque creo que a ti te va a gustar mucho». Es ese «a ti» el que marca la diferencia, porque significa que alguien está pensando en tu forma de ser y no en la suya propia (convendremos en que no es lo mismo «Léete esto, que a mí me ha gustado mucho»). El caso es que hace unos días, una amiga le insistió a Gog en que escuchara 100 Acres of Sycamore (Heavenly, 2011), de un tal Fionn Regan, porque pensaba que a él podría gustarle, así que este se puso a ello ipsofactamente.

Los primeros acordes de chelo que suenan son un preludio de lo que le espera al oyente: una obra triste y bonita. Es un disco con poesía en las letras y delicadeza en la música. Intimista, cultivado con el mimo de un horticultor a base de penumbra y goteo. Aquí la guitarra se acaricia, no se rasga; las teclas del piano se rozan, no se pulsan; el arco del violín se desliza, no se frota. La voz se mece suavemente entre todos esos instrumentos, como una mano que acaricie las espigas de un trigal. Y de esa misma voz brotan palabras que evocan paraísos perdidos y emociones telúricas. Ay el dolor que desata esa voz cuando clama «I’m a man, I’m a man with a child’s heart».

El uso de vocabulario que hace Regan en sus letras es abrumador, por su variedad y su pericia para encajarlo. Pruébese simplemente con ese sycamore (‘sicomoro o sicómoro’ en español) intentando no hacer el ridículo: «How can you hear the door on one hundred acres of sycamores?»

¿Y quién es ese tal Fionn Regan, con nombre que recuerda a campiña irlandesa y apellido a… en fin, y apellido, y con tendencia a ponerle retos a su peluquero? Vaya por delante que Gog no tenía noticia de este cantautor, así que la tarea se hacía más intrigante. Cuentan las fuentes consultadas que se trata de un irlandés de treinta años, que lleva ya tres discos publicados y está muy bien considerado en Gran Bretaña.

La verde Irlanda ha vuelto a dar otro de sus lirios.



sábado, 28 de mayo de 2011

Todo el mundo quiere a PJ Harvey #7

Resulta que pulula la leyenda de que la chica que protagoniza el vídeo de «Strange Little Girl», de The Stranglers, era PJ Harvey de jovencérrima. Lo recoge la revista Mojo en su último número (211, junio), en una sección llamada Ask Fred; en ella se intentan resolver las dudas cuasiexistenciales que plantean los lectores. La respuesta al lector que inquería por la veracidad de si es PJ la chica del vídeo, la respuesta es tajante:

«A check with the various band members had The Stranglers's bassist Jean-Jacques Burnel recalling that the on-screen actress was just someone whom video director Lindsey Clennel encountered in Chelsea's King's Road. The girl, who was spanish, got the part because she agreed to get her hair cut in the video. JJ can't recall her name but she certainly wasn't P.J. Harvey or even a professional model. Apparently, the hordes of punk extras who were featured on the film were all recruited via adverts on Capital Radio.»




¿Española? Pues entonces por aquí podríamos decir que era Ana Curra.

PJ Harvey toca hoy en el Primavera Sound y su nombre tiene la tipografía más grande de todo el cartel como la megaestrella en que se ha convertido.

lunes, 14 de marzo de 2011

El porqué de mis peinados #10: New York Dolls

La sola mención del nombre de esta legendaria banda remite a aquellos tiempos pretéritos del glam rock y protopunk de los años 70, pero echando un vistazo a su discografía se cae en la cuenta de que realmente han grabado más material en el siglo XXI que en aquella época. En 1973 se presentaron con un álbum homónimo y al año siguiente Too Much Too Soon... y eso fue todo hasta su reunión de 2004. Desde entonces, dos discos en directo y tres de estudio, incluido el reciente Dancing Backward In High Heels.

¿Y qué se puede esperar de los New York Dolls, de un disco de los New York Dolls, en 2011? Pues por increíble que parezca, pop, incluso casi se diría que puro pop. Hay algún que otro ejercicio de estilo de r&r demasiado clasicote y se nota muy avejentada la voz de David Johansen, y cierto también que tampoco hubiera pasado nada si no lo hubieran publicado, pero la verdad es que les ha quedado una cosa bastante digna y ahí quedan para mover el trasero «Streetcake» y «Talk To Me Baby».

Si hay algún nostálgico con ganas de ver sus patas de gallo y sus pelucones, vienen de gira muy próximamente.

lunes, 20 de diciembre de 2010

El porqué de mis peinados #9: Rowland S. Howard

Esta entrada llega tarde. Poco importa, porque a Rowland S. Howard, lamentablemente, todo le llegó siempre tarde. No le sacó partido a la ola eufórica y salvaje de The Birthday Party, donde tocaba su afilada guitarra junto a Nick Cave y Mick Harvey, que sí supieron aprovecharse del momento. Condenado a vivir en el filo, sus adicciones y su querencia por la derrota le impidieron hacerse notar con sus subsiguientes proyectos musicales: Crime & The City Solution y These Inmorttal Souls. Y cuando consigue grabar su mejor álbum, dos meses después de publicarse va y se muere (30/dic./2009).

Estamos hablando del magnético Pop Crimes (Liberation Music, 2009; en España en 2010, ya póstumo), con su estilo atormentado y terminal marca de la casa, ritmos repetitivos, siempre comandados por un bajo espeso, consistente, retumbante, que hace desfilar el tema a cámara lenta como si se estuviera celebrando una marcha fúnebre (impresionante J. P. Shilo), entrecortada por guitarras anavajadas. Y todo queda envuelto en una niebla atemporal; escuchando este disco da igual el ayer o el hoy.

Incluye dos versiones —«Life's What You Make It», de Talk Talk, y «Nothin» de Townes Van Zandt—, tan vampirizadas que parecen composiciones propias.

jueves, 11 de noviembre de 2010

...Y ellos se juntan #27 // El arte de la versión #21

El título del tema no puede ser más de La Cura: «Not in Love». Pero no es de la banda de Robert Smith, sino que se trata de la versión de un grupo canadiense ochentero llamado Platinum Blonde que han hecho ahora los también canadienses Crystal Castles para su segundo disco, pero que en vez de cantar como es habitual la locatis de Alice Glass, a la que tanto le gusta rebozarse entre el público, la canta la parte masculina del dúo, Ethan Kath, y que han elegido como segundo single, pero regrabada para la ocasión con la voz de Robert Smith. Algo así como la versión de una versión (¿reversión?).

viernes, 22 de octubre de 2010

Plataneces #14 // ...Y ellos se juntan #25 // El porqué de mis peinados #7: Kelis

Kelis lleva un año muy galáctico y eso, que para algo es una estrella. Así que el estilismo y lo que anda haciendo es todo muy marciano.

Después de su reciente Flesh Tone (Interscope, 2010), se ha unido al pinchadiscos italiano Benny Benassi, al productor Jean Baptiste y a uno de los Black Eyed Peas para grabar un tema de ítalo-disco títulado, sí, muy bien, lo habéis adivinado, «Spaceship».

Gog tiene la ligera impresión —es un lince para estos detalles— de que Kelis era mucho más natural antes y que no usaba tanto barroquismo de galaxias. Pero, vamos, que cada uno se viste (o lo contrario) como le sale de la gana.