domingo, 24 de septiembre de 2023

Cine #162: Kill (Romain Gary, 1971)


Romain Gary
, lituano de nacimiento, francés de adopción, hombre de mundo o del mundo en general, fue siempre un escritor de éxito. Sin embargo, cuando se trasladaron algunas de sus novelas a versión cinematográfica no hubo tanta suerte. Y mira que la dirección y el reparto estuvieron en manos de reputados cineastas: Peter Ustinov, con Sophia Loren y Paul Newman en Lady L.; John Huston, con Juliette Greco y Errol Flynn en Las raíces del cielo; o Samuel Fuller con Perro blanco. Y así hasta una docena de títulos. El propio Gary, polifacético como era, se metió a director; fueron un par de rodajes los que dirigió, que llegaron aún mucho menos lejos que las citadas. La primera película que rodó fue en 1968, Les oiseaux vont mourir au Pérou. Tres años después se estrenó Kill, que es posible ver hoy en Filmin. 

¡Qué curiosa esta Kill! Arrebatada rareza, imperdible para todo degustador del séptimo arte, porque es un festín cinematográfico. Rodada entre España (Almería y La Manga), Túnez y Afganistán, tiene una rica parte visual (impresionantes tomas de ciudades de adobe en medio del desierto) y notables escenas de acción (una alucinada persecución de motos y coche). Cierto que los actores protagonistas —Jean Seberg, James Mason y Stephen Boyd— están un poco tiesos y de cartón piedra, pero el trío transmite esa relación insidiosa, oscura y turbia que vivió el matrimonio Gary-Seberg. De hecho, hay frases en el guión en las que se entrevé la relación entre ambos, incluso hay guiños y referencias a sus vidas. No puede interpretarse de otra forma cuando en una escena se ve a Seberg disfrazada una enorme peluca negra tipo afro. Y es que la protagonista de À bout de souffle se había sentido atraída por el movimiento de los Panteras Negras, con quienes tuvo una intensa relación, hasta el punto de que la explotaron sin piedad, económica y sexualmente. Uno de sus líderes, llamado Hakim Abdullah Jamal musulmanamente al cambiarse su norteamericano Alan Donaldson, casado con una prima de Malcom X y con seis hijos, la hizo su amante y la maltrató psicológicamente durante años. 




















Llama la atención, también a modo de autorreferencia, el primer plano de un hombre en un zoco con un manojo de serpientes en cada mano y en la boca, exhibiéndolas; quizá encontrarse con ese personaje real le cautivó hasta el punto de escribir y publicar muy poco después la historia de un hombre solitario que vive en París con una serpiente pitón (Mimos). 

Tiene, además, diálogos dignos de ser memorizados, como «El mundo fue salvado hace dos mil años y mira cómo está» o el que cierra la película, que debería figurar en los anales de los grandes finales de la historia del cine:

«—No los puedes matar a todos, Brad. 
—Tampoco busco la perfección.»

La película es todo un euro-spy giallesco contra el imperio de la droga, una fantasía de Serie B con un delirante final: todos los muertos que ha habido durante la película aparecen saltando en una cama elástica, ensangrentados, como zombies. Y para goce final, tiene una maravillosa banda sonora, compuesta por Berto Pisano y Jacques Chaumont, cuyo tema principal está interpretado por Doris Troy


Y aquí su versión instrumental: 



Nota: Por suerte, pese a ser un escritor poco comentado, es posible encontrar un buen puñado de títulos en nuestro mercado editorial. La editorial Galaxia-Gutenberg en particular ha aportado varios de ellos. Y ojalá algún día haya traducción de la completa biografía de Gary que trazó Myriam Anissimov, Romain Gary, le caméleon (Denoël, 2004).

domingo, 13 de agosto de 2023

Qué se sabe de los belgas #38: portadas con el Atomiun

 

The Bay Big Band – Swingin' High [Omega Disk, 1958]



Benny Goodman And His Orchestra – Benny In Brussels Volume 1 [1958]



Blaine L. Reininger – Brussels/USA The Best Of Blaine L. Reininger [Les Disques Du Crépuscule, 1994]


The Caulfields – L [A&M, 1997]



Chico Y Chica – No Me Preguntes La Hora [Austrohúngaro, 2000]



Various ‎– Atomium 3003 [Bungalow, 2000]


Various ‎– Fantastic Voyage - New Sounds For The European Canon 1977-1981 [Ace, 2024]

sábado, 11 de febrero de 2023

Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #37: Public Image Ltd.

Los Sex Pistols fueron necesarios. Alteraron su contexto social, lo zarandearon, lo perturbaron, lo incomodaron, lo despertaron. Fue el poder del arte aplicado a una situación social, económica y política podrida (he ahí el verdadero 'rotten') para espabilar conciencias. Y eso no lo puede decir la mayor parte de bandas que han existido. 




Si se tienen en cuenta criterios estrictamente musicales, Public Image Ltd., la banda que formó después Rotten, ya como John Lydon, tuvo (o tiene, que para algo sigue en activo)— muchísimo más valor. Y de nuevo resultó ser un precursor, esta vez con el post-punk, ya desde 1978 con su primer álbum, en el que, entre otras cosas, atizaba a la Iglesia con su saña habitual: 

Fat pig priest 
Sanctimonious smiles 
He takes the money 
You take the lies 

El nombre artístico lo tomó del título de la novela The Public Image (1968) de la escritora escocesa Muriel Spark. Y es que la percepción de la imagen pública que tienen los demás de ti ha sido algo en lo que Lydon, tan expuesto siempre a ella, ha reflexionado mucho.

Desde entonces no ha dejado de surgir y de resurgir; además, con hitos muy logrados: 

> Metal Box (1979), su segundo disco, un rodillo sónico que enlató para vender 
> Flowers of Romance (1981), en el que la imagen de la portada (la imagen, siempre la imagen) no tiene nada que ver con la aspereza y experimentación que contienen los surcos. 
> «This Is Not A Love Song» (1984), lo más cercano a un pelotazo pop que ha tenido. 
> La fabulosa «Rise» al año siguiente, nerviosa y trepidante: 

I could be wrong 
I could be right 

> Y al menos un par de discos más potentes: That What Is Not (1991), con portada que no deja indiferente, y This Is PIL (2012), lo mejor que lleva hecho en el nuevo siglo. 

Hace unos días, provocador nato, atizador formidable, incansable agitador, ha intentado representar a Irlanda en el festival de Eurovisión. No ha sido elegido finalmente. Es una canción de amor, muy sentida pero, la verdad, poco conseguida. No obstante, una lástima, porque habría sido algo digno de verse, o al menos realmente divertido, un giro más de su imagen pública.

 

sábado, 28 de enero de 2023

Sales en mi canción #103: Tom Verlaine y Television

Nada nuevo es contar que Thomas Miller adoptó el nombre artístico de Tom Verlaine en honor del poeta francés Paul Verlaine. El mismo Tom fue un poeta tocando la guitarra, con ese rasgueo lírico con el que conseguía sacar el alma del instrumento. No ha habido una guitarra eléctrica tan lírica y expresiva como la suya. 

Siguiendo con los nombres, tras empezar las andanzas musicales como The Neon Boys junto a Billy Ficca y Richard Hell, no mucho después, cuando se les unió Richard Lloyd, pasaron a llamarse como les recordará siempre la historia. Verlaine siempre ejerció de líder y compositor principal del grupo, al que tenía por propio y más que propio. No sería de extrañar que pasar a llamarse Television no fuera secretamente una artimaña suya, pues las iniciales de su nombre coinciden con las siglas internacionales del televisor: TV. 

Nada en su obra, ya sea como Television o como Tom Verlaine en solitario, alcanza la excelencia de Marquee Moon (1977). Es un disco emocionante, que es de los mejores apelativos que puede recibir cualquier obra artística. En casa suena muy a menudo, pero de forma regular lo hace también alguno de sus discos en solitario, sobre todo Cover (1984), que fue el que más me marcó. Y fue así no porque lo considere mejor que su obra suma, sino porque su publicación coincidió con mi tiempo y «Let's Go To Mansion», «O Foolish Heart» y, principalmente, «Swin» me arañaron por siempre. Descubrir Marquee Moon y admirarlo vino luego. 


Las muestras de respeto de ayer por su fallecimiento dejan ver cuánto influyó en otros músicos. Alguno llegó a bautizarse como The Verlaines en su honor. Otros le dedicaron canciones o lo mencionaron en sus letras. Valgan de ejemplo las cinco que siguen a continuación. 

> Family Cat: Tom Verlaine, que fue como se tituló su primer single (Bad Girl, 1989) 

April the 7th, 1979 
Didn’t we breakfast together? 
We celebrated my seventeenth 
And heard Tom Verlaine together 

> The Go-Betweens: Sang About Angels, en The Friends of Rachel Worth (Clearspot, 2000). ¡Hacen rimar Cobain con Verlaine! 

When she sang about a boy 
Kurt Cobain 
I thought what a shame 
it wasn't about Tom Verlaine 

> Alvvays: Tom Verlaine, de su reciente Blue Rev (Polyvinyl, 2022) 

You were my Tom Verlaine 
Just sitting on the hood 

> Tom Tom Club: Downtown Rockers (Earmusic, 2012), en la que citan toda una ristra de bandas cuya influencia fue determinante para ellos. 

> Una Sonrisa Terrible: Lecturas recomendadas, desde Valencia acordándose de ellos un grupo que mereció más.

domingo, 9 de octubre de 2022

Parecidos razonables #34

El retrato de Brian Eno, capturado por Shigeo Anzai en 1980, sintetiza los dos fotogramas siguientes, los del actor Ted Levine encarnando al villanísimo de El silencio de los corderos




En la segunda instantánea, se ve a Levine con el pelucón que se planta en la legendaria escena en la que se trasviste mientras suena «Goodbye Horses» de Q Lazzarus, alias artístico de Diane Luckey


La canción, que se convirtió en un éxito imperecedero a partir de entonces, ya había sonado tres años antes en otra película de Jonathan Demme, la simpática comedia Casada con todos. Luckey, muy amiga de Demme, interpretó en 1993 una versión de «Heaven», de Talking Heads, en Philadelfia. Y nada más se supo de ella. Siempre se le deberá la hipnótica interpretación de un tema muchas veces versioneado después sin ninguna trascendencia y que el director tan buen partido sacó en la angustiosa escena de una película también imperecedera. 

Por conjeturar, de haberse rodado hoy día, algún tema The XX habría encajado muy bien. Y si Demme no hubiese dado con Q Lazzarus entonces, podría haber funcionado en su lugar algo de Brian Eno, «Baby’s On Fire» o «Backwater», por ejemplo.

domingo, 24 de abril de 2022

Ovejas negras #21

Salvador Dalí y Fernando Alfaro guardan en común esa querencia suya por vivir fuera del rebaño. Y que el manchego se fijara y de alguna manera se viera reflejado en el catalán resulta de lo más natural. 

En el Museo Ludwig, en Colonia, puedes toparte con el impresionante “La estación de Perpignan” (1965) de Dalí. Es una obra llena de simbolismo, todo el que cabe en sus magnas dimensiones. La pared en la que cuelga se ve sobrecogida por el peso físico y metafísico. El visitante, abrumado, se sienta ante él para extasiarse y poder tomar un respiro ante la epifanía que lo contempla. Porque uno parece ser mirado por el cuadro y no al revés, como es costumbre:



Sobreimpresionado al fondo se ve la figura del Cristo crucificado con una corona de espinas. A los lados, más perfilados, hay personajes reconocibles del cuadro ”Angelus", de Jean-Francois Millet. En el centro, cómo no, la figura del propio Dalí, que con los brazos y las piernas extendidas parece estar en caída libre absorbido por la luz.

Este motivo central es el que nos lleva de vuelta a Fernado Alfaro, que lo retoma para la portada de La vida es extraña y rara (Marxophone, 2011), según la ilustración de Pedro Herraiz.

 

Además, el tema que lo abre, "Extintor de infiernos", contiene un buen número de referencias religiosas simbólicas y surrealistas (la identificación ángel/huevo) que probablemente hubieran sido del gusto del pintor:

sábado, 23 de abril de 2022

Arquitectura y moralidad #12 / Sagas #12

La casa Tassel, construida por Victor Horta en 1893, fue la obra, puro Art Nouveau, que rompió la disposición clásica de las habitaciones en las oscuras residencias de Bruselas y la primera síntesis mundial del Modernismo. 


Se encuentra en la calle Paul Emile Janson, 6. Aunque hay un cartel que la señala y explica, y una placa en el suelo que anuncia que es patrimonio de la UNESCO, no puede visitarse ni parece que tenga gran actividad. 


Una foto del famoso hall con la escalera que asciende, sinuosa y moderna, sirvió para la portada del primer álbum de Mazzy StarShe Hangs Brightly (Capitol, 1990). 


David Roback
, su cabeza pensante, había empezado mucho antes en Rain Parade. Tras el primer álbum y la gira de rigor, dejó la banda para unirse a la bajista de Dream Syndicate, Kendra Smith. Formaron la banda llamada Clay Allison en 1983, pero un año después le cambiaron el nombre por el de Opal. En 1987 fue Smith quien abandonó. Es entonces sustituida por Hope Sandoval y se inicia Mazzy Star.

De ese álbum inicial, "Ghost Highway" es el tema más potente, o al menos el más enérgico, lo cual no podría ser de otra forma estando construido sobre el riff del "Really Got Me" de The Kinks:

 

domingo, 27 de marzo de 2022

Cameos musicales #69: Doble cuerpo

A Brian de Palma le habría gustado ser Alfred Hitchcock —bueno, y a cuántos otros cineastas no. La ochentera Doble cuerpo es probablemente una de las principales pruebas de la afirmación inicial. Es como asistir a La ventana indiscreta con mucho erotismo. El voyeurismo de la cinta llega hasta tal punto obsesivo que uno se pregunta si no será el propio De Palma el primer voyeur, si no fue todo un montaje para sacar al mirón que llevaba dentro. 

Desde el punto de vista cinematográfico, quizá de lo más interesante sea el tratamiento del mundo del cine y su ambiente desde dentro, o sea, el cine dentro del cine. En una de las escenas donde se representa un rodaje de una película porno, aparece Holly Johnson interpretando «Relax». Frankie Goes To Hollywood. Claro, si es que ya sólo el nombre cuadra, porque mira que es angelina la película de De Palma. Hay un sinnúmero de pelis neoyorquinas, pero existen las de Los Angeles.


Johnson lo petó en 1984 con su megahit. Tal fue el revuelo y la propagación que ese mismo año hizo las maletas y se presentó en Hollywood para ponerse a las órdenes de De Palma, que olfateó rápidamente dónde podía sacar partido al escándalo.

sábado, 4 de diciembre de 2021

Cameos musicales #68: Petulia

Petulia
(1968) es una peli un tanto fallida de Richard Lester. El raro casting te tiene con el ceño fruncido, pero es cierto que la pareja protagonista 
parece funcionar por extraño que parezca imaginarlos juntos. La historia resulta algo incomprensible, sin profundidad ni emoción. Eso sí, la cámara está absolutamente hechizada por la belleza de Julie Christie

Y por aquel San Francisco de finales de los sesenta, andaban Grateful Dead y la Janis Joplin de los Big Brother & The Holding Company. Ambas bandas tienen una breve aparición actuando en directo. Los primeros tocan en una fiesta privada, en el arranque de la película, que son las escenas de mayor interés narrativo, con dos planos escénicos aparentemente diferentes que acaban uniéndose:


 

 

Ette aquí #70: The Ordettes

Se llamaron The Blue Belles durante un breve periodo de tiempo. Fue la fusión de dos en uno. Por un lado, Patti LaBelle y Cindy Birdsong, integrantes de The Ordettes, de las que no hay constancia de grabaciones; por otro, Nona Hendryx y Sarah Dash (fallecida hace un par de meses), ambas ex integrantes de The Del Capris

Cuando Birdsong dejó el grupo para sustituir a Florence Ballard en The Supremes, el trío restante cambió el nombre del grupo por el de LaBelle, transformándose en divas disco-funk futuristas, en que la Dash y Hendrix hacían las harmonías para la portentosa voz de Patti LaBelle. "Lady Marmelade" desgastó un gran número de suelas en las discotecas de la época.


Curioso que Dash se sitúe en el centro, en vez de LaBelle; Hendryx a la izquierda. Pese al evidente peso vocal de LaBelle, se mantenían en línea.

 

domingo, 26 de septiembre de 2021

Cameos musicales #67: Por fin es viernes (Thanks God It's Friday)

Denostada y elogiada en una guerra entre un ejército de furibundos odiadores y otro de defensores a ultranza, la música disco no dejó rastro de indiferencia a su paso por la historia de la música. Se hizo una pira con sus discos en un estadio de béisbol de Chicago pero se vendieron millones de ellos por todo el mundo. El caso es que la música disco tuvo un periodo de esplendor que agitó a su modo la cultura de una época y fue un ingrediente musical básico para mezclarse poco después muy bastardamente con movimientos como el hip hop y la música electrónica. 


Pronto hubo sabuesos que olfatearon el negocio y detectaron su importancia. Empresarios, sellos discográficos, productores, artistas, diseñadores, etc., se apiñaron a su alrededor para sacarle rendimiento. Un ejemplo es la película Por fin es viernes (Thanks God It’s Friday, 1978), cinta producida a medias por Casablanca y Motown: la primera puso a su estrella Donna Summer y la segunda, a The Commodores

La película tiene más interés histórico que valor cinematográfico. Eso sí, obtuvo el Oscar a la mejor canción, en pugna aquel año con Grease. Es una película coral que describe, muy superficialmente, la vida de un grupo de jóvenes disc-jokeys, músicos, cantantes, fanáticos del baile y toda una variada fauna nocturna durante varias horas de un viernes por la noche en una discoteca de Hollywood. Entre los actores, unos jovencérrimos Jeff Goldblum y Debra Winger, y una carismática Terri Nunn todavía adolescente. Años después Nunn fue la vocalista del grupo Berlin, que ganó a su vez el Oscar a la mejor canción con “Take My Breath Away”, compuesta, como no, por Giorgio Moroder para la banda sonora de Top Gun (1986). 

Donna Summer, además de cantar en un momento de la noche la famosa canción, tuvo un papel como actriz. Lo de The Commodores se ajusta más al cameo. Durante su interpretación de "Too Hot to Trot" se celebra un concurso de baile.

De Summer puede encontrarse la escena: 

  

No de la The Commodores, que aún contaba con Lionel Richie en la banda, pero sirva esta otra para hacerse una idea: 

domingo, 20 de junio de 2021

Sales en mi canción #102: sobre ABBA

La A con la B y la B con la A, ABBA. Antes de que empezara la globalización tal y como la entendemos hoy día, hubo un pegamento de origen sueco que uniformó el gusto musical del mundo. Porque, no nos engañemos, no hay nadie que no se haya echado un baile con algún tema suyo, o haya tarareado uno de sus infalibles estribillos, o no conozca alguna de aquellas impecables tonadas. No tendrás discos suyos, pero no te cayeron mal nunca. Hicieron magia.

> Trembling Blue Stars - ABBA On The Jukebox (1996). Indies de manual —una de las muchas bandas por donde ha pasado Beth Arty—, desprendían en sus discos un aire entre melancólico y ensoñador, con querencia a regodearse en el sentimentalismo y la tristura, de esa gente que parece que sólo es feliz en la pena, o que en la lluvia encuentra el éxtasis su estado de ánimo:

Abba on the jukebox at Par Sands 

Y llueve.


> Los Fresones Rebeldes - Algo hay (1999). Otra banda indie al uso, esta de Barcelona y muy representativa de la década de los noventa por aquí. Sus rimas no están en el podio de las más brillantes de aquel pop naíf: 

Hay una canción sonando, / Me da igual "Chiquitita" o "Fernando" / Y eso que a mí ABBA / No me gustan nada 


> Las Escarlatinas - Dormir o morir (2008). Cavilaciones existenciales sobre lo que es hacerse mayor, pero anima como un rayo de sol. Al parecer era una adaptación de “Clear Skies” de la banda coreana Misty

Meteré esos discos de ABBA en el desván 

Tuturutú Tuturutú tuturu 



> Hot Chip: Night & Day (2012). Ritmos sintéticos para un bailoteo frenético, con las pulsaciones disparadas en la pista de baile. El párrafo de esta canción en el que se menciona a la banda sueca lo declama el actor Terence Stamp:

I don't got no Abba 
I don't play no Gabba 
I like Zapp not Zappa 


> The Goon Sax - Sweaty Hands (2016). El trío australiano haciendo de las suyas. La reconfortante batería, el rasgueo amistoso de la guitarra y la cálida voz de Foster que canta: 

Walk past an apartment and hear ABBA

domingo, 13 de junio de 2021

Gastan gafas #86


He ahí tres discos de la década de los 70 que me fascinan y que siempre los he tenido asociados mentalmente de una manera inconsciente, tanto por lo musical como por la figura de ellos: El Mirage de Jimmy Webb, Schmilsson de Harry Nilsson y Nobody’s Fool de Dan Penn. 

Fueron tres lobos solitarios más conocidos por su trabajo para otros —componiendo o produciendo—, que por su propia obra, pero con esos enormes discos grabados a su nombre. Son 3 discos aparentemente sencillos y a la vez muy ricos en matices, orquestados con delicadeza y gusto, llenos de emoción. 

Al ponerme hoy una vez más el de Nilsson y releer los créditos, caigo en que Webb colaboró en él tocando el piano en “Jump Into The Fire”. Me pregunto entonces si  comparten algún nexo Penn y Webb. Investigo un poco y resulta que un tal Scott Walker reunió una composición de cada uno de ellos en su álbum Stretch (1973). 



Su portada me lleva ipsofactamente a las de otros tres ilustres gafotas a los que también tengo en un altar:



 

sábado, 29 de mayo de 2021

Cameos musicales #66: Scream And Scream Again

Ver encabezando el reparto de una cinta de terror a Vincent Price y Christopher Lee pica la curiosidad de cualquier degustador cinéfilo. La realidad es que Scream And Scream Again (G. Hessler, 1970) —aquí La carrera de la muerte, víctima del maltrato traductor— se queda en una poco interesante serie B, con u
nos Price y Lee muy menores, que no son tan protas como se anuncia.

La historia es una mezcolanza entre Frankenstein y el mito del superhombre, como un engendro nacido entre Mary Shelley y Friedrich Nietzsche. Añádasele un asesino en serie con ínfulas de vampiro y un tanque de ácido. Pero las escenas de acción resultan infantiles y alguna da algo de vergüenza ajena. Lo mejor de toda la cinta es la elipsis que une el grito de una mujer a la que van a cortarle un dedo con unas tenazas y el inicio de la actuación del grupo Amen Corner en una discoteca del más puro swinging London

En el montaje del vídeo que podemos encontrar no está esa elipsis, pero podemos ver ese ambiente londinense y a la banda en acción:


Amen Corner eran originalmente de Cardiff. Su rhythm and blues psicodélico tuvo cierto reconocimiento popular en la década de los sesenta. "Scream And Scream Again", el tema que interpreta la banda galesa en la escena de la discoteca, se compuso para la peli ex profeso. Su vocalista y guitarrista Andy Fairweather Low tuvo luego carrera en solitario e hizo de músico acompañante de gente como Eric Clapton, George Harrison o Roger Waters. Por su parte, Dennis Bryon, el batería, estuvo con los Bee Gees durante la segunda mitad de los setenta; hasta escribió luego una autobiografía de aquella época junto al trío de hermanos.