Mostrando entradas con la etiqueta Ciencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ciencia. Mostrar todas las entradas

sábado, 30 de diciembre de 2017

Preparados para un solo de órgano #40: Os Pontas

 
Van Os Pontas armados con viejos instrumentos analógicos de fabricación brasileña y un buen manojo de pedales y válvulas, adentrándose por la selva al son de un garaje instrumental primitivo. Las guitarras reverberan, el órgano convoca a su alrededor espíritus enloquecidos, y la percusión trae a veces ecos de antiguos nativos. 

Y sabor añejo ya desde la propia portada de Fuzz Jangle (Groovie Records, 2016).


martes, 5 de enero de 2016

5 sobre... #36: ciencias

El último premio Nobel español en Ciencias fue Severo Ochoa, alumno de aventajado de Ramón y Cajal, allá por 1959. Desde entonces no se ha vuelto a lograr la gesta. Según el último informe PISA, España ocupa más allá de la trigésima plaza en matemáticas y en ciencias de entre 44 países. Afortunadamente, de vez en cuando aparecen noticias de los avances que consiguen algunos científicos españoles, muchos afincados en el extranjero. Vayan aquí un puñado de canciones en honor de todos ellos.

> Parade - Nickel chromo
El níquel es un elemento químico de número atómico 28; el cromo, 24. Ambos metales juntos se usan para conseguir una aleación llamada nicromo, resistente a la corrosión y de gran resistividad, lo cual la convierte en un material idóneo para compuestos electrónicos. El tema retrata un escenario postapocalíptico en el que las bandas han escrito en las paredes: "Nikel Chromo manda". Según explica el propio Antonio Galvañ, la sinapsis electrónica entre esos dos componentes alude a un cerebro artificial cobrando conciencia de sí mismo. Algo así como un poco Terminator todo.


> Hidrogenesse - Dígito binario duduso
Ballesteros y Segarra, con esa capacidad suya para percibir el futuro y anticiparse, rescataron la figura del Alan Turing antes de que lo hiciera a lo grande el cine hollywoodiense con The Imitation Game (2014). Dos minutos y medio de bits que recrean la neurosis y la obsesión digital que consumieron al matemático, entre otras cosas.


> Antonio y Carmen - La tristeza de ser electrón
Los hijos de Rocío Dúrcal y Junior. A los niños les pusieron toda la maquinaria de una multi a su servicio, pero las composiones que hicieron para ellos están muy lejos de un pop infantil. La idea, se supone, iba dirigida a un público menor de edad, pero el resultado fue un pop atemporal que cualquiera puede disfrutar. Parade, por cierto, la versioneó.

Qué triste vivir en una nube 
El electrón se aburre por definición



> Nacha Pop - Una décima de segundo
Uno de los grandes temas de los Vega. Aquí equiparan una relación sentimental con la geometría. Aparentemente triste, sin embargo desprende una euforia reconfortante cuando sube de tono. Canción sin estribillo propiamente dicho pero de estrofas memorables.

Y es que no hya nada mejor que imaginar,
la física es un placer. 
Es que no hay nada mejor que formular, 
escuchar y oír a la vez. 
Mide el ángulo formado por ti y por mí.
(...)
Somos coordenadas de un par. 
Incógnita que aún falta por despejar.  



> Alicia Granados - No soy un guarismo
Por imposible que parezca, la voz hecha y desgarrada que canta esta autoafirmación personal en modo yeyé era la de una niña de trece años, que un año antes había ganado el festival de Benidorm, por delante del Dúo Dinámico

viernes, 2 de mayo de 2014

Sales en mi canción #78

En el after-punk australiano de los años ochenta brillaron los oscuros y un punto góticos The Church, aún en activo como las leyendas vivas que son en su país (al parecer, están preparando nuevo material pero sin el guitarrista Marty Wilson-Piper). Su debut data de 1981; su último álbum publicado hasta ahora se titula como el número que este hacía en su discografía: Untitled #23 (2009). En medio de ambos, allá por 1996, Magician Among The Spirits, que se abría dando la bienvenida de una manera muy peculiar. «Welcome» —de acuerdo, el título no es muy original— es uno de esos trenzados atmosféricos tan de The Church, sostenido por una estructura sinuosa que avanza, retrocede y vuelve a avanzar. La guitarra del estribillo es memorable. 

La letra es una retahíla de ocho estrofas copadas de nombres de artistas variopintos y personajes de todo tipo —de Camus a Magilla Gorilla, pasando por la dominatrix Madame Lash o el científico Alexander Bell— a quienes en la última estrofa The Church señalan como las estrellas que iluminan sus vidas. La letra también participa de esa estructura particular. Se divide en dos partes, separadas por un enrevesado interludio instrumental. En la primera, el estribillo aparece después de cada dos estrofas; en la segunda, el estribillo se incorpora después de cada línea. Y de coda, esa estrofa final aludida. Pinchando en este enlace puede leerse la fenomenal ristra de nombres al completo. Nosotros aquí destacaremos aquellos pertenecientes al mundo de la música: 

Leon Redbone, Cilla White, Johnny Thunders, Brian Wilson, Harry Belafonte, Richard Hell, Johnny Halliday, Johnny Cash, Tiny Tim (fallecido precisamente en 1996), Milli Vanilli y Andy Kim.

martes, 29 de abril de 2014

La banda sonora de un libro #17: Limbo, de Agustín Fernández Mallo

Como es habitual en la gente que no sabe cocinar, 
preparó pasta. 


Agustín Fernández Mallo es un alquimista capaz de amalgamar como pocos las ciencias con las letras. Sus novelas suelen ser una miscelánea de saberes científicos y cultura popular entremezclados con la acción, que a veces se torna secundaria. Abundan las divagaciones mentales, sobre todo las que nacen de una observación científica de la realidad: AFM repara con su mirada en aspectos de la realidad que sorprenden al lector porque nunca se nos había ocurrido pensar sobre algo así; y nos lo vierte a través de esos personajes suyos llenos de soledad —o permanentemente acompañados de soledad—, unos como desiertos humanos. Por su carácter divulgativo, a veces parece que estemos leyendo un ejemplar refinado del Muy Interesante; incluso hay fotos, gráficos, ilustraciones, mapas, etc., en sus libros. Limbo (Alfaguara, 2014) retoma tales parámetros. Aquí narra tres historias aparentemente paralelas que de alguna manera confluirán al final en una especie de caleidoscopio global. 

Y como siempre hasta ahora en la obra del autor, debería venderse junto a un cedé que recopilara una muestra de todos los músicos que aparecen mencionados en sus páginas. En esta ocasión, sólo se señala expresamente el tema de The Boomtown Rats; de The Magnetic Fields, Sting y Wilco se hace referencia a unos álbumes en concreto, y de ellos ha escogido Gog los temas. Del resto de músicos únicamente se menciona el nombre. Así pues, a excepción de «I Don’t Like Mondays», todos los temas son libre elección de Gog. La secuenciación sigue escrupulosamente el orden de aparición en el libro. 


Para que no quedara una lista de reproducción excesivamente larga, en la selección se ha obviado la ristra de nombres que figuran en el cartel de un imaginado Benicàssim Chino:


viernes, 17 de septiembre de 2010

Ovejas negras #17: el infierno tan temido

El siguiente texto está corriendo a toda mecha por la red. Lo alienta la leyenda de que se trata de la respuesta de un alumno a un examen de química en la universidad. Gog no se lo cree. Pero tampoco importa quién sea su autor y dónde lo escribiera, lo importante es que, simplemente, se trata de un valioso ejercicio de alta literatura.

Pregunta: ¿Es el infierno exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo absorbe)?

Respuesta:

En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa total del Infierno varía con el tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas en el Infierno y a qué ritmo salen. Tengo sin embargo entendido que, una vez dentro del Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se producen salidas. En cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las diferentes religiones: la mayoría de ellas declaran que si no perteneces a ellas, irás al Infierno. Dado que hay más de una religión que así se expresa y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas las almas van al Infierno.

Con las tasas de nacimientos y muertes existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de forma exponencial.

Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno: según la Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan estables, el volumen debe expandirse en proporción a la entrada de almas. Hay dos posibilidades:

1. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que éste se desintegre.

2. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se congele.

¿Qué posibilidad es la verdadera? Si aceptamos lo que me dijo Ana en mi primer año de carrera (‘hará frío en el Infierno antes de que me acueste contigo’), y teniendo en cuenta que me acosté con ella ayer noche, la posibilidad número 2 es la verdadera y por tanto daremos como cierto que el Infierno es exotérmico y que ya está congelado. El corolario de esta teoría es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más almas y está, por tanto, extinguido; dejando al Cielo como única prueba de la existencia de un ser divino, lo que explica por qué, anoche, Ana no paraba de gritar ‘¡Oh, Dios mío! ‘.

lunes, 15 de febrero de 2010

Húngaros #10: Tamas Kothay


Ya iba siendo hora. Y ha tenido que ser un veterinario húngaro, Tamas Kothay, el que por fin creara una prótesis para el pico de las cigüeñas sin pico.

Si eres cigüeña, estás leyendo esto y no puedes darle al pico, estás de enhorabuena. Ve volando al hospital de Pájaros de Hortobagy, en Hungría, que allí te tomarán medidas.

sábado, 24 de octubre de 2009

Que jamás me bese Helen Marnie si miento #5: tiene tela


Se ha descubierto en África la araña gigante que teje las telas más grandes: más de 15 cm de bicho tejiendo más de 1 m de tela.

También le llamaría la atención la noticia de este descubrimiento a gente relacionada de alguna forma con los arácnidos, como Juan José Arreola (recuérdese su sobrecogedor cuento «La migala»), David Bowie y sus Spiders From Mars o el pobre Al Hedison convertido en mosca y fatalmente atrapado en una tela de araña.

jueves, 6 de agosto de 2009

Gastan gafas #6



Las gafas del huraño, enigmático, misántropo, a veces irascible y beautiful freak Mark Everett, simplemente E, o Eels en lo musical. Tipo raro raro.

Es hijo de otro enigmático, el físico teórico Hugh Everet III, ya fallecido, quien ha pasado a la Historia por ser el que postulara la teoría de los Universos Paralelos.



Ha vuelto reencarnado en el hombre lobo. Y de nuevo alguna canción memorable, como «Beginner's Luck».

Recuérdese lo grandes que fueron Beautiful Freak (1996) y Daisies Of The Galaxy (2000).

Como última curiosidad, la letra de «That’s not really funny» (2001) habla sobre un tipo que la tiene pequeña. Everett afirmó en su día de haber sido el primero en componer una canción sobre este tema. Claro que eso es mucho afirmar, salvo que se refiera sólo a canciones escritas en inglés, porque, hagamos justicia, aquí ya teníamos a Javier Krahe con su «Un burdo rumor» (No sé tus escalas, por lo tanto eres muy dueña / de ir por ahí diciendo que la tengo muy pequeña. Etc.).

sábado, 25 de julio de 2009

5 sobre... #1: la luna

Con eso de que se cumplen 40 años desde que el hombre pisó la Luna, los periódicos, y los medios de comunicación en general, han conseguido fácilmente material para rellenar el noticiero estival. Por ejemplo, en un artículo titulado «Cuando la musa es la Luna», se repasa por encima algunos hitos culturales inspirados por la Luna (literatura, cine y música, principalmente).

Por completarlo sólo un poco, se podría añadir lo que sigue.

En cine

No podemos olvidar la mítica imagen de E.T. volando en bicicleta con la luna al fondo.



O la secuencia de una nube que atraviesa la luna en paralelo al ojo cortado con una navaja de Un perro andaluz.



En literatura

En general, los poetas suelen contemplarla a menudo, son peritos en luna, como dijera Miguel Hernández.

Y ahí están el Lunario sentimental del poeta Leopoldo Lugones, o el romance que le dedicó Francisco de Quevedo:

porque ya en mí reverberan /
los rayos del sol inmenso. /
Y aunque me miráis tan niña, /
soy más antigua que el tiempo


También están las decenas de greguerías que Gómez de la Serna le dedicó al satélite:

¿Qué está haciendo en realidad la luna? La luna está tomando el sol.

En cómic

El humorista Mordillo se fijó mucho en la Luna para alguno de sus geniales chistes.









Incluso nuestros mejores agentes secretos viajaron hasta ella:



En música

Nombres de banda: los Luna de Dean Wareham y el de los ochenteros patrios.


También mirando a los cielos teníamos a los bilbaínos Cancer Moon y a los leoneses Jupiter Moon, aunque esta era otra luna.

Y no nos olvidemos de Moon Martin.

Ni de que Michael Jackson inventó el moonwalking.

De los discos, el citado en el artículo de Pink Floyd es un clásico que viene rápidamente a la memoria. A Gog le gustan además estos: Marquee Moon (Television, 1977), Full Moon Fever (Tom Petty, 1989), Me & the Monkey On The Moon (Felt, 1989), Yellow Moon (The Neville Brothers, 1989), Harvest Moon (Neil Young, 1992), The Moon & Antarctica (Modest Mouse, 2000), Rock It To The Moon (Electrelane, 2001), Waiting For the Moon (Tindersticks, 2003). (¿Qué pasó en 1989, es que hubo algún eclipse lunar y todos quedaron alunados?) Hay otro bien famoso — Pink Moon (Nick Drake, 1972)—, pero Gog no es un entusiasta suyo.










En cuanto a las canciones, de las propuestas en el artículo, sin duda las de REM, Ramones, The Police y Frank Sinatra podrían estar en una selección de fa-gog-ritos. Sin contar, pues, con esas, otras cinco que escogería Gog son:

1. Paul Weller: «Moon In Your Pyjamas». Maravillosa nana que deberían enseñar todos los padres a sus hijos.



2. Louis Armstrong: «Moon River». Qué triste y estremecedora.



3. Echo & The Bunnymen: «The Killing Moon». Los Echo como nunca.



4. !!!: «Must Be The Moon». La luna en las pistas de baile.



5. Television: «Marquee Moon». Diez minutos de poesía hecha con guitarras eléctricas.

martes, 10 de marzo de 2009

Que jamás me bese Helen Marnie si miento #4: el chimpacé Santino

«Santino, chimpancé de un zoo, planifica sus ataques contra los visitantes. Recoge piedras, las pule y las guarda. Eso demuestra que los simios hacen planes de futuro.»

Con los efluvios del año darwiniano aún en el aire, si Darwin levantara la cabeza y leyera la noticia, asentiría satisfecho y con la media sonrisa de un «lo ven ustedes».

The Kinks lo veían así:

lunes, 4 de agosto de 2008

Plataneces #2

Hace pocos días Gog se acordó aquí del grupo español Darwin sin saber que este año se anda celebrando el 150º aniversario de la aparición de El origen de las especies, ese bofetón de la Ciencia a la fe. El amenísimo divulgador científico Javier Sampedro lo explicó ayer así:

La idea es ésta: todo ser vivo tiene una gran capacidad de reproducción —produce copias de sí mismo con leves variaciones—, pero en un mundo de recursos escasos sólo algunas copias sobreviven lo bastante como para reproducirse a su vez: aquéllas con unas variantes más ventajosas en ese entorno particular.
Si las condiciones del entorno se mantienen durante cientos de generaciones, las variantes ventajosas colonizarán toda la población. Visto desde fuera, la especie habrá evolucionado hacia una forma mejor adaptada a ese entorno. La operación continua de este proceso durante millones de años genera unos dispositivos biológicos exquisitamente adaptados a su entorno: como si un relojero los hubiera diseñado para funcionar allí. Esto es la selección natural, el mecanismo evolutivo descubierto por Darwin.


La línea «produce copias de sí mismo con leves variaciones» le calienta la cabeza a Gog. ¿Y si ocurriera lo mismo con los cedés haciendo una copia de una copia de una copia, etc.? ¿Y si cuando se llegue, por ejemplo, a la copia 55 mil millones del disco blanco de los Beatles se produce una primera leve variación de tal forma que si se continuase el proceso de copiado aparecería una segunda, y así sucesivamente, y el disco ya no fuera exactamente el mismo que el original, sino otro muy parecido pero con algún detalle nuevo, como la permutación de varias notas?

Eso no puede ser, atajará alguien ipsofactamente; la información digital que contiene un cedé se trata de un sistema binario compuesto por 0 y 1, una codificación de bits invariable.

De acuerdo, ¿pero y si? ¿Y si al cabo de miles de millones de miles de millones de copias «Helter Skelter» va sufriendo imperceptibles variantes hasta acabar grabada al revés y su reverso entonces fuera la lectura de hoy?