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viernes, 13 de mayo de 2016

La influencia del centeno en la cultura popular #28 // Cosas de hermanos #79: Airport Girl

Los aeropuertos y los aviones son espacios cerrados con mínimas opciones de distracción y están colmados de tiempo muerto, lo cual los convierte en lugares idóneos para la lectura. Aunque hoy día los objetos tecnológicos están copando el antiguo paisaje de lomos y portadas, no hay aeropuerto en que aún no se vendan libros y revistas. Suponemos que en el de Nottingham, patria chica de Airport Girl, sucederá lo mismo. 

Airport Girl es (o era) el combo de los hermanos Rob y Sean Price, pero el número de miembros oscila entre 6 y 8 en ocasiones, así que viajar juntos les saldrá siempre por un pico. En algún aeropuerto debieron de toparse con la chica que inspiró el nombre a la banda. Su breve obra discográfica está publicada en dos de los sellos más exquisitos a la hora de hablar de indie pop: Matinée —Honey, I’m an Artist (2001)— y Fortuna Pop —Slow Light (2007)—. En medio de ambos discos, grabaron un single para el sello Where It's at Is Where You Are (más conocido como WIAIWYA): el 7" Salinger Wrote / Emmaweg House (2004). 


La cara A narra una historia de amor indie entre chico y chica en la que el nombre JD Salinger pone una nota intelectual. Musicalmente, es una montaña rusa; en los tres minutos que dura, les da tiempo a desarrollar subidas y bajadas, acelerones y frenazos, remansos y acumulaciones, una sucesión de rasgueos delicados frente a muro de guitarras. 

La cara B es bien diferente. Se trata de un tema instrumental envuelto en una leve atmósfera reggae y comandado por una melódica, que podría sonar en cualquier tenderete del mercado de Portobello. 


Este single resultó un puente de transición entre el pop naíf de sus comienzos y el pop más barroco de una historia que a la postre no parece que vaya a tener continuación.

sábado, 4 de julio de 2015

La banda sonora de un libro #18: Todavía no me quieres, de Jonathan Lethem

Algunas obras literarias menores desprenden cierto encanto innegable. Sería el caso de la novelita de Jonathan Lethem titulada Todavía no me quieres (Mondadori, 2008). Claro que todo es relativo, principalmente porque hay libros que se saborean más o menos dependiendo de la edad del lector. El impacto no es igual si se leen El guardián entre el centeno de adulto y La Regenta de adolescente que al revés. Así pues, puede que para un joven de entre 18 y 20 años, que además esté montando una banda de música independiente, la lectura de la novela de Lethem podría causarle el mismo efecto que si hubiera leído Hamlet o El Quijote. Superada esa determinada franja de edad, se queda en un entretenimiento, a veces encantador, pero otras, no tan ameno. 

Es la historia de cuatro amigos que deciden montar un grupo. Todas las historias que tratan de cómo unos chavales deciden formar una banda y las querencias y fricciones que se derivan son prácticamente iguales, llámense The Movies o Axolotes Mexicanos, por ejemplo. No hay forma de resultar muy original con esto. Lethem no es la excepción, aunque se nota que intenta escaparse de lugares comunes, sin duda, pero el fondo de la cuestión lleva repitiéndose décadas y así seguirá siendo. 

Pese a lo que pueda parecer, no hay un chorreo de nombres y referencias metamusicales en la novela. Lethem lo hace premeditadamente, quizá para no ahuyentar a un público no versado en el tema. Y de las que se vierten, se hace tan de puntillas que Gog había decidido no reunirlas a modo de banda sonora del libro. Sin embargo, dos apuntes han resultado fundamentales para convencer a Gog de lo contrario: una cita con una alusión musical imprescindible —«En el equipo sonaba una cinta que Lucinda había escuchado cientos de veces, una mezcla de grupos de Australia y Nueva Zelanda»— y, sobre todo, la mención del álbum We Are Not Men: We Are Devo

Lamentablemente, no se especifica alguna de esas bandas de nuestras antípodas, excepto a The Verlaines en otro pasaje de la obra, así que obviando esta cuestión, una posible banda sonora del libro sería, en orden de aparición, la siguiente: 



El título del libro, según ha explicado el propio Lethem, está inspirado en dos canciones homónimas, de Roky Erikson y The Vulgar Boatmen. Las otras canciones referidas explícitamente a lo largo de la novela son las de Black Sabbath, The Clash, The Soft Boys, The Verlaines y las dos de The Rolling Stones. El resto son elección de Gog, con la salvedad de que la de Devo pertenece al álbum citado.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Sales en mi canción #84 // La influencia del centeno en la cultura popular #26: We Didn't Start The Fire, de Billy Joel

Agonizaba la década de los ochenta a la par que declinaba la carrera de Billy Joel. En realidad los ochenta no fueron una mala década para él, y desde luego obtuvo éxito comercial masivo con alguno de esos álbumes. Si la década anterior le había contemplado como un sensible cantautor al piano, en la siguiente se desató con un keyboard pop sobredimensionado y un rock de estadio que se acopló perfectamente a la radio fórmula y al gusto del Grammy. Podría decirse que desde 1980 se pasó persiguiendo su «All For Leyna». El intrascendente hasta el sopor Storm Front (1989) contenía un ramalazo en ese sentido: «We Didn’t Start The Fire». La letra contiene toda una ristra de personajes y hechos históricos clave, principalmente del siglo XX y desde una perspectiva muy estadounidense. Actores, políticos, deportistas, escritores —por ejemplo, cita directamente The Catcher in the Rye—, lugares, sucesos, músicos… Respecto a estos últimos, se oyen los nombres de Chubby Checker, Bob Dylan, Elvis Presley, Buddy Holly, Liberace y Johnny Ray

martes, 27 de mayo de 2014

Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #27 // La influencia del centeno en la cultura popular #25: Franny & Zooey

Los estereotipos son esos árboles que a menudo no nos permiten ver el bosque. Si en cuestiones musicales nos diera por pensar en la República Dominicana, es prácticamente imposible que lo primero que nos venga a la cabeza sea una banda afín al pop de los sesenta y al indie de los ochenta y no el sonido de la bachata o Juan Luis Guerra. El dúo formado por Julio Peña y Victoria Linares andan desde 2012 intentando abrir un claro, y parece que van por buen camino. 

En general, sus influencias culturales también pasan por el mundo anglosajón. Veneran al escritor J.D. Salinger, y de su libro Franny & Zooey han tomado el nombre artístico. Es más, el título de su primer EP, Bananafish (Dufflecoat Records, 2013), también hace referencia a otro relato del escritor norteamericano, "Un día perfecto para el pez plátano". Además, la mayor parte de las letras de Franny & Zooey están en inglés; y citan a los Temptations: I woke up today to the sound of The Temptations es la línea con la que empieza "Fool of Myself". Alternan algún tema cantado en español que funciona muy bien: 


Mientras preparan material de inminente aparición, en su bandcamp puede escucharse y descargarse algunos temas.
 

sábado, 31 de agosto de 2013

La influencia del centeno en la cultura popular #24: Bandits of the Acoustic Revolution

Botar: 1. Dicho de una pelota o de un balón: Saltar al chocar contra una superficie dura. 2. Dicho de una persona: Saltar desde el suelo. 

BOTAR: Dicho de un grupo de música de EEUU, también conocido como Bandits of the Acoustic Revolution, cuyos veinte miembros mezclaban ska, punk, música clásica y folclore del este europeo. 


Ese jaleo como cíngaro y peleón que montaban BOTAR lo comandaba Tomas Kalnoky, compositor del único EP que dejaron grabado —A Call To Arms (Pentimento Music, 2001)—, que contenía, y he aquí el punto que nos interesa, el tema «Here’s To Life», repleto de referencias a Salinger y el protagonista de su mítica novela: 

Holden Caulfield is a friend of mine, we go drinking from time to time, and I find it gets harder every time. 
[…] 
Hey there Salinger, what did you do? Just when the world was looking to you to write anything that meant anything, you told us you were through. And it’s been years since you passed away, but I see no plaque, and I see no grave and I can’t help believing that you wanted it that way. 

Se ve que Kalnoky era chico cultivado, pues en ese mismo tema se cita a Camus, Hemingway, Van Gogh y Kurt Cobain. Este último hace que BOTAR compartan una curiosa coincidencia con alguien tan alejada musicalmente de ellos como Tirana, que en «Kurt» también es capaz de llevar de la mano a Cobain con Holden Cautfield. Tal vez es una identificación tan fácil como lógica.

martes, 16 de julio de 2013

La influencia del centeno en la cultura popular #23: Tirana


Piano, melódica, otros cachivaches y la voz de Olivia, ex Gúdar, que da el salto en solitario como Tirana, de momento sólo en formato digital. Minimalismo y mundo propio.

«Kurt» es el segundo tema del EP Vas a morir. Y como Tirana tiene el buen criterio de colgar las letras en su bandcamp, comprobamos que ha leído El guardián entre el centeno y que le pasa con la gente como a Holden: 

Puede que tengas razón 
y el problema sea yo,
que me pasa lo que [a] Holden con la gente. 

Y ese Kurt del título no es otro que el líder de Nirvana

Puede que tengas razón 
y el problema sea yo, 
que me pasa lo que [a] Kurt Cobain con la gente.

jueves, 25 de abril de 2013

La influencia del centeno en la cultura popular #22


El (cargante) personaje interpretado por Tom Cruise en Jerry McGuire (1996) es un atiburonado representante de deportistas de élite, que dispuesto a cambiar las reglas del negocio, escribe un decálogo ético que, asegura, seguirá personalmente desde ese instante. Hace copias y las encuaderna. «Incluso le puse una portada como la de El guardián entre el centeno», dice al 1’30’’ del arranque de la película.

domingo, 9 de diciembre de 2012

La influencia del centeno en la cultura popular #21

Camisetas, chapas, mandiles, tazas, corbatas... toda una variedad de productos inspirados en la familia Caulfield:





Resulta imposible imaginarse a Salinger, tan correoso él, comprándose algo relacionado con el merchandising de cualquier tipo; sin embargo, igual a Gog no le sentaría del todo mal meterse en uno de esos mandiles.

lunes, 5 de noviembre de 2012

La influencia del centeno en la cultura popular #20 // Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #16

Caulfield, Holden Caulfield. De los Caufield de toda la vida. De la costa este de toda la vida. Si El guardián entre el centeno es un mito literario en EEUU, aún lo es más en estados como Vermont, New Hampshire, Massachusetts o Connecticut. De por allí eran dos bandas musicalmente diferentes pero que compartieron idéntica inspiración para bautizarse en lo artístico: The Caulfields y The Caulfields! Un simple signo de exclamación los distingue.   

Todo lo que puede decirse del trío bostoniano The Caulfields! es que su álbum We Hope You Brought your Rock Shoes (2009) es un ejercicio de punk rock a piñón fijo a lo Green Day (curiosamente, sonido de la costa oeste).   

  
Por su parte, el cuarteto de Vermont dejó dos discos: Whirligig (A&M, 1995) y L (A&M, 1997); al segundo le engalanaron la portada con una foto del Atomium de Bruselas. En la información que puede rastrearse sobre The Caulfields, aparecen, perennes, las mismas influencias musicales —Elvis Costello y Joe Jackson—; escuchados entonces para dejar rascada la curiosidad, se comprende muy bien el significado de la expresión «a años luz». Uno de sus temas más conocidos fue Devil’s Diary.

miércoles, 22 de febrero de 2012

La influencia del centeno en la cultura popular #19 // Debut #49: Azure Blue

Foto de una playaza. ¿Disco desde California sun? No. Desde Suecia. Es decir, sol porque allí debe de echarse de menos el sol. Y es que en The Catcher In The Rye —la referencia no puede ser más explícita— late permanentemente la impresión de que se anhela lo que no se tiene, de un aire ensoñador y de un querer aferrarse a una época pasada que nunca le hubiera gustado abandonar a Tobias Isaksson, que es quien se ocupa de Azure Blue y de este su debut (Matinèe, 2011). El single que lo presenta se titula igual que el álbum, pero Gog prefiere saborear la exultante pieza de pop electrónico, como sólo los suecos saben hacerlo, de «Dreamy Eyes».

  Dreamy Eyes - Azure Blue

miércoles, 15 de junio de 2011

Ette aquí #27 // Debut #36: Le Butcherettes

Eloy Fernández Porta, en su sugerente ensayo Afterpop (Berenice, 2007), considera que una de las distinciones entre cultura pop y alta cultura se funda en presupuestos asociados a los nombres, en concreto a su sonoridad y a su resonancia antes que a su significado. Si se menciona a Rilke, entonces alta cultura; si el referido es Henry Miller, cultura de masas, cultura pop.

Le Butcherettes practican la estética gore en sus conciertos y en sus letras aparece el nombre de Miller, pero también los de Rousseau, Tolstoi, Salinger, Fitzgerald y Leibniz. ¿Cultura pop ilustrada? Shakespeare tiene dramas con más escabechinas violentas y rojizas que todas las pelis de Tarantino.

Lo de la sangre, los filetes y las cabezas de cerdo sobre el escenario, ese rollo gore mentado hace un instante, se acompaña de escobas, mandiles y otros aperos domésticos que la mejicana Teresa SuárezTeri Gender Fender para el artisteo— relaciona con la esclavitud de la mujer relegada a las tareas de casa. Batalladora la chica.

Y es que, aunque trío, Le Butcherettes en realidad es su proyecto personal. Al principio ayudaba Auryn Jolene tocando la batería. Cuando Teri se asentó en Los Ángeles, puso al mando de los tambores a Gabe Serbian, que aunque no tiene un rostro totalmente desconocido, suele preferir ocultarlo, y buscaron un bajista.

Rock pétreo y aguerrido, batería contundente, guitarrazos poderosos y teclados chirriantes. Una sinfonía eléctrica donde el rock recupera su condición de válvula de escape para la rabia acumulada, el hilo musical por el que vomitar el malestar y la furia de la razón pura. Teri Gender es intensa y reivindica su derecho a estar segura de sí misma.

The Kills, The Dead Weather, Yeah Yeah Yeahs y la PJ Harvey más áspera revolotean por detrás. Como una Courtney Love pero con la cabeza amueblada y alguna lectura. (Es curioso, todas estas referencias le han salido a Gog del tirón atendiendo sólo al plano musical, pero casualmente acaba de darse cuenta de que en todos ellos hay delante una mujer de armas tomar.)

Sin Sin Sin (Rodríguez-López Productions, 2011) es la puesta de largo, producida por el guitarrista de Mars Volta para su propio sello discográfico.


01. Tonight
02. New York
03. Henry Don’t Got Love
04. Leibniz Language
05. Bang!
06. All You See in Me is Death
07. I’m Getting Sick Of You
08. Riko’s Smooth Talking Mother
09. The Actress That Ate Rousseau
10. Tainted in Sin
11. Dress Off
12. Empty Dimes
13. Mr. Tolstoi

domingo, 10 de abril de 2011

La influencia del centeno en la cultura popular #17 // En serie #6

La segunda temporada de la serie Gilmore Girls estaba cuajada de referencias a Salinger y su obra.

> En el capítulo 8, la protagonista le dice al malote del pueblo: «Si quieres ser como Holden Cautfield, tú mismo, pero eso es una mierda.» (El subtitulado del fotograma es pésimo.)

> En el capítulo 15 se alude al relato «Fanny & Zooey».

> Y en el capítulo 16, el siguiente diálogo:

— Pensaba hacer de ermitaña esta noche.
— ¿Por qué?
— No sé. A J.D. Salinger parece encantarle.

martes, 22 de marzo de 2011

La influencia del centeno en la cultura popular #16

J.D. Salinger pasó un semestre estudiando en Ursinus College (Pensylvania) en 1938. Al hacerse famoso y pasar a convertirse en ilustre antiguo alumno, las mentes pensantes de esa universidad idearon todo tipo de propuestas para captar clientes sacando provecho de la providencia: cursos específicos sobre la figura del escritor, festivales literarios... Escasísimos reultados. Hasta que un profesor de literatura parió en 2006 la ocurrencia de ofrecer una beca anual a un estudiante de primer curso —la "J.D. Salinger Scholarship.”— , con el goloseo de que durante ese tiempo el afortunado se aloje en la mismísima habitación del campus en que se hospedara el legendario escritor.

Pero andan en pleitos porque los representantes de Salinger, aquel celoso e imponente guardián de su vida privada o de cualquier cosa que oliera levemente a él, se niegan a que se explote así su nombre. Así pues, la universidad ha cambiado la denominación de la beca por la de “Not the J. D. Salinger Scholarship” .

[Gracias a Óscar por el soplo.]

miércoles, 10 de noviembre de 2010

La influencia del centeno en la cultura popular #15

La pequeña discográfica Holden Caulfield Universal era filial de Polydor. En ella Orange Juice publicaron su segundo disco, Rit it Up (1982), y un single y su maxi:



two hearts together / hokoyo
holden caulfield universal - polydor
posp 470 - 7 inch single
1982

No hay mucha más información sobre el catálogo de este subsello de nombre sallingeriano.

jueves, 27 de mayo de 2010

Dime qué lees y te diré cómo se llama tu banda #7 // La influencia del centeno en la cultura popular #14 // Sales en mi canción #16: The Divine Comedy

Neil Hannon, —dandy, culto, atildado, más inglés que el té— lo dejó muy claro cuando formó su banda: «Hey, nos llamaremos The Divine Comedy». Así pues, literariamente nada que explicar. Sólo cabe añadir que todo apunta a que se ha leído otro libro, pues la fantástica «Gin Soaked Boy» contiene la línea:

I'm the catcher in the rye

Su mezcla artística de Scott Walker, Morrissey y la ELO (como ya lo ha clavado alguien antes) vuelve este año con Bang Goes The Knighthood, que lleva un tema que debería triunfar en todos los i-pods piscineros este verano: «At the Indie Disco».



Llena de nombres propios o referencias a canciones muy conocidas, todo muy indie, claro:

Under the poster of Morrissey with a bunch of flowers
We drink and talk about stupid stuff
Then hit the floor for Tainted love [Soft Cell]
You know I just can’t get enough [Depeche Mode]
(…)
Give us some Pixies and some [Stone] Roses and some Valentines
Give us some Blur, and some Cure, and some Wannadies
(…)
She makes my heart beat the same way
As at the start of Blue Monday [New Order]

sábado, 17 de abril de 2010

La influencia del centeno en la cultura popular #13

Alvy Singer (Woody Allen), mientras reparte peras con Annie Hall (Diane Keaton) tras su separación, le pregunta:

—¿De quién es este ejemplar de El guardián entre el centeno?
—Supongo que mío. Mira si lleva mi firma.
—¡Todos llevan tu firma! Como sabías que llegaría este momento firmaste todos los libros.

(Minutaje del fotograma: 1 h 15 min, aprox.)

viernes, 19 de marzo de 2010

La influencia del centeno en la cultura popular #11 // Maneras de morir #7

Es el caso más famoso, pero no sólo Mark D. Chapman llevaba encima El guardián entre el centeno cuando apretó el gatillo asesino de John Lennon en 1980.

Otro par de chalados, Robert John Bardo y John Hinckley Jr., tenían el libro en el momento cumbre de sus vidas.

El primero cuando se cargó en 1989 a la actriz Rebecca Schaffer, de la cual era un fan obseso. (Brad Silberling, pareja de la actriz en el momento de la tragedia, utilizó un punto de partida parecido al que él mismo entonces vivió para escribir y dirigir El compromiso, en 2002, con Dustin Hoffman y Susan Sarandon.)

El segundo sólo se quedó en el intento, y no consiguió matar a Ronald Reagan en 1981; pero ¿consiguió, como pretendía, impresionar a Jodie Foster?


Como se ve, en los años ochenta hubo más modas que las de los peinados voluminosos, los sintetizadores y las hombreras. ¿Qué libro se llevaría hoy a un asesinato? Hoy se asesinaría un eBook en el bolsillo.

domingo, 21 de febrero de 2010

La influencia del centeno en la cultura popular #10

El japonés Haruki Murakami en Norwegian Wood (2005), traducida aquí con extraña pericia como Tokio blues:

«Al lado de la caja registradora hay apilados cuadernos, bolígrafos y lápices. Nada más que eso. No encontrarás Guerra y paz, ni Sei-teki Ningen, ni tampoco El guardián entre el centeno. Así es la librería Kobayashi.» (págs. 88-89)

Y de nuevo más adelante:

«Hablas de una manera un poco extraña —replicó—. No estarás imitando al personaje de El guardián entre el centeno, ¿verdad?» (pág. 139)

miércoles, 27 de enero de 2010

La influencia del centeno en la cultura popular #9

Pero, ¡quién dice que los raperos no leen! Fuera tópicos; algunos compositores de rap han leído uno, al menos.

Si se tararean estas líneas a ritmo de hip hop haciendo hincapié en la rima, se puede pasar un buen rato.

Beastie Boys en «Shadrach»:

Got more stories than J. D. got Salinger,
I hold the title and you are the challenger.

Aesop Rock en «Save Yourself»:

Naw man it wasn't me, it was Holden Caulfield, brother
I just read and pulled the trigger.

Jedi Mind Tricks en «Trinity»:

The one who's seated, on the throne within in a forcefield
You'll get tossed and feel lost like Holden Caulfield
Raw deal...

A estos se conoce que les gustó mucho, porque repitieron en «Put Em In The Grave»:

I'm like Mark David Chapman with a Salinger book
Stalk my enemy and let the fuckin' silencer cook

Everlast en «So Long»:

So with a tear in his eye,
he's gonna catch 'em in the rye.


Canibus en «Box Cutter Blade Runner»:

Have you ever read a book called 'The Catcher in the Rye'?
It so happens I'm looking for a copy I could buy.