The Donkeys han descubierto el pop y la psicodelia; o al menos, si no se trata de un descubrimiento per se, de lo que sí se trata es de que ahora han incorporado estos elementos a esa línea de sus dos primeros discos que iba a través de los parajes sonoros a lo Creedence y The Band.
Hay un ciento de detalles en Born With Stripes (Dead Oceans, 2011) que merecen la atención. Ese auuuuu de los coros en el primer tema secundando un punteo de guitarra feliz:
Hay un ciento de detalles en Born With Stripes (Dead Oceans, 2011) que merecen la atención. Ese auuuuu de los coros en el primer tema secundando un punteo de guitarra feliz:
The Donkeys - Dont Know
O ese otro riff felicísimo que baña el siguiente corte («I Like The Way You Walk»), tema que si lo hubieran firmado unos tal Wilco el mundillo musical que tanto los ensalza estaría con la baba caída. La pandereta de «Bloodhound». «Born With Stripes» suena a unos The Faces redivivos; aquí con un solo de guitarra exaltado y un teclado vacilón sosteniendo la melodía. En «Kaleidoscope» aparecen los primeros síntomas de psicodelia, desatados definitivamente en el último corte de la cara A –«West Coast Raga»– y en el que cierra el álbum –«East Coast Raga»–, ambos con su bien de sitar y doce cuerdas. E idénticos patrones disfrutables en la cara B, con otra enorme canción incrustada en medio («Oxblood»), o la preciosa «Valerie», en la que parecen Ray Davies cantando con The Eagles.
La portada del álbum tal vez no es demasiado afortunada. Estos cuatro chicos de San Diego no son cool, ni atienden a patrones moderniquis. No les mueve otra cosa que hacer música disfrutando ellos mismos. Son unos clásicos. Tocan con exquisitez y sapiencia. Es su tercer y más afortunado intento. Y el mundo no se enterará.
La portada del álbum tal vez no es demasiado afortunada. Estos cuatro chicos de San Diego no son cool, ni atienden a patrones moderniquis. No les mueve otra cosa que hacer música disfrutando ellos mismos. Son unos clásicos. Tocan con exquisitez y sapiencia. Es su tercer y más afortunado intento. Y el mundo no se enterará.
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