Lamento que andes metida en un tornado (p. 33).
Está el boxeo y están los diferentes tipos de peinados.
Bowlcut ('pelocasco'), Bunn ('moño'), Bangs ('flequillo') son apellidos de algunas de las chicas que aparecen mencionadas en la novelita epistolar del músico estadounidense Bill Callahan, Cartas a Emma Bowlcut (Alpha Decay, 2011).
Y sí, el arte de sacudirse sopapos con unos guantes que no dejan enhebrar una aguja es el otro hilo conductor que se estira a lo largo de las 62 breves epístolas que el protagonista, un científico a la deriva personal, le envía a la mencionada Emma, de la que se ha enamorado en una fiesta pero a la que no es capaz de hablar.
Tampoco el lector oirá hablar a Emma en estas misivas. Es únicamente la voz del protagonista desgranando sus deseos y frustraciones; poco a poco lo vemos liberarse de sus demonios, de su soledad, tratando una vez más de no volver a caer en la acostumbrada derrota. Y Bill Callahan tejiendo el conjunto con un estilo a la vez frío pero profundamente sentido. No siempre consigue encandilar y a veces se hace complicado sumergirse en ese mundo extraño o extrañado, tan personal, del autor. Por esta vez, con el intento le vale.
Bowlcut ('pelocasco'), Bunn ('moño'), Bangs ('flequillo') son apellidos de algunas de las chicas que aparecen mencionadas en la novelita epistolar del músico estadounidense Bill Callahan, Cartas a Emma Bowlcut (Alpha Decay, 2011).
Y sí, el arte de sacudirse sopapos con unos guantes que no dejan enhebrar una aguja es el otro hilo conductor que se estira a lo largo de las 62 breves epístolas que el protagonista, un científico a la deriva personal, le envía a la mencionada Emma, de la que se ha enamorado en una fiesta pero a la que no es capaz de hablar.
Tampoco el lector oirá hablar a Emma en estas misivas. Es únicamente la voz del protagonista desgranando sus deseos y frustraciones; poco a poco lo vemos liberarse de sus demonios, de su soledad, tratando una vez más de no volver a caer en la acostumbrada derrota. Y Bill Callahan tejiendo el conjunto con un estilo a la vez frío pero profundamente sentido. No siempre consigue encandilar y a veces se hace complicado sumergirse en ese mundo extraño o extrañado, tan personal, del autor. Por esta vez, con el intento le vale.
2 comentarios:
Mola. O eso parece...ca
A ratos, como Pilatos.
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