—¿Cómo se mide una obra de arte, esa que es única, que aporta algo diferente, que es capaz de trascender?
—Guau, Gog, profundo estás.
—Será el calor, que me profundiza, o que la escucha de Swing Lo Magellan, de los Dirty Projectors, me ha vuelto del revés.
Primero, la portada. A Gog le encantaría haber asistido a la conversación en medio de un bosque de la América profunda entre un par de músicos underground y ese paisano orondo, con llaverón al cinto cual san Pedro agrario. La indumentaria de ellos avisa de que quizá refresca; parece el final del invierno o los días iniciales de la primavera. Al fondo hay aparcada una furgoneta azul celeste.
En lo musical, vaya por delante que Gog nunca ha sido un degustador de los seis discos anteriores de esta banda indie de Brooklyn. Así que si se ha decantado por catalogar como obra de arte este álbum no es únicamente porque muestra la particular visión de un artista, esa siempre la ha desarrollado a lo largo de ellos el exalumno de Yale Dave Longstreth, sino que todos esos juegos rítmicos, su particular sentido armónico, las melodías inesperadas, las canciones redondas que huyen de lo obvio en sus armonías y arreglos que ha compuesto en esta ocasión son emocionantes; hay una dulzura especial en toda esa extraña musicalidad. Swing Lo Magellan (Domino, 2012) es un disco espiritual, algo así como góspel indie.
En lo musical, vaya por delante que Gog nunca ha sido un degustador de los seis discos anteriores de esta banda indie de Brooklyn. Así que si se ha decantado por catalogar como obra de arte este álbum no es únicamente porque muestra la particular visión de un artista, esa siempre la ha desarrollado a lo largo de ellos el exalumno de Yale Dave Longstreth, sino que todos esos juegos rítmicos, su particular sentido armónico, las melodías inesperadas, las canciones redondas que huyen de lo obvio en sus armonías y arreglos que ha compuesto en esta ocasión son emocionantes; hay una dulzura especial en toda esa extraña musicalidad. Swing Lo Magellan (Domino, 2012) es un disco espiritual, algo así como góspel indie.
Todo lo ha compuesto y producido el mentado geniecillo, a cuya voz acompaña las de las dos chicas de la banda, Amber Coffman y Haley Dekle. Y letras a la altura de las circunstancias:
With our song we are outlaws
With our songs we're alone
But without songs we're lost
And life is pointless, harsh, and long
In my heart there is music
In my mind is a song
But in my eyes a world crooked, fucked up, and wrong
Sing all day
Record and play
Drums and bass
And a guitar
Will there be peace in the world?
Or will violence always own the truth?
There's a bird singin' at my window
And it's singin' an irresponsible tune
An irresponsible tune
An irresponsible tune
Swing Lo Magellan es un álbum para escuchar de principio a fin muy absortamente. A Gog le arrebató tanto desde la primera escucha, que salió directamente de casa no a comprar discos, ni siquiera a ver discos, sino a por el disco; y para sí tiene que difícilmente otro álbum pueda llevarse la honorífica medalla de oro de lo mejor del año.
Como a Gog le consta que por aquí suele asomarse algún admirador de Björk —la cantante islandesa, no el tenista—, quede reseñado que Dirty Projectors llevaban tres años sin sacar álbum propio y que lo último que habían grabado fue un disco conjunto con la nórdica: Mount Wittenberg Orca (National Geographic Society Oceans Project, 2011).
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