Seguro que no es infrecuente encontrarse a Eugene McGuinness paseando junto a su amigo Miles Kane por Carnaby Street. Atildado, dandy, cara fina, frente despejada, repeinado, McGuinness tiene un aire que recuerda a Marc Almond. Incluso en lo musical: «Joshua» no desentonaría en el cancionero del cantante de Soft Cell. Y el resto de temas de The Invitation To The Voyage (Domino, 2012) anda muy próximo a la tradición ochentera. Hasta la forma de titular los temas recuerda a entonces: «Videogame», «Japanese Cars», «Harlequinade»…
Que haya estado detrás de la mesa de grabación Clive Langer ha ayudado a que este tercer álbum del londinense suene brillante y seguro, y tenga ese toque de pop rock neoochentero. Está lleno de canciones para tararear y bailar despreocupadamente.
Y mención especial para «Shotgun», que no es sino una adaptación del mítico tema instrumental de Henri Mancini «Peter Gunn», aunque en realidad es una relectura de la que ya hizo Tricky; sobre ambos samplers, McGuinness desarrolla encima la letra que le ha compuesto.
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