Las ninfas, en la mitología clásica, eran las deidades de las aguas y los bosques. En la historia de la música, The Nymphs fueron una banda angelina entre el hard rock y la cosa gótica que apenas despuntaron en la década de los noventa. Liderados por la extravagante Inger Lorre, debutaron en 1991 con un álbum homónimo en la poderosa Geffen. Prometían. Ese mismo año rodaron una escena de la película Bad Influences (interpretada por los también ternes y prometedores Rob Lowe y James Spader), tocando “The Highway”:
Pero Lorre no lo veía claro, la discográfica les daba demasiadas largas, así que, harta, se presentó en la oficina de la compañía, entró en el despacho del cazatalentos y se meó en su mesa. Literal.
Poca historia más les quedó después de aquello, claro. Lorre regresó a su New Jersey. En 1999 lo intentó en solitario con Trascendental Medication (Triple X Entertainment), un álbum un poco más variado que el de The Nymphs, aunque con la misma querencia por el sonido contundente y a abrirse las venas en las letras.
Poca historia más les quedó después de aquello, claro. Lorre regresó a su New Jersey. En 1999 lo intentó en solitario con Trascendental Medication (Triple X Entertainment), un álbum un poco más variado que el de The Nymphs, aunque con la misma querencia por el sonido contundente y a abrirse las venas en las letras.
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