Hay tres lugares, primordialmente, donde encontrarse con un león: en la sabana africana, en un zoológico o en la pantalla de un cine si se trata de una película de la Metro. Hubo un tiempo en que también podía verse al rey de la selva en las galletas de los vinilos, pues la MGM abrió una sucursal discográfica para dar salida a sus bandas sonoras, si bien llegó a tener un catálogo ajeno al mundo del cine. En 1964, por ejemplo, puso en manos del productor y compositor Teddy Randazzo —conocido por su éxito con Little Anthony & The Imperials— a The Royalettes, un cuarteto femenino de Baltimore formado por Terry Jones, Veronica Brown y las hermanas Sheila y Anita Ross.
Pese al concepto de banda de chicas en los 60, su sonido como tal sólo se aprecia en sus dos primeros singles grabados para Chancellor, «No Big thing» (1962) y «Blue Summer» (1963). Randazzo las derivó hacia un soul elegantón y sofisticado, muy orquestado y arreglado. Su mayor éxito lo consiguieron al tercer intento con MGM, la balada It's Gonna Take a Miracle, que versionearía tiempo después Laura Nyro, entre otros.
Grabaron dos elepés: It's Gonna Take A Miracle (MGM, 1965) —que también contenía su otro éxito, «I Meet Him»—, y The Elegant Sound Of The Royalettes (MGM, 1966), que se abría de esta forma tan sedosa:
Sin embargo, de este segundo álbum ningún tema cuajó con igual éxito. Un año después grabaron, ya en otra discográfica, el que sería su último single antes de disolverse: «River Of Tears» (Roulette, 1967). Sheila Ross lo intentó en solitario en la década siguiente.
[Discografía completa]
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