viernes, 23 de agosto de 2019

Discos con portada con discos #83



Bill Haley & His Comets - Armchair Rock 'n' Roll (MCA, 1978)



Chelsea - Alternative Hits (IRS, 1980)





Los Ruidos - Si te gustan los toros (FonoAstur, 1982)




Tuxedomoon ‎– Ship Of Fools (Cramboy, 1986)




Varios - House Party [Original Motion Picture Soundtrack] (Motown, 1990)




Fat Boy Slim - Praise (Skint, 1998)




Varios - Elefant dosmiluno (Elefant, 2001)




Jamie T ‎– Panic Prevention (Virgin, 2007)



Carla Bruni ‎– No Promises (Naïve, 2007)



Jorge Ilegal Y Los Magnificos ‎– El Guateque Del Hombre Lobo (Pop Up Música, 2012)




Betty Dittrich ‎– Gute Jungs Böse Mädchen (EMI, 2013)



Ultimate Painting ‎– Green Lanes (Trouble In Mind, 2015)



Nick Waterhouse ‎– Never Twice (Innovative Leisure, 2016)




The Smittens ‎– City Rock Dove (Fika Recordings, 2018)

jueves, 22 de agosto de 2019

Las nuevas aventuras del llanero solitario #53: Martin Frawley



Uno de los mayores pecados en las reseñas musicales es, como dejó escrito Boris Vian, liarse a describir a un músico comparándolo con otro u otros más o menos conocidos por el lector, pero al que puede que no le interese ni una nada. Dicho esto, que es máxima que intenta seguirse como un mandato en En Esta Quiero Humo, es imposible de toda imposibilidad escuchar el primer corte de Undone At 31 (Merge, 2019), el álbum de debut en solitario de Martin Frawley, sin que inmediatamente nos asalte la impresión de que ahí hay un deje demasiado evidente al Lou Reed de «Walking On The Wild Side». Pero pronto brota un teclado que nos engancha y nos eleva unos centímetros de felicidad del suelo.

El teclado. Los teclados. Incluso algunos sutiles sintes. Parece que es la nueva dirección musical emprendida por el que fuera uno de los fundadores de Twerps. Ya no se trata sólo de un ejercicio de guitarras jangle como la banda madre. Encima aquí la guitarra se somete, en algunos temas, a efectos que van más allá del jangle pop, por ejemplo a modo de ligeras distorsiones. Así que aquí está el nuevo Frawley terminada la fiesta de Twerps, tras la separación en todos los sentidos de la otra fundadora, Julia McFarlane. Él sigue viviendo en Melbourne; y le sigue acompañando Angus Lord, bajista del grupo. Los teclados del disco los comparten Stewart Bronaugh y el propio Frawley. La batería es cosa de Matthew Harkin.

El segundo corte del álbum, «End Of The Bar», es sin duda el más interesante. Lo conduce un piano que no deja de soltar riffs alocados y un intenso ostinato que casa con el tono chulesco, como amenazante, con que canta Frawley aquí. Todo ello predispone a pensar que se trata de un ajuste de cuentas; él sabrá con quién, aunque los demás nos hacemos una idea. Atendiendo a la letra, resulta casi imposible no pensar que los versos finales son una referencia a la canción de The Go-Betweens «Unkind and Unwise»

I’m at he end of the bar 
I am unkind 
I am unwise 
But I’m honest from the start 

El resto de la docena de canciones tiene detalles por todas partes para comentar. El aire rockanrollesco de «What’s On Your Mind»; esa batería seca y exacta de «Chain Reaction»; el paisaje country pintado en «Lo And Behold»; o la preciosidad que es «Something About Me», erigida solamente con sintes y violín. Termina el álbum con dos piezas ralentizadas, delicadas, intimistas, de un tono algo más apagado, como si hubiese llegado el final del día y Frawley se hubiese retirado a su casa para mecerse en un abandono apaciguador.

En definitiva, Frawley nos deja un sonido más variado que con Twerps, abre otros ángulos y otras perspectivas, nuevos caminos musicales por los que, esperemos, nos deje acompañarle.

domingo, 4 de agosto de 2019

Género chico #80

Son de los renuevos más refulgentes del árbol indie nacional. Además, enriquecen la escena con bien dispares orígenes geográficos. Las tres bandas han publicado en 2019 grandes temas en pequeño formato. 

Banda hispano-inglesa en la que Stephen y Elisa alternan las voces. Ella, además, toca la batería. A ritmo trepidante, expresan nihilismo existencial, su malestar en un mundo que no parece convencerlos; aunque pueden ser poéticos cuando quieren, como en («Estrellas»): 

He vaciado mi cerebro 
y lo he llenado de estrellas, 
cuando quiero las contemplo 
sin que nadie se dé cuenta 

La primera cara está producida por Linda Guilala



> Faraón y Los Sarcófagos: La maldición (Caballito Records, 2019, 10’’) 
De Jaén vienen, misteriosos y esquivos, con este descollante recopilatorio de su cancionero (que hasta ahora sólo era digital) envuelto en vendas. Vaya por delante que la cubierta del disco es chula, pero pocas veces una portada llevará tanto a engaño. Si la silueta de los Ramones promete guitarras y racarraca, no será lo que se escuche; ya puestos, un dibujo de Los Pegamoides habría resultado mucho más aproximado. Pero «Ramona» se titulan dos cortes del disco, así que aceptemos sus querencias ramonianas. A la hora de componer, tienen una chispa única. Meten teclados y profesan un declarado amor por el pop entre costumbrista y chufletero, a veces un punto oscuro y siempre de fondo con una segunda intención más seria de lo que puede interpretarse a primera escucha. Los quiero tanto que pondría su nombre a una frutería. 



> Melenas: Ya no me importa b/w Si tú me quieres (Nebula Recordings/Snap! Clap! Club/Elsa Records, 2019, 7’’) 
Después de su elepé de debut de 2017, el cuarteto pamplonica ameniza la espera con un single en cuya cara A aparece uno de los mejores temas que han grabado hasta el momento. El sonido sale a propulsión de sus instrumentos, un chorro de ritmo lleno de vida y cohesión. Cuatro individualidades que hacen avanzar el tema como un todo sólido, compacto, inquebrantable. Hacía mucho que no se oía por aquí un cohete musical así. Y verlas en directo es aún más emocionante. 

viernes, 2 de agosto de 2019

Cosas de hermanos #83: los Amador

Los Amador, Raimundo y Rafael, se unieron brevemente con Kiko Veneno para formar uno de esos grupos cruciales, que a manera de un big bang posterior dan lugar a múltiples y esenciales encarnaciones para la historia de la música: Veneno. Los hermanos lo intentaron después con Pata Negra, pero las relaciones personales son siempre difíciles aunque se lleve un buen porcentaje de la misma sangre por las venas. Raimundo luego ha sido un icono de la guitarra flamenca. Kiko continuó una muy bien reconocida carrera en solitario, además de colaborar con numerosos artistas y de producir a a alguno de ellos.

De Veneno más algunas cavilaciones sobre el gazpacho he escrito algo en el blog de La Fonoteca.