viernes, 5 de enero de 2018

Cosas de hermanos #82 // En Re de reedición #10: Animals That Swim

Podría ser una pregunta del Un, dos, tres… responda otra vez: «Por 25 pesetas, diga animales que nadan». Hoy día, algún concursante con gafas, barbas, pantalones de pitillo, camisa tipo leñador y en general pinta de sabelotodo respondería Hugh Barker, o Al Barker, o Hank Starrs (Jeffrey Barker para su padre y su madre). Los Supertacañones se aprestarían rápido a tocar la campana y a componer un pareado sancionador. El entendido musical protestaría, manotearía para esgrimir que no ha habido más Animals That Swim que esos tres hermanos londinenses. 


 Vale, la introducción puede parecer algo forzada y poco conseguida (incluso nada). La otra opción que teníamos era haber jugado con el número 3 y sus múltiplos: tres hermanos, tres palabras en el nombre artístico y tres álbumes y nueve singles publicados. Animals That Swim comenzaron en 1992 sacando ellos mismos 300 copias de «King Beer» y repitieron el movimiento meses después publicando otro 7’’, este de reminiscencias orbisonianas, pues «Roy» trata sobre una supuesta conversación con el fantasma de Orbison. Ambos temas entraron en lo que fue su primer LP —Workshy (Elemental Records, 1994)—, que llegó a rozar levísimamente cierto reconocimiento popular gracias al NME. Pero, pese a sacar dos discos más, Animals That Swim no cuajaron lo suficiente. Quizá lastró su progresión que se movieran por ese magma de transición entre el indiepop clásico y el brit pop, sin identificarse definitivamente ni con unos u otros; o que las letras, tan cuidadas, y algunos temas eran demasiado exigentes para el oyente medio; o que el uso de la trompeta ya no estaba de moda. 


Hoy día su elegancia y su fina intensidad nos siguen pareciendo arrebatadoras. Algo similar debe de pensar el sello One Little Indian, que últimamente ha reeditado en vinilo aquel maravilloso debut, que se acompaña con un segundo vinilo, que incluye dos de las caras B de la época —«Impossible» y «Me & Cpt. America»— y un increíble puñado de demos grabadas entre el segundo y tercer discos, y que sólo ahora salen a la luz. Según cuenta en el inserto Hank Starrs, el propósito de estas grabaciones era simplemente demostrarle a la compañía discográfica que tenían potencial. Y vaya si lo tenían, porque ahora no es sólo la oportunidad de volver a escuchar gemas como «Smooth & Steps», «Pink Carnations», «King Beer» o «Vic», sino que te sientes el más feliz de los piratas por descubrir tesoros como «Hidden Stars».

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