viernes, 30 de mayo de 2014

Las nuevas aventuras del llanero solitario #39: Bart Davenport


Qué poco hace falta a veces para conseguir mucho. Ahí tenéis a Bart Davenport, vestido de superhéroe de barrio, afinando la guitarra de la que extrae esas sencillas melodías que consiguen hacer agradable cualquier momento y circunstancia. Apenas necesita algo de acompañamiento: un bajo y una batería y, a ratos, unos teclados y unos coros femeninos, todo muy elemental y diáfano. 

En realidad ese disfraz podría ser más bien el de un trovador de otro tiempo. De hecho, su bagaje musical viene de otra época; concretamente, alterna el pop de FM de los setenta con ese ochentero con matices soul que se hacía entonces. A ello le añade, con su toque personal, una pincelada de ese sol californiano que tan buen rollo da y un poco de ralladura de limón, que tan buen gusto deja siempre en cualquier receta. Physical World (Lovemonk, 2014) hace su media docena de discos en solitario; atrás queda ya la década en que tocaba con The Loved Ones y The Kinetics.



Tiene edición en vinilo, formato que le sienta muy bienpor su aroma clásico.

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