viernes, 1 de agosto de 2008

Las cosas del directo #3: la madre del topo

Había un chiste en el colegio que consistía en preguntarle a un compañero «¿Cuál es la madre del topo?»; tras una respuesta negativa o un encogimiento de hombros se le contestaba: «Topota madre».

Cuando Gog vio a Manos de Topo en concierto hace unos meses se acordó del chiste y bramó una expresión parecida a aquella del colegio. ¡Su puta madre, cómo molan! Al concluir (que quiere decir al terminar), Gog les compró el disco en el tenderete de rigor, y a la que salía se topó con un Topo, al que pidió que le dejara una huella en el CD, y va el chaval y le dice que le acompañe al camerino para que se lo firmen todos, es decir, cuatro. Gog jura por Sergio Dalma (apoteósica la versión disco de «Bailar pegados» que hace este grupo en el bis) que son muy majos.

Manos de Topo no tienen término medio: o se les admira o se les aborrece, debido sobre todo a la voz que imposta el cantante. Es como si se pusiera a cantar alguien que a la vez está llorando porque su chica se ha ido con otro (de momento es su tema recurrente). Para cualquiera que sea un poco exigente con las letras de las canciones, en las de ellos encontrará todo un muestrario de inteligencia e ironía (si es que no son la misma cosa). Lo más admirable de ellos es su naturalidad para reírse de sí mismos.

Agustín Fernández Mallo colaborará los domingos de agosto en El País con una sección que ha titulado «Los imanes de la nevera de Marilyn». Dice que la ocurrencia de ese título le vino al ver este vídeo de los Manos de Topo:

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