jueves, 7 de agosto de 2008

Boris Vian #1 // Vidas paralelas #1

Al parecer Sergio Algora era un fan de Boris Vian. Lo sorprendente del caso es que ambos murieron a los 39 años y debido a la misma dolencia cardiaca. Vian es otro de esos personajes que tanto gustan a Gog porque entremezclan su vida con la música y la literatura.

«Dejemos de llamar normal a lo que todos hacen», cantaban los Deltonos. Esta reivindicación de la individualidad personal y, a la postre, de la vida bohemia no está mal como regate, pero hay que reconocer que aplicarla a una existencia como la de Boris Vian no es del todo ajustado, pues por mucho que así se pretenda no es muy normal que se diga que una sola persona haya profesado como ingeniero, trompetista de jazz, cantautor, crítico musical, escritor, guionista cinematográfico, actor, escultor, inventor de aparatos mecánicos y experto pornógrafo, todo en una sola vida, sin necesidad de esperar a sucesivas reencarnaciones. Y recuérdese que su vida fue bien corta.

Bien mirado, la vida de Boris Vian fue un soplo en todos los sentidos del término: el soplo de la trompeta que hacía sonar, el soplo del acusica (le denunciaron por atentar en sus escritos contra la moral pública) y el soplo de corazón que acabó con él.

Bien mirado [bis], en cuestiones literarias Vian sí pareció alimentar la idea de la reencarnación acudiendo, como el múltiple Pessoa, al disfraz del seudónimo para firmar algunas de sus obras: Vernon Sullivan (Escupiré sobre vuestra tumba), Vison Ravi (Referéndum en forma de balada), Gédeon Molle (El jazz es peligroso), Jules Dupont (Tratado de civismo), entre otros.


Con todo ello y con ser Boris Vian el autor del himno pacifista «Le deserteur», el jamás desertó de sí mismo. Es lo que tiene el espíritu del instrumentista de jazz, que siempre va por libre. Igual igual que Algora.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy "inspirado", Gog.