
Paul Newman y Linda Fiorentino se ven acorralados por la policía:
—¡Salgan con las manos en la cabeza! —suelta un poli por un megáfono.
—Uno no ha vivido nada hasta que oye esa frase —le dice él a ella.





Lo cuenta muy bien Alejandra Pizarnik en el bello y turbador relato La condesa sangrienta: Erzsébet Báthory (1560-1614), poderosa condesa húngara, mandó asesinar a más de 600 muchachas tras infligirles las más truculentas y horribles torturas hijas de las más truculentas y horribles perversiones sexuales: mandaba desnudarlas y torturalas de la forma más atroz e inimaginable, abusaba sexualmente de ellas con brutalidad, se regodeaba con su dolor (se le quitaban sus fuertes jaquecas con los gritos de las jóvenes) y se bañaba con su sangre.






Y de nuevo alguna canción memorable, como «Beginner's Luck».
