Lo cuenta muy bien Alejandra Pizarnik en el bello y turbador relato La condesa sangrienta: Erzsébet Báthory (1560-1614), poderosa condesa húngara, mandó asesinar a más de 600 muchachas tras infligirles las más truculentas y horribles torturas hijas de las más truculentas y horribles perversiones sexuales: mandaba desnudarlas y torturalas de la forma más atroz e inimaginable, abusaba sexualmente de ellas con brutalidad, se regodeaba con su dolor (se le quitaban sus fuertes jaquecas con los gritos de las jóvenes) y se bañaba con su sangre.
El Marqués de Sade (curioso, otro noble) inventó poca cosa un siglo después.
La condesa sangrienta está recién reeditado por la editorial Libros del Zorro Rojo en maravilloso libro ilustrado por Santiago Caruso.
Recomendación musical como fondo lector: algún disco de Einstürzende Neubauten quedaría muy bien de banda sonora.
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